viernes, 21 de septiembre de 2018

¡Se busca a Chuño!





¡Se logró el cometido! concienciación de la población sobre tenencia irresponsable de animales.   Si conmovió a muchos sin ser cierto que Chuño existiera pues está perfecto, esa era la idea, conmover sobre el asunto y si con ello muchos animalitos encontrarán mejores condiciones, ¿cuál es el problema?  Lo digo por la ola de críticas a esta iniciativa que prácticamente la destrozan, y ¿por qué? ¿por haber lastimado sus corazoncitos? ¡No pues!  Felizmente no hay ningún Chuñito perdido ni una niña sufriéndolo, pero aun existen muchos Chuños en similares o peores condiciones.   El fin era conmover y con ello crear conciencia, ni siquiera se puede decir que se utilizó a un animal o a una niña reales porque no se lo hizo.   Sí, apelaron a las emociones, pero no para reírse de nosotros o para vender un producto como lo hacen las grandes compañías o los vendedores de felicidad o rebeldía enlatada, lo hicieron para crear conciencia, para que, a razón de ver el anuncio se pueda procurar una vida mejor a esos animales.   Se indignan por no ser la historia más que una estrategia pero nadie arma el revuelo que  se armó por esto por situaciones reales de abandono y desamparo, niños y ancianos en situación de calle, de hambre, enfermedad y miseria, pero no, no es evidente ver olas de gente haciendo eco, ni bulla, ni alboroto por eso y es que  mucho más grave debe ser que "la alcaldía se haya burlado de nuestros sentimientos", si claro.

¡Ay la dictadura de lo "políticamente correcto"! o la falsa moral, donde prácticamente todo es ofensivo,  todo menos lo realmente peligroso, en eso hasta se extralimita este mundo calamitoso!   No he visto por ejemplo a nadie indignado por toda las noticias falsas que se promueven con ningún otro fin que el de trolear o conseguir clicks  (clickbaits),  tampoco he visto indignación hacia toda la publicidad que  también apela a las emociones y ni siquiera con un fin noble y benéfico como este, sino con fines mercantilistas,  y no lo he visto seguramente porque no es "mainstream".   Una cosa es no ser un orto que irá por la vida hiriendo a todos sin motivo y otra es que se necesiten, como en ciertas universidades, espacios llenos de peluches para ir a refugiarse del que no está de acuerdo con uno o no le da la razón,  donde hasta decir a un estudiante "estudia para el examen" puede ser ofensivo...

¡Bien por la campaña digo yo!  Ya crezcan, digo, ¡somos adultos!  Tendemos a quedarnos con la forma en lugar de ver el fondo... Hace unos años probablemente se hubiese dicho ¡todos somos Chuñito! y a ayudar a los perritos.   Hoy se dice ¡Oh no miren, eso, aquello y eso otro es políticamente incorrecto y me ofende!

Y bueno, al final, aparte de sociabilizar una norma también se consiguió demostrar cuán terriblemente expuesta está la sociedad a caer en los efectos de la posverdad, tomemos conciencia de eso también.   Lo irónico es que nadie se molesta y es más se comparte afanosamente cada día mentiras recicladas con el mismo titular, ejemplo: "El mundo celebra, se encontró la cura contra [...insertar enfermedad aquí...]"  que juegan con la salud y con las esperanzas y desesperación de quienes las padecen y su familia, y que fueron creadas por el simple gusto de jugar o sumar clicks, pero ésta estrategia de difusión por una buena causa resulta que es obra del mismísimo demonio!

Para mí, ¡muy buena iniciativa! Y entiendan los que la condenan,  el video con la niña se lanzó después que se dio a conocer que Chuño era el ícono de una campaña a favor de los animales,  sí, ícono como fido dido, como cachuchín sólo que estos se usan con fines de vender un producto.   Obvio que la niña está actuando, es una producción audiovisual como aquellas donde aparecen modelos diciendo tener ese cabello gracias a head'n shoulders, ¿no se lo creerán, verdad?  Se llama estrategia o campaña publicitaria y los creadores de "La Norma de Chuño" tuvieron la efectiva idea de apelar a sus emociones antes para difundirla, y no, aunque les cueste ver, es obvio también que no lo hicieron para reírse de nosotros pues ni siquiera usaron una foto real creando la posibilidad de confundir sobre si era tal o cual perrito, ni tampoco lo hicieron por motivos  mercantilistas ni amarillistas como lo hacen esos otros comerciales qué sí usan las emociones para nada más que vender (y no veo que alguien se queje), o los clickbaits de trasfondo amarillista que tan afanosamente se comparten; sino que se apeló a las emociones para conmovernos sobre la tenencia irresponsable de animales, y lo lograron;  ¿cuál es el problema?  ¿Alguien está pensando en los animales? ¿Se condena esa campaña por ego o tienen que ver en algo los animales (que  tanto dicen amar), que son en realidad los protagonistas de esta historia?

Para la próxima más bien revisen bien cuan fácil están cayendo en los efectos de la posverdad, ESA si manipula las emociones con fines de poder y no así para ayudar a nadie, esto fue estrategia  publicitaria, pero que sirva también para estar más atentos y reflexionar sobre cuanto crédito inmediato le dan a lo que  ven apenas lo ven, e indígnense de toda la barbaridad que se comparte en redes con ningún otro fin que malinformar porque sí.   Aprendan también a diferenciar una campaña que en un corto y controlado tiempo se revela a sí misma como tal, aprendan a diferenciarla de toda esa patraña que  hay en  Internet y que nunca planea desvelarse, no al menos ante quienes no buscan ni corroboran fuentes, patrañas que nunca generan la molestia que esto generó, porque simplemente nunca se enteran de que ahí sí, a diferencia de este caso, ahí sí les están viendo la cara, pero como nunca se revelan y no se enteran,  al contrario, muchas personas se solazan en ellas.

¡Ahora todo es ofensivo!  Hasta una campaña con una buena causa.   Mas bien agradezcamos que no hay ningún Chuñito en peligro (aunque metafóricamente hablando si hay muchos Chuños en peligro que se podría ayudar), y por otro lado, agradezcamos el hecho de que nos haya mostrado en un dos por tres lo acríticos y crédulos que  somos.   Esta vez fue una campaña controlada, planificada y con fines de crear conciencia, la próxima en la que  caigan puede no ser controlada, puede dañar o incluso ser de entrada (aunque solapadamente) maliciosa.   Que sirva de lección por doble partida: adquisición de mayor conciencia con respecto a los animales y de mayor cuidado y criterio con respecto a lo que creemos y compartimos.

Al final no se hizo daño a nadie, no daño real más allá de cierta quisquillosidad algo infantil para mi gusto (jugó con mis sentimientos), porque al contrario, se buscó hacer un bien mayor, repito ¿alguien está pensando en los animales al momento de hacerse tanto lío? o sólo en su ego porque cayó redondito...  y ni siquiera cayó en un bulo, sino en una estrategia de publicidad para mí muy bien planeada, e insisto nuevamente en esto, aprendan a diferenciar lo uno de lo otro.

Finalmente,  el hecho de que como efecto secundario se pusiera en evidencia la facilidad con que en redes sociales se puede llegar a creer lo que  sea, tampoco es dañar, es un hecho real del que quizá dolió percatarse, quizá por eso pica, pero que sirva para aprender.



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