lunes, 16 de julio de 2018

Sobre razón vs. emoción

Hoy el mundo, según lo que más frecuentemente se observa, se debate entre dos posiciones diametralmente opuestas,  la razón dejando de lado nuestra parte sintiente (y no por ello absurda OJO!)  o la emoción, dejando totalmente de lado la razón, lo cual, es por sí mismo un absurdo; y lo peor, aunque no se lo quiera aceptar, puede fácilmente terminar también vulnerando los derechos y dignidad ajena en pro de la pluralidad acrítica donde cada quien puede crear su propia verdad de los hechos y la "realidad" que  le convenga, aun si esto pudiera derivar en acciones u omisiones injustas, en prejuicios y en terreno abonado para la siembra de cualquier supuesta "verdad" ultra individualista (por no decir solipsista), de las llamadas fake news y de la "posverdad", cuya base se asienta precisamente en la manipulación de masas a través de las emociones y creencias, claro está, cuando el pensamiento crítico es desterrado.  Así que, la carencia de lo uno o lo otro, creo yo, nos aparta de aquello que nos hace humanos.

Y no, no soy como los cienciáfilos que ven en la ciencia la solución a todos los problemas del cielo y de la tierra, físicos y metafísicos/existenciales, porque considero que :a) quienes la ejercen también son seres humanos falibles y b) la ciencia no puede acceder a nuestros criterios morales y/o espirituales, por tanto tampoco puede comprobar ni medir cuanto amamos o cuanto sufrimos en términos realmente numéricos, no puede acceder a ciertos ámbitos de nuestras emociones ni solucionarlos todos con medicinas, ni siquiera puede con ellas en cuanto a todos los problemas de salud (o sea...); y sé y estoy cociente de que existe mucho a lo que la ciencia aun no ha podido llegar ni ha logrado aun descifrar y a lo que quizá por su misma naturaleza no tenga acceso o por los prejuicios de muchos científicos que ni siquiera se acercan a investigar ciertas cosillas por temor a ser ridiculizados, lo cual podría beneficiar a la propia ciencia, pero no, prefieren que los sesgos del tipo "como no tiene explicación es sobrenaural", sigan creciendo; cuando la razón de aquello puede algo tan simple como que tal fenómeno no se ha estudiado y por eso no tenga explicación, y no porque tal explicación no exista .   

Quizá, en este sentido, los fenómenos que hoy son llamados "paranormales"  en un futuro lejano  sean normales y la ciencia encuentre su explicación ya sea en la neurología o quizá en la física, o qué se yo, tal como ya explicó fenómenos antaño "paranormales" y de mal augurio como un sol negro o una luna de sangre revelándolos hoy como lo que son, eclipses. ¿Qué tal si todo eso tuviera una explicación desde la física o la neurología por ejemplo, solo que aún no hemos avanzado tanto en dichas ciencias para saberlo? es decir, que existan tales fenómenos pero que no sean "sobrenaturales" o "paranormales" como se los considera ahora.  Recuerden, antes del avance de la ciencia los antiguos consideraban los eclipses de sol o de luna como un evento sobrenatural que traía presagios, hoy sabemos la explicación y sabemos que no son en absoluto "sobrenaturales".  Y sin embargo, o precisamente por eso, hubiese sido un error para un racionalista de la prehistoria (si existió) negar que los eclipses existen solo porque para él tendrían que tener una explicación fuera de lo "sobrenatural".  Pues ese disparate sucede hoy entre dogmáticos de la ciencia (ojo. no porque la ciencia sea dogmática, que no lo es, en absoluto, sino que tales científicos tienen una conducta totalmente anticientífica al estar repetir como dogma ciertas cosas que no están sostenidas por un espíritu de búsqueda, duda y verificación como lo es la ciencia, digamos que solo repiten el credo del bando).

Recordemos como otro ejemplo el caso de los llamados sueños lúcidos,  un hecho que durante décadas ha sido considerado como charlatanería místico/esotérica que nada tenían que ver con la realidad.  Yo sabía que había algo más porque misma los he experimentado, y no inducida por creencias esotéricas sino que al principio ni siquiera sabía que eso existía con nombre y apellido, pero lo vivía y más tarde podía incluso inducírmelos a voluntad.  Ah, pero si entonces se lo comentaba a un cientificista dogmático me hubiera tachado seguramente de loca, boba o que se me zafó un tornillo.  Hoy, gracias a scanneres y el avance de la neurología, se ha demostrado que efectivamente tales sueños tienen lugar y que no corresponden más al campo especulativo de las creencias esotéricas, sino al de la ciencia.

Así que no, no me cierro a negar tajantemente ciertos fenómenos, sino sé que las explicaciones popularmente difundidas al respecto, por ahora, son, entre otras cosas, suposiciones provisionales y subjetivas.  Así que  incluso, por experiencias propias entre otras cosas, mantengo abierta la duda razonable frente a su explicación, y eso claramente no significa que tomaré como verdad fáctica cualquier elucubración mía o popular al respecto explicando tales experiencias con base en absolutamente nada más que aquello en que me gustaría que se sustentaran, no; tal como lo hacen por ejemplo muchos "seres despiertos" o "gurús iluminados" (tan de moda hoy), así como mucha supuesta "información" que afanosamente se comparte por Internet, como tampoco puedo decir de plano que no existen solo porque la ciencia no los ha probado, y más aún, ni siquiera se ha dedicado siquiera al asunto, quizá por temor al ridículo en un mundo científico que a veces resulta tener una fe (¡vaya paradoja!) desproporcionada en la infalibilidad y omnipotencia de la ciencia (¡ni siquiera el mismo Mario Bunge creería semejante cosa!).

Sin embargo tampoco cierro los ojos a otra cuestión: la creencia y la emoción, son un par peligroso si hablamos de manipulación.



Ahora bien, hemos vivido ya una época de endiosamiento de la razón, pero más allá de eso, de la razón instrumentalista que cosifica al ser humano, de endiosamiento de la ciencia y la técnica, donde la ciencia no es vista como una herramienta al servicio del ser humano, sino que el ser humano, deshumaizado, es visto como herramienta al servicio del progreso de la técnica.   Esto dio origen (entre otros factores) al pensamiento posmoderno de rechazo a toda tecnolatría y de rechazo a los viejos relatos de dominación: la iglesia, las ideologías imperantes hasta entonces y la propia ciencia.   En tales discursos se habló de lo perniciosa, fría y deshumanizante que puede llegar a ser la ciencia, pero entiendo que, al margen de entender lo anterior, no se debería, por honestidad, desestimar la razón como concepto de racionalidad y lógica en el sentido estricto de la palabra, aun si bien, y con muchas razones, podemos cuestionar aquella impuesta por un sistema, la razón utilitarista que ve en el hombre una pieza o engranaje más.

Personalmente, no veo que  la ciencia represente un concepto deshumanizante per se, es más, la razón es una de esas características que nos hacen humanos.  Lo deshumanizado, sin embargo, tristemente existe y se ha enseñoreado de ciertas ideas y actitudes, de nuestras acciones, y a veces incluso hasta de creencias que llevan escalas de valores  inherentes donde matar puede ser bien visto, u otro tipo de "valores"  donde el poder, la idea de dominio de nuestro entorno, el dinero, la fama, etc.,  muchas veces pueden más que los derechos o la dignidad de nuestros semejantes.   La ciencia por sí misma no representa nada de eso,  sin embargo, cienciáfilos casi tan dogmáticos como un religioso fanático (se ve de todo en todos lados), creo que son un caso aparte.    

¿A qué  me refiero con esto? no a la ciencia en sí misma y como concepto, claramente, sino que me refiero a aquellos que creen que la ciencia no se equivoca jamás, y aunque idealmente como concepto ideal eso es cierto, olvidan que en la realidad la ciencia es ejercida por seres humanos falibles, con valores y sin ellos; y también me refiero a aquellos que ven en a la ciencia por sí misma como una solución a absolutamente todos los problemas del cielo y de la tierra olvidando en cierta medida la condición humana del individuo, con todas sus fortalezas y debilidades.   Pero lo peor viene cuando también se olvida su dignidad, cosa que  a veces sucede y sucedió en medio del frenesí positivista de la modernidad, y no me refiero a ese frenesí por comprenderlo todo (lo cual me parece perfectamente sano e incluso plausible,  además uno de los grandes e innegables aportes de la ciencia,  comprender cómo funciona la materia), sino obnubilados por ese frenesí insaciable de DOMINIO de todo, dejando a veces de lado la dignidad y humanidad del individuo relegada a un último plano, casos por ejemplo donde su vida o calidad de vida son reducidos a simple estadística, sin tomar en cuenta el dolor, carencias o consecuencias que puede estar sufriendo al representar, por ejemplo, "solo" un porcentaje prácticamente despreciable.  Esto seguramente no sucedería si los mismos cientificistas fanáticos que reducen la vida de un ser humano a simple estadística estuvieran contados entre ese "despreciable" porcentaje... ¿verdad?   

"Es indudable el progreso científico al ver la superioridad del avión frente a la carreta - decía Sabato- pero, y el progreso moral?"; y creo que  tiene toda la razón.  Es verdad que la ciencia y el método científico son una gran herramienta para acceder al conocimiento, pero creo que  esta debería estar al servicio de la humanidad y de su búsqueda de la verdad, y no así el ser humano al servicio de la ciencia, por el simple hecho de que la ciencia, al no ser un ente sino una herramienta, no tiene moral.   

La ciencia por sí misma es una gran herramienta para acercarnos al conocimiento, pero es el ser humano el que tiene valores, antivalores, virtudes, defectos, y por supuesto, también errores al momento de ejercerla, y sólo el ser humano puede decidir si servirse del imponderable aporte de la ciencia (negarlo sería obtuso) o decidir si servir a la ciencia delegándole prácticamente el rango de mesías redentor y como solución a absolutamente todo, olvidando que  esta no es ni siquiera un ente abstracto, mucho menos un ser con valores o moral y por tanto, no tiene en cuenta por sí misma la dignidad del ser humano, ni su calidad como ser que siente, sufre, aspira, sueña...  es decir su calidad  como ser humano con características muy propias, únicas e inherentemente no cuantificables, medibles ni con una escala de valores y  una ética y moral cuyo progreso (hasta dilucidar que se entiende por progreso adquiere distintos matices muy complejos) no puede ser definido ni llevado a cabo por una herramienta que ni siquiera la conoce y que no puede, por tanto, ofrecer las soluciones a todo problema de la humanidad habido y por haber en el mundo.  Esos valores o antivalores son aportados por quien la ejerce.  Un cuchillo en manos de un asesino mata, en manos se un cirujano salva vidas, por tanto, el cuchillo NO puede ser inherentemente malo ni bueno (como quieren los posmodernos de hoy) pues no posee una moral propia.

Es cuestión de saber ver sus alcances y limitaciones  y no negar ni los unos ni los otros, creo yo, o podríamos fácilmente terminar por un lado ultrajándonos entre nosotros mismos en pos de la idea poder de dominio de todo cuanto nos rodea si olvidamos sus límites, o por el otro, alabando la sinrazón y negando los evidentes alcances y potencial de la ciencia si olvidamos lo que ya ha logrado.  Olvidarlo podría llevar, por lógica, a una nueva era de oscurantismo; donde, de igual forma, fácilmente se terminaría en la censura y en el ultraje (moral, social, civil o hasta penal) de todo aquel que no se adscriba a las reinantes  (o ruidosas) ideas "lícitas" según lo dictamina la nueva moral o concepciones posmodernas.

Considero por ello de extrema importancia el pensamiento crítico, donde por obvias razones el comportamiento sectario y una mente completamente adoctrinada serían excluyentes, dónde no tendría cabida aquello de creer y seguir ciegamente a líderes "incuestionables e infalibles", hablemos de cientificistas dogmáticos o de líderes populistas autoproclamados como redentores, de "guru's", maestros "iluminados",  coach de vida, marketeros de "autoayuda", etc.

Con todo aquello, el individuo entre otras cosas deja de hacerse responsable de sus actos, y comienza a seguir simplemente lo que dictamina alguno de esos "líderes", pues caen en la creencia, sobre cualquier asunto, de que "dice que es así ",sin cuestionarse nada,  y sólo porque quien lo dijo se autodenomina o lo consideran "autoridad", lo cual constituye además una falacia con nombre y todo, ad verecundiam.

Pero veamos las terribles consecuencias que podría tener todo eso... les invito a leer el artículo  que dejo en el link del que  rescato lo siguiente:
"... La cosificación, hace referencia a que la esencia de la obediencia consiste en que la persona se percibe únicamente como un instrumento para la realización de los deseos de la otra persona [o ideología, o dogma agregaría yo]  y por ende, no se considera como responsable de sus actos.  Así ocurrida esta “transformación” de la autopercepción, todas las características esenciales de la obediencia, [así como también sus atrocidades]  ocurren." (Vásquez, Psicología y Mente)


Con respecto a la siguiente tabla (no me pertenece, la encontré en un sitio sobre psicología), creo que es esencial no dejarse llevar por la ingenuidad, presión, ídolos, tendencias y modas "espirituales" insostenibles o completamente irracionales e ilógicas (como algunas extravagancias de la corrección política o de ciertas ideologías casi sectarias) que tergiversan y limitan el conocimiento y que crean prejuicios;  y eso implica manejar ambas columnas de la lista con criterio.

El uso de la razón, de analizar críticamente la realidad es una práctica que al parecer está desapareciendo en favor de relativismos que lejos de ser tolerantes (término por medio por el cual se los instaura de forma solapada y manipuladora, me animo a decir) instauran en el imaginario colectivo versiones contradictorias (disfrazadas de corrección política) según la conveniencia del caso y eso no es de ningún modo rigurosidad científica si hablamos de razón y, por otro lado, podrían llevar a la comisión de toda suerte de injusticias si hablamos de moral, relativizando por ejemplo actos delictuosos, o como ya se está haciendo, normalizar todo tipo de atrocidades en aras de una supuesta "tolerancia".   En el equilibrio entre razón y emoción (me refiero a ese algo intangible) considero que está parte del camino.    Y ese camino no es excluyente el uno del otro, no 50% de uno y 50% de lo otro, que equivale a decir solo un poco de ambos; sino que el ser humano es tan maravilloso que puede ser ambas cosas a la vez, al 100%, lo cual lo revelaría como un ser humano integral y en todas sus posibilidades conocidas.  Y el conocimiento quizá radica allí, y en ese afán por buscar la verdad.



Con respecto a esta tabla comparto los puntos 1, 2, 4 y 5 de la columna izquierda y sólo el 3 de la derecha. Y esto porque una cosa es creer que la verdad no existe y socavar así los fundamentos de la realidad tangible y concreta, de la lógica y la ciencia, y otra es aceptar que como humanos limitados que somos, a pesar de que la verdad existe, no siempre vamos a tener por completo acceso a ella.  

Sin embargo, una cosa es ver y aceptar nuestras limitaciones y otra muy diferente negar alegremente las pequeñas verdades a las que sí tenemos acceso.  Y estoy de acuerdo sólo con el punto 3 de la columna derecha porque el conocimiento es un mar inexplorado y lo que conocemos creo que es apenas una gota de agua; que se expandirá en mayor o menor medida de acuerdo a nuestra experiencia en la búsqueda de ese conocimiento.  No tendrá por ejemplo el mismo conocimiento quien se ha dedicado con ahínco a obtenerlo (y más aún si su experiencia se basa en la experimentación y comprobación) que uno que simplemente se cree todo lo que le llega (o lo que ve en memes), o aquel que se encierra en la burbuja de confort en que hoy nos encierran las redes sociales dónde la información que nos llega, por sus algoritmos,  es solamente aquella que refuerza nuestra propia visión del mundo.  De ahí que por ejemplo, tantos adeptos a las teorías de conspiración, incluso a aquellas más disparatadas y contradictorias entre sí mismas, crean y juren que en realidad son seres especiales y "despiertos", demostrando claramente una especie de síndrome de Neo; y es que ese es un anzuelo potente y fácil de aplicar mediante el complaciente discurso de hacernos creer que somos "los elegidos" para algo grande, pues la sola idea ya acaricia el ego y apaga las alertas que nos envía nuestra parte lógica, todo, para no renunciar a tan autocomplaciente perspectiva.     En cuanto al último punto, un nuevo conocimiento puede ser tanto un nuevo aspecto descubierto como un nuevo marco explicativo, el sesgo en la columna derecha es que este marco no puede ser alegremente inventado a conveniencia o mediante el sesgo de confirmación, para ser llamado conocimiento, sino que debe ser debidamente fundamentado.

Les comparto a continuación este link que trata algo de lo que vengo diciendo, de donde extraigo este relevante fragmento:
"Particularidades que agravan la situación [actual]: La creencia posmoderna, ya completamente asentada, de que no existe nada parecido a la verdad, de que sólo existen los puntos de vista. Realmente lo que define nuestra época, aunque ya lo denunció Orwell en los años 30 del siglo XX, no es tanto la mentira como el abandono de la idea de que la verdad pueda existir". (Lozano, 2018)


Las tres citas que transcribo unos párrafos abajo tienen un contexto que habla por sí mismo, casi no sería necesario explicarlo sin embargo lo haré para que quede claro por qué considero que se relacionan tan estrechamente:

La primera, perteneciente a Kant, vio la luz durante la ilustración, antes del paradójico resultado de la exaltación del positivismo cientificista, donde el hombre vislumbró que en su creciente capacidad de dominio de las cosas resolvería todos los problemas de la humanidad, pero ignoraba que él  mismo (el ser humano)  llegaría a convertirse en "cosa", como bien dijo Ernesto Sabato1.  

En la segunda referencia; y antes que el acérrimo detractor de la razón instrumentalista, el posmodernismo, cayera en otra increíble paradoja donde la exaltación del individuo, la pluralidad, el rechazo a viejos relatos (incluyendo religiones) y sus fundamentalismos cayeran en la exaltación de aquello que rechazaban; es decir en nuevos microrelatos, solipsistas además, con sus nueva dosis de dogmatismo y fundamentalismo, junto al rechazo del ser libre pensante (de forma velada claro),  exaltando además las verdades individuales (ultraindividualistas y a conveniencia)  en base a un relativismo llevado a los mismos límites de la lógica y de lo admisible, pero bajo un nombre más digerible, el de la "tolerancia", que camufla su simple y llana negación de la razón, pues se la desprecia como "deshumanizante".   

Sin embargo, el hecho de que la razón no sea suficiente para solucionar todos los dilemas físicos y metafísicos del cielo y de tierra, no significa de ningún modo que no sea necesaria y que se pueda prescindir de ella sin más, así porque sí y sin consecuencias.   De eso habla la tercera cita.  En fin, hoy se acepta todo lo "nuevo", aquello de apariencia "revolucionaria", aun si no lo fuera y aún si careciera de fundamento (o quizá precisamente por eso),  más  allá de la autoidentificación con tal supuesta "verdad", en detrimento de aquellas verdades comprobables y; derivando todo ello por consecuencia lógica, en la exaltación de la sin razón, lo cual, por impensable que parezca, de ninguna manera garantiza tampoco ni los derechos, ni la dignidad del ser humano,  tan sólo termina cayendo precisamente en aquello a lo que  se opuso en un principio, el comportamiento dogmático y fundamentalista de creer poseer la verdad y las soluciones del mundo, de ser parte de ese grupo especial y escogido para "salvar" al mundo para tener la potestad de condenar lo ajeno a tal discurso.

Primero fue la explicación primitiva en torno a deidades como forma de acercaste (de querer acercarse) al conocimiento. Luego vino el dogma de la iglesia por sobre la vida y el libre pensamiento durante la inquisición, llegó más tarde el renacimiento y el llamado Siglo de las Luces, con su innegable progreso científico; que a poco derivó en progreso económico y productivo pero que a poco se sostuvo a costa nuevamente del individuo, su dignidad y su calidad de vida, donde si no produces no sirves, donde tu valía al parecer se mide en cuanto dinero puedes generar, posteriormente cuanto puedes consumir.   Todo eso lo denunciaron escritos posmodernos, así llegó la revolución del pensamiento que rechaza esa cosificación del ser humano, y se percata de que evidentemente la exaltación de la razón nos deslumbró tanto que el sistema ha olvidado la dignidad de la vida humana, es aquello lo que Sabato llega a denunciar allá por los años 50.   Nótese (en la cita transcrita más adelante) cómo hizo una crítica hacia en endiosamiento de la técnica ya hace 70 años; y en segundo lugar, vale comentar cómo él mismo, siendo de inclinación comunista durante su juventud, nunca perdió el sentido de la autocrítica hacia la propia ideología y se percató como ese movimiento en un principio revolucionario había caído en terribles contradicciones y paradojas, rechazándolo; autocrítica que hoy al parecer, entre los adeptos a las ideologías posmodernas en boga se ha perdido casi por completo.  

Hasta ahí todas esas crítica eran plausibles.  Sin embargo, hoy esa crítica hacia la razón se ha empañado, hoy no sólo se rechaza la razón instrumentalista, se rechaza la razón per se, y nuevamente se olvidan al parecer al individuo y su dignidad como tal, en aras del mantenimiento de dogmas, de nuevos mitos que se venden como antimitos, se proclama estar en defensa de la libertad, la tolerancia, igualdad, entre otros, consignas nobles todas, pero todo lo que parece contar al final de todo es el triunfo de una ideología pues todo lo demás incluyendo el libre pensamiento, se censura, nuevamente, como si en lugar de avanzar estuviésemos retrocediendo, volviendo al oscurantismo, pero esta vez por decisión propia, y la gran paradoja, se llama a todo eso "progreso.  Nos hemos perdido de nuevo en los delirios de una supuesta "revolución"... como las otras veces.

Es así que lo alguna vez dijera Kant, cuando el mundo salía de una época oscura donde pensar por cuenta propia no estaba permitido y no existía noción verdadera ni mucho menos benevolente hacia el conocimiento científico y la razón, es así que aquello que una vez dijo no puede venir mejor que en medio de la situación en que nos encontramos,  donde todo tipo de sesgos y la adoración de ídolos aunque ya  no religiosos pues a estos el posmoderno los considera retrógradas pero irónicamente, sí se siguen ideologías y movimientos que se consideran irrefutables e incuestionables.

Así llegó la ilustración con la exaltación de la razón:
"La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad.    La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro.   Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino en de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro.""¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!"
Kant, ¿Qué es la Ilustración?, 1784

Y así llegó la razón instrumentalista y la cosificación del ser humano, con ello también la exaltación de la técnica incluso por parte de quienes en un principio decían combatir lo primero.  Entonces quienes cuestionaron este sistema deshumanizante, pero más allá de ello también se atrevieron a ver la paradoja y contradicción interna en que cayó uno de los movimientos que se supone iba a hacer frente a tal sistema:
"[Vivimos] El derrumbe de la civilización occidental. Este derrumbe que los comunistas imaginan un mero derrum­be del sistema capitalista, sin advertir que es la crisis de toda la civiliza­ción basada en la razón y la máquina, civilización de la que ellos mismos y su sistema forman parte. La problemática del hombre se replan­tea cada vez que parece rescindirse el pacto primero entre el mundo y el ser humano en tiempos en que el ser humano parece encontrar­se en el mundo como un extranjero solitario y desamparado […] la ciencia no es por sí misma garantía de na­da, porque a sus realizaciones les son ajenas las preocupaciones éticas."
"Frente al caos capitalista, surgió el movimiento socialista, pe­ro pronto adquirió los atributos del siglo que quería combatir: la Ciencia y la Máquina se convirtieron en sus dioses tutelares." 
"El Renacimiento se produjo me­diante tres paradojas:
1a Fue un movimiento individualista que terminó en la masificación.
2a Fue un movimiento naturalista que terminó en la máqui­na.
3a Fue un movimiento humanista que terminó en la deshumanización.
...que no son sino aspectos de una sola y gigantesca paradoja:
La deshumanización de la humanidad." 
"Esta paradoja, cuyas últimas y más trágicas consecuencias pa­decemos en la actualidad, fue el resultado de dos fuerzas dinámicas y amorales: el dinero y la razón. Con ellas, el hombre conquista el po­der secular."
"[…] El capitalismo moderno y la ciencia po­sitiva son las dos caras de una misma realidad desposeída de atribu­tos concretos, de una abstracta fantasmagoría de la que también for­ma parte el hombre, pero no ya el hombre concreto e individual si­no el hombre-masa, ese extraño ser todavía con aspecto humano, con ojos y llanto, voz y emociones, pero en verdad engranaje de una gi­gantesca maquinaria anónima. Este es el destino contradictorio de aquel semidiós renacentista que reivindicó su individualidad, pro­clamando su voluntad de dominio y transformación de las cosas. Ig­noraba que también él llegaría a transformarse en cosa."
Ernesto Sabato, Hombres y Engranajes, 1951 

Llegaron entonces las ideas posmodernas, se plantea la abolición de los viejos relatos para acabar con el dogmatismo, se plantea lo inhumano de la razón instrumentalista que cosifica al ser humano.  Sin embargo, la abolición de grandes relatos del pasados para eliminar dogmatismos y que el hombre volviera a pensar por sí mismo no significaba y me atrevo a asegurar que no se suponía que al aceptar la multiplicidad de microrelatos nuevos en aras de la tolerancia y el libre pensamiento, estos microrelatos habrían de convertirse a la vez, todos juntos y revueltos en un contradictorio cóctel abigarrado sin estructura ni criterio alguno, y que al mismo tiempo habrían de convertirse en los nuevos dogmas.  Del mismo modo, la sola razón, pudiendo ser esta a veces fría y calculadora, muy lógica pero ajena a la parte sintiente y sensible del ser humano, es claro que no habría de ser, por sí sola, suficiente (si hablamos de dignidad humana y empatía).  Sin embargo, no olvidemos que el hecho de que no sea suficiente no implica en absoluto (o al menos no debería) que esta no sea necesaria:
“El siglo XVII tuvo la sabiduría de considerar la razón como una herramienta necesaria para tratar los asuntos humanos. El Siglo de las Luces y el siglo XIX tuvieron la locura de pensar que no sólo era necesaria, sino suficiente, para resolver todos los problemas."
"En la actualidad, todavía sería una mayor demostración de locura decidir, como quieren algunos, que con el pretexto de que la razón no es suficiente, tampoco es necesaria”
François Jacob, El Juego de lo Posible, 2006

  • Hubo un tiempo en que pensar por cuenta propia era pecado y llevaba consigo condena.
  • Hubo otro tiempo en que se repudió ese pasado oscuro y se exaltó el uso de la razón y al quedar deslumbrados por ella no pudimos ver nada más, olvidando la dignidad del ser humano y su individualidad al reducirlo a ser un engranaje más de la gran maquinaria, como diría Sabato, una pieza reemplazable del sistema que sólo vale en tanto produzca y posteriormente en tanto consuma. Volvió entonces a perder su derecho a pensar y ser por cuenta propia.
  • Hubo otro tiempo en que, el ser humano nuevamente alerta sobre tal oscura realidad, se levantó contra la apología exagerada hacia la razón y una noción extraña de progreso que no contempla la dignidad del ser humano, repudió todo eso en teoría el dogmatismo, hasta entonces imperante así como un sistema que observa pero que impide al individuo ver y pensar por sí mismo habría de abolirse esa que se antepone.  Pero los nuevos relatos se tornaron el dogmas incuestionables, la tolerancia existe sólo para quienes no cuestionen esos nuevos dogmas.  
El individuo, esta vez so pena de linchamiento mediático y social, está nuevamente en franco camino a perder nuevamente su derecho a pensar.  Nuevas ideologías con sus nuevos microrelatos que en teoría habrían de reivindicar las libertades y derechos del individuo masificado y convertido en cosa, se han convertido en ultraindividualistas al punto de caer en relativismos extremos solipsistas donde cada quien puede manejar su propia verdad aunque se contradigan internamente siempre y cuando no choquen o entre en desavenencia con los dogmas del movimiento, relativismos que conllevan negación de la razón, negación de verdades a las que sí tenemos acceso, relativismos que inducen a la normalización de cualquier cosa a nombre de "tolerancia", y fácilmente podrían conducir a la normalización de cualquier tipo de atrocidades y la aceptación de todo tipo de injusticias, al negar la lógica y satanizar el uso de la razón y la lógica como si por sí mismas fueran instrumento del demonio.   Se ha negado nuevamente a la razón y todavía se considera a eso "progreso", ¿no estamos mas bien retrocediendo?  Algunos han llamado a este proceso contrailustración2 e incluso lo han comparado con un proceso autoinmune3,  a pesar de que si hablamos con rigurosidad aun podemos pensar por cuenta propia, sin embargo, como decía, habremos de pensar antes si podremos asumir las consecuencias derivadas del linchamiento mediático y social por ejercer la libertad de pensamiento fuera de los nuevos e incuestionables dogmas que paradójicamente predican libertad de pensamiento y abolición de dogmas.

Recordemos esto:
"El individuo “pre-ilustrado” sería un individuo pasivo que dejaría que su entendimiento fuera controlado por otros.   La Ilustración pondría fin a esta apatía y coincidiría con la voluntad de los seres humanos de correr el riesgo de pensar por sí mismos."4

Por qué entonces, si la revolución posmoderna habría de reivindicar nuevamente la libertad del individuo como individuo librepensante, aboliendo dogmas, viejos relatos y fundamentalismos, por qué si habría de luchar en favor de valores tan nobles como la tolerancia, ¿por qué entonces, si se desechan los dogmas, los nuevos microrelatos se trastocan poco a poco en los nuevos e incuestionables dogmas? 

¿Por qué si luchan contra el fundamentalismo de viejos relatos las nuevas ideologías se promueven como poseedoras incuestionables de "las verdades" (lo cual, al ser incuestionables es lo mismo que hablar de poseer la verdad absoluta, típico de toda idea fundamentalista) e incluso como parte de algún despertar espiritual de tintes claramente dogmáticos y hasta sectarios? 

¿Por qué si se vende a sí misma como una revolución del pensamiento que ejerce una crítica contra el sistema despiadado la autocrítica hacia el propio movimiento se ha perdido y se es lapidario contra quien la ejerza? 

¿Por qué todo aquello se promueve con banderas como la tolerancia y el cuestionamiento hacia el sistema pero no se permite cuestionamiento alguno hacia la propia ideología ni hacia sus métodos, paradójicamente intolerantes?  

¿Por qué si hablan de libertad y dignidad se censura todo lo disidente y se lo etiqueta con apelativos que mellan la dignidad? ¿No es todo esto un concentrado de contradicciones y parajodas? ¿No tiene que ver todo eso con la negación de la razón y la lógica?
"Para definir la Ilustración, Kant reinterpreta el ´Sapere Aude´. Ésta fórmula tendría su origen en las Epístolas de Horacio, cuando escribió: ´Atrévete a ser sensato. Empieza. Quien aplaza vivir rectamente espera, como el paleto, a que se agote la corriente del río; pero éste discurre y discurrirá arremolinado sin parar´.   En este contexto clásico, el Sapere Aude no tenía el mismo sentido otorgado por Kant, significaba más bien “atrévete a ser sabio” con el fin de lograr un equilibrio interno en su alma." 5
 Así que en el sentido de Horacio solo diré, ¡Sapere Aude!  Aceptemos la libertad de elección y de pensamiento, mas no perdamos en ello el sentido de la lógica, por ejemplo aceptando al mismo tiempo dos visiones que al contradecirse desde su misma esencia se anulan, resultando que obviamente no es posible sustentar ninguna y menos ambas al mismo tiempo pero aun así insistir en ello, o como segundo ejemplo, algo más serio, condenando al inocente, apoyados en la idea de que cada quien crea su propia verdad y que a cualquiera se le puede antojar que el inocente es culpable y se acabó. ¡Lo terrible es que está pasando! y compra mentes con base en la manipulación de la emocionalidad, la ingenuidad y la falta de criterio.

Apoyemos la libertad, mas que esta no se vuelva libertinaje socavando los derechos de ajenos, aboguemos por la libertad pero que esta no se limite únicamente al circulo que repite exactamente lo mismo que uno censurando o satanizando todo lo demás; cuestionemos pero también a la propias creencias,  seamos críticos pero seamos también empáticos; usemos la razón mas no perdamos la sensibilidad, insisto ¡Sapere Aude! en el sentido de Horacio, ¡Seamos sensatos!  


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1 Ernesto Sábato no fue sólo un escritor y pintor, considerado humanista por unos, o por algunos otros, los menos, considerado como "posmoderno" por su crítica hacia la técnica, en todo caso empero, si lo fuera, estimo que nunca lo sería en el sentido actual de desprecio irascible, irracional (valga la redundancia) y sin más, hacia el uso de la razón.    Siendo doctor en Física, lo cual lo acercó a la ciencia, habiendo sido comunista en su juventud pero habiéndose percatado también de sus contradicciones internas y de su paradójico desarrollo histórico, habiendo renegado y denunciado el autoritarismo del régimen Stalinista ganando la antipatía de muchos adeptos fanáticos, puso al ser humano por sobre la misma ciencia y por sobre cualquier ideología lo cual, entre otras causas le valdría la admiración de Camus.   Presidió la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) en Argentina, donde su voz no calló contra las atrocidades de la dictadura y el Plan Cóndor.  Considero que fue alguien que supo ver y vivir ese equilibrio entre razón y emociones, alguien que supo ser lo suficientemente racional para no creer ciegamente en  irrefutabilidad de una ideología aun si fuera la propia (al contrario de lo que por lo general sucede hoy), alguien capaz de ejercer su capacidad autocrítica consigo mismo y aun con el propio movimiento que militaba, y sin embargo, con la suficiente empatía y sensibilidad para alzar siempre su voz influyendo incluso en varias generaciones, por la reivindicación y reconocimiento de la dignidad humana como tal. 

2 Daniel Daou, "Contra-Ilustración: autoinmunidad posmoderna". Rescatado de: https://www.arquine.com/contra-ilustracion-autoinmunidad-posmoderna/.  

3 Autoinmunidad, término médico utilizado en condiciones y trastornos del sistema inmune donde las defensas atacan no sólo a los agentes infecciosos y patógenos externos sino también a los propios tejidos al no discernir que se trata del propio organismo y no así de agentes externos peligrosos.  En estas condiciones, las defensas que juegan un papel benefactor en el individuo sano, en estas condiciones es un arma de doble filo que a la vez hace mucho daño, como el progresismo posmoderno, según el autor.   Según esta analogía tan acertada que la verdad jamás antes se me había ocurrido relacionar,  puedo deducir y entender lo siguiente: En esta condición de salud (condición posmoderna) las defensas (el progresismo posmoderno),  al margen de defender al organismo (defender una causa: libertad, tolerancia, igualdad, etc.) contra lo pernicioso para él (aquello contra lo que luchan: discriminación, intolerancia, dogmas) estos mismos agentes que habrían de defender al organismo (individuo, ser humano) terminan haciéndole daño al no discernir (no hacer uso de la razón y el criterio) entre el propio organismo y agentes patógenos, confundiendolos (entre el sistema opresor y deshumanizante y alguien que ejerce autocrítica o ve las debilidades de una ideología, confundiendolos) considerando a los propios tejidos como patógenos externos (considerando a quien apoya una revolución del pensamiento y que también defiende esos mismos valores como la libertad, igualdad, tolerancia; como si fuera un defensor de ese sistema despiadado opresor, racista, discriminador etc., sólo por ser crítico con una ideología progresista y sus debilidades, sólo por no estar dogmatizado por ella).  Entonces sumido en estas contradicciones el cuerpo enferma (el ser humano, la sociedad enferma), y son las propias defensas que perdiendo su norte y su función normal (las propias ideologías que habrian de defender la dignidad del ser humano, perdiendo su norte y la noción de sus causas) atacan y destruyen los propios tejidos en lugar de sólo proteger al organismo contra enfermedades (atacan y destruyen a los que también apoyan sus causas, hacen daño a sus causas en lugar de sólo reivindicarlas).  Y así como el la autoinmundad termina siendo al final de cuentas que el cuerpo se ataca a sí mismo por causa del funcionamiento errático del sistema inmunológico, estas ideologías terminarían destruyéndose a sí mismas y a sus causas, por causa de su funcionamiento y métodos erráticos.

4 Antonio Pele, "Kant, la Iliustración y la domesticación del ser humano",   Recuperado  de: https://ojs.uv.es/index.php/CEFD/article/viewFile/766/482

5 Ídem

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REFERENCIAS Y FUENTES:

* DAOU, Daniel, "Contra-Ilustración: autoinmunidad posmoderna", 2018.   Rescatado de: https://www.arquine.com/contra-ilustracion-autoinmunidad-posmoderna/
* JACOB, François, "El Juego de lo posible", 2006, España, ed. S.L. Fondo de Cultura Económica de España, pp. 92.
* KANT, Immanuel, "Filosofía de la Historia", 1978, España, ed. F.C.E., pp. 147.
* LOZANO, Irene, "El lenguaje en la era de la posverdad", Filosofía &Co., 22/06/2018. Recuperado de https://www.filco.es/el-lenguaje-en-la-era-de-la-posverdad/
* PELE, Antonio, "Kant, la Iliustración y la domesticación del ser humano", Instituto de Derechos Humanos “Bartolomé de las Casas” Universidad Carlos III Madrid, 2011. Recuperado de de: https://ojs.uv.es/index.php/CEFD/article/viewFile/766/482
* SABATO, Ernesto, "Obra Completa, Ensayos", 2002, Barcelona - España, ed. Seix Barral,  pp. 782.
* VÁZQUEZ, C., Ricardo,  "El Experimento de Milgram: el peligro de la obediencia a la autoridad", Psicología y Mente, 2018, Recuperado de https://psicologiaymente.com/social/experimento-milgram-crimenes-obediencia-autoridad

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