lunes, 9 de julio de 2018

La Paradoja de las Revoluciones "Antisistema" en la Sociedad Posmoderna


Para empezar, una pregunta y un bosquejo general: 

¿Pueden ver los paralelismos entre los dos primeros textos? (El de Sabato y de Portugal) ¿Qué opinan?

Y dejo otro similar...


Particularmente creo que más lúcidos en su análisis no podrían ser y, por otro lado, está el siguiente, de Carlos Mesa, que versa sobre una cuestión similar pero llevada al ámbito no ya de dos ideologías o sistemas socioeconómicos contrapuestos, sino al terreno de la política. 


¡Sin duda, interesantes coincidencias!  Creo que no necesito comentar cada una de ellas puesto que son lo suficientemente claras,  además de evidentes sus aseveraciones.

Finalmente, dentro de este bosquejo, adelanto que el cuarto texto (el de Bauman, que citaré más adelante) constituye una especie de explicación sociológica sobre cómo realmente se gestan figuras tan paradójicas cómo las descritas en dichos textos,  y como las que creo estamos viviendo hoy, en medio del reavivamiento de populismos y al mismo tiempo, en medio de este nuevo progresismo que parece exhibir características tan típicamente posmodernas tales como el pluralismo y la abolición de viejos relatos en aras de la aceptación de todo lo nuevo  (léase hoy en día, pluralismo ACRÍTICO, y aceptación de todo microrelato de apariencia “vanguardista”, supuestamente “revolucionaria” o “antisitema”, y lo más "pluralista", todos al mismo tiempo, aun si se contradijeran, de hecho eso mismo, las eternas contradicciones parece ya algo muy típico en aquellos discursos basados más en la emoción que en teorías serias y académicamente estudiadas y estructuradas).

El peligro que veo a partir de lo brevemente expuesto y sobre todo a partir de los textos citados, radica en el solapamiento paulatino y casi imperceptible de dos intenciones supuestamente, y en teoría, diametralmente opuestas: a) Aparece una idea, b) Surge casi por consecuencia lógica una contraria c) La primera solapa a la segunda bajo un discurso algo modificado d) Para que al final todavía se siga implementando la primera disfrazada bonitamente de la segunda.  El enemigo disfrazado de amigo, la censura de libertad, la dictadura de democracia, la manipulación disfrazada de revolución... quizá hasta ingeniería social ¿o ya me pasé?

Ejemplos:
1) defender la libertad a través de la censura y coerción,
2) llamar a la revolución socialista para combatir a las antiguas élites creando otras nuevas élites oligárquicas,
3) llamar a la abolición de un gran viejo relato promoviendo otros varios nuevos donde al final sólo se termina  reemplazando  un viejo fundamentalismo por otros varios.

La lucha de un sistema B enfrentándose a un sistema A donde el sistema B termina promoviendo, sustentando e implementando precisamente aquello contra lo que luchaba, es decir el sistema A enmascarado y aparentando ser B no es un concepto de aparición reciente, mucho menos una figuración mía ni solamente presente en los textos presentados al inicio, y tampoco se da solamente a nivel social con el llamado (mal llamado según yo) "Marxismo cultural", o con el (también mal llamado creo yo) "progresismo" de tintes posmodernos, sino también a nivel político con el apogeo del populismo y el surgimiento de los nuevos gobiernos y Estados supuestamente socialistas, donde imperan como valores los antivalores que antaño la propia izquierda solía combatir, tales como las élites privilegiadas, la bota militar y el autoritarismo entre otros.  ¿Será acaso esta paradójica y contradictoria figura calando a nivel político y social algo que podría catalogarse como  ingeniería social? o ¿serán solamente coincidencias y azares del devenir histórico repitiéndose una y otra vez? si alguien puede aclararme ese punto especialmente con respecto a lo que aplica o no para ser llamado ingeniería social se lo agradeceré.   En fin, esta figura que integra a sí misma disidencias para convertirlas en su sustento, figura denominada "absorción" según entiendo y su mecanismo funcional, lo pueden encontrar explicado en el siguiente texto, tomado del pensamiento de Bauman:

Y como dato extra, existe una figura aun peor en ingeniería social según sé, consiste en crear artificialmente protestas de modo tal que se genere en el pueblo un clamor por la implementación de ciertas medidas que en realidad estaban ya planificadas a ser impuestas de antemano, todo esto con el fin  de prevenir el descontento y reacciones de protesta a lo que el pueblo inocentemente llegaría a considerar como un pedido suyo y más tarde una supuesta victoria suya cuando finalmente tales medidas se implementan.  Crear en el imaginario colectivo la ilusión y la falsa idea de "reivindicaciones" y clamores suyos cuando en realidad aquellas medidas fueron planeadas estratégicamente desde arriba... ¡de terror!

Y aquí una referencia curiosa extra, algo que alguna vez dijera uno de los pocos, poquísimos YouTubers que aun considero respetable y que trata de apegarse al pensamiento crítico en lugar de complacer al vasto mundo virtual al que se expone en Internet, me refiero a Esquizofrenia Natural, (y lo dijo en referencia a lo ofensivo que resulta para ciertas feministas de cierta noticia facebookera tan sólo el hecho de darles los buenos días):  
“Tan sólo caerán en la justificación de la segregación y el control del lenguaje. Quizá se sentirán más a gusto en grupos de derechas conservadoras pues buscan cosas similares."
Hmmm interesantes puntos de vista que confluyen todos en una conclusión muy similar,  ¿no les parece?:  Las ideas dominantes impuestas por el poder, aquellas a ser supuestamente combatidas, al final no sólo permeando sino fungiendo como estandarte que caracteriza a la nueva supuesta "revolución"...  ¿Y aun así aquellos movimientos todavía creen ser muy antisistema o revolucionarios? ¿y todavía el mundo los considera de “Izquierda liberal”?

La izquierda liberal ya ni siquiera es de izquierda, mucho menos liberal, pues se basa primero en la censura a nivel social hacia quien disienta (coerción, censura en sí misma, etiquetas como "intolerante"  o "fóbico" y cuando muchas de esas ideas pasen al terreno de la legislación como está sucediendo, podría incluso ser peor)  y segundo, se basan en principios fundamentales de la antigua derecha, tales como el relativismo e individualismo extremos; así, la "revolución", la "tolerancia", etc., parecen ya solamente fungir de  banderas (y de marketing) creo yo.  Ya antes pasó eso con la izquierda, que  fue absorbida por los mismos antivalores que  en teoría reprobaba, y el progresismo de hoy, en ese camino ¿todavía se lo considera "antisistema"?

Finalmente, yo agregaría otros puntos paradójicos (en referencia a este auge de las "revoluciones" que vivimos hoy en día) a la lista de aquellos que, como un gran visionario, vio Sabato hace ya 70 años atrás, según uno de los textos del principio de este post.   De seguro ustedes podrían mencionar otros tantos más:

- 4ª Fue un movimiento anti oligarquías y clases privilegiadas que reemplazó una suerte de  autoritarismo por otro y una clase privilegiada por otra
- 5ª Fue un movimiento en contra del dogmatismo de la iglesia que terminó promoviendo nuevos dogmas. Sólo reemplazó un dogma por otros varios
- 6ª Fue un movimiento libertario que terminó en la censura, el control (incluso del libre pensamiento) y la represión.

Y todo en base a esa suerte de adormecimiento tan paradójico que termina promoviendo lo que se supone debía combatir, y todo ello en pos de ese oscuro objeto del deseo que mencionó Mesa, EL PODER.    Mientras tanto, la deshumanización de la que habló Sabato no parece detenerse, y con cada "revolución" supuestamente reivindicativa, la paradoja parece ir también en franco camino a repetirse... una y otra vez, como si no hubiese salida, como si la Arcadia fuera como ese horizonte que solo  se aleja a medida que creemos avanzar hacia él...
 
Por otro lado, flirtea en mi mente una idea algo alocada sobre la que aun no me animo a hipotetizar seriamente (precisamente por lo alocada), la idea de que quizá todo este barullo pueda partir de cierta suerte de propaganda negra para mantener el statu quo del mismo sistema cochino y podrido de siempre, de que todo esto podría no ser más que la manera de volver a un punto del cual el sistema mismo, para su sustento, nunca hubiera querido alejarse, como intenta suceder desde hace unos años con el alza del progresismo y de gobiernos de izquierda con sus discursos también de tinte progresista.   La idea de que quizá todo persigue un fin, el retorno triunfante de los ultraconservadurismos de antaño con una renovada faz, quizá el retorno de totalitarismos y autoritarismos casi manifiestos ingresando por la puerta del frente y esta vez con la venia del pueblo; mientras la izquierda y sus "nobles" intenciones, que de buenas intenciones, y excentricidades y contradicciones no pasaron, se verían obligadas a abandonar escena por la puerta de atrás; y donde estos nuevos y renovados totalitarismos y autoritarismos serían encumbrados, paradójicamente, por los mismos movimientos que  se autoperciben como "anti sistema", es decir, por causa del desencanto producido por la sin razón y constantes contradicciones del progresismo posmoderno que cada día suma detractores, pero lamentablemente no todos ellos exentos de fanatismos y posturas extremas y muy lateralizadas e inclinadas no al pensamiento crítico sino a determinados intereses, tendencias e incluso dogmas.   

No me extrañaría ver por ejemplo, en el estado actual de las cosas, ver resurgir nuevamente y con pompa a gobiernos autoritarios de ultraderecha donde hoy vemos  desgastados gobiernos de tendencias izquierdistas,  con una escasa aprobación y poca o nula credibilidad.   Si esto fuera cierto,  ¿Quedaría entonces esperar que en un futuro el ciclo nuevamente se repita exhibiendo únicamente características de desgaste diferentes antes de cada caída?  ¿podrá ser cíclico el devenir de algunas sociedades?  ¿restará solamente esperar a que este, como otros sistemas, termine simplemente desgastándose, colapsando sobre sí mismo o implosionando para dar paso nuevamente a reiniciar el mismo ciclo? Sinceramente, en mi ignorancia sobre tales asuntos, considero que sólo el tiempo lo dirá...

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Termino, retomando el hilo, con la reflexión a que invita el siguiente texto:
«Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre.»
Aldous Huxley, 1932, "Un mundo feliz".


En vista de todo lo expuesto, ¿no resulta cuando menos curioso que casualmente se erija en medio de todo este barullo contradictorio la idea esta de "El despertar de la conciencia" como movimiento no sólo ya espiritual y/o místico (y al que  convenientemente aluden en sus discursos de forma textual algunos gobiernos considerados "progresistas"  como el de Maduro), sino también ganando además una relevancia social incuestionable teniendo también como estandarte (esto a pesar de ser un movimiento de índole, digamos, más espiritual) las mismas ideas progresistas descritas ya en este post? 

¿No resulta además muy sugerente pensar que en aras de  ideas tan evidentemente nobles como la tolerancia, igualdad, el respeto a la madre tierra, las reivindicaciones sociales, entre otros y otras no tanto (a mi modo de ver) pero en apariencia buenas como la corrección política, la neolengua inclusiva, etc.,  ideas todas promovidas por estos movimientos de índole social y/o espiritual, en teoría movimientos pro libertad  y/o "democráticos", que por sus "pedidos", se estén llegando a materializar e implementar poco a poco y muy solapadamente mecanismos de censura y control, nuevos fundamentalismos y a su vez nuevos autoritarismos; y lo más peligroso, todo ello no bajo una apariencia de control ni autoritarismo como lo que es, para no generar descontento, sino bajo una apariencia también de nobleza, reivindicación, democracia y libertad, tal que la sociedad pueda regocijarse en el supuesto triunfo del bien, de la democracia, de la libertad etc., con la aplicación de políticas que, convenientemente para los poderes, quedarían en el imaginario colectivo como medidas pedidas por el mismo pueblo y para bien del pueblo.   Y así todos "felices", ja! reprimidos y felices, qué más pueden pedir los poderes dominantes estatales y supraestatales?  El adormecimiento del supuesto "despertar"... ¿no parece ya sumamente lógico a estas alturas?


Quizá el mismo Huxley no imaginó que esa prisión, además de tener al consumo y entretenimiento como carceleros, iba a tener como carceleros mayores a unos que llevarían,  ¡y con qué orgullo! la consigna misma de "tolerancia", "libertad" y/o "democracia", ¿quien iba a imaginar una idea tan ridícula e impensable como una posibilidad real? Mas hoy tristemente una muy peligrosa y casi tangible posibilidad, en todas sus manifestaciones...


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