Cuando se ejerce el uso del libre pensamiento y del pensamiento crítico lejos de fanatismos, los dos bandos en beligerancia saltan como si les tocaran la niña de sus ojos, y lo hacen porque al parecer creen que esas dos posibilidades son lo único que existe, no sé si por comodidad, por seguridad o qué, pero ahora tristemente la realidad que veo me muestra casi a diario que al parecer todo se reduce a eso, a una lucha de poder.
En mi caso con frecuencia los unos me llaman "progre zurda" (liberal de izquierda de connotación posmoderna) por mostrar empatìa o estar en contra de ultrajes hacia la dignidad humana, mientras los partidarios de la hoy llamada (mal llamada creo yo) "izquierda cultural" me consideran "facha retrógrada" (de derecha ultraconservadora) por percatarme o hablar de sus inconsistencias y contradicciones. Todo porque al parecer no existe la noción de que podamos hacer uso del criterio propio, como si debiéramos necesariamente adscribirnos religiosa, dogmáticamente y sin criterio a una de los dos corrientes. Hoy la tendencia general parece señalar que la autocrìtica ha quedado en el olvido y se la ha rifado a cambio de la "seguridad" y facilidad de tan sólo seguir y venerar ídolos (ya sean personas o movimientos).
A continuación les comparto una crítica (todos los créditos para su autor), por momentos algo sardónica, hacia el fenómeno posmoderno (el trucado pero el más ruidoso en nuestros días), permeando las concepciones antaño libertarias y con afanes de igualdad que propugnaba la izquierda también de antaño, hoy más cercana a ideas ultraconservadoras donde el autoritarismo y el dogma reinan, paradójico fin para una izquierda actual que se jacta precisamente de ir contra el dogmatismo, pero en la practicidad de las cosas, simplemente cambiando un dogma por otros, asumiendo la autodeterminación de Justicieros Sociales (SJW por sus siglas en inglés) dónde prácticamente son los nuevos "elegidos" para salvar al mundo y proclamar desde su papel de eternas víctimas, su nuevo "evangelio" de igualdad, amor, tolerancia y toda clase de virtudes nobles, y no menos importante, también desde su papel de poseedores de la verdad absoluta (nuevos fundamentalistas) y de nuevos dueños de la moral, y por lo cual, dicho sea de paso, tienen (o creen tener) todo el derecho a señalar en todo aquel pecador.... digo, monstruo "facho" que no siga sus "irrefutables" ideas, el pecado original.... quise decir, el privilegio e innobleza por haber nacido blanco, hetero, varón, clase mediero, etc., lo cual lo convierte automáticamente en un ser machista, misógino, intolerante, opresor, etc. sin importar su historia personal, valores, etc. Vaya figura tan similar a aquellos viejos relatos que desde esa rebeldía "mainstream" de marca SJW creen combatir....
En fin, acá les dejo los videos, el primero contextualizando un poco y esbozando el trasfondo sobre el que se plantea el segundo:
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