viernes, 17 de agosto de 2018

Arte Posmoderno


Esto es tan sólo una opinión...

El arte es subjetivo dicen,  yo creo que el gusto por él es lo realmente subjetivo,  pero en vista de eso no veo necesario poner acá mi definición o visión personal de lo que  creo que  significa el arte, aunque creo que  sí me acercaré un poco a decir lo que considero que no lo es...

El asunto de la defensa del llamado arte posmoderno contra viento y marea se me antoja demasiado deconstructivo (típico de esta corriente del pensamiento) y el aludir al 100% de esa acepción de arte como fatuo una leve exageración, y digo leve a propósito, porque sea mayor o no en cantidad, en cualquier caso parece ser mucho más ruidosa la porción de "artistas posmodernos" cuyo trabajo realmente se caracteriza por simplemente buscar polémica a cualquier costo o por tan sólo ser estéril y fatuo, a mi modo de ver,  lo cual siempre, como es de esperarse en cualquier corriente, contará con sus acérrimos defensores que en muchos casos al final terminan sosteniendo la falacia de que el arte bello o estético se lo debería o se lo suele poner al nivel y en el mismo saco que los "objetos decorativos".  Pero ¡NO!, decir eso para mí es como como sostener que la música, aquella realmente virtuosa se la pudiera equiparar con tonadas infantiles destinadas únicamente para entretener a un bebé y para bailarse en ronditas y no así a creadas pensando en ningún deleite o estudio musical profundo que con tal música se pudiera hacer, como tampoco pensado en la catarsis ni en la denuncia, ni expresión, ni en la técnica, maestría o virtuosismo, ni siquiera al aprendizaje como sucede con "2 y 2 son 4..." o a uno psicomotor; no, destinada únicamente a entretener sin reparar siquiera en la pieza y lo que conlleva.   El hecho de que hoy se aprecie más fácilmente por ejemplo la música hecha sólo para bailarse en discotecas de moda o se vendan por montón cajitas con repujado en base a un molde, plantillas para "pintar como un experto" o se fabriquen supuestas obras de arte en serie no implica que el arte bello, conmovedor ni aquel que se estudia y desarrolla técnicamente y/o con la inherente capacidad de conmover, inspirar, eternizar o llevar en sí una catarsis se haya reducido a tan sólo eso, a objetos de entretenimiento, diversión y decorativos, como una música "de fondo" como algunos llaman a la música que consideran "sirve" para tocarse en las salas de espera; esa idea simplemente utilitaria, para "no aburrirse", divertirse o únicamente "decorar" muestra que, como para tantos, y en la mentalidad de quienes sostienen tal cosa, sí han reducido el arte de esa manera.

Pero todavía existen quienes diferencian un objeto meramente decorativo, para entretenimiento de una obra de arte, que otros no puedan verlo es precisamente una de las razones de la decadencia del arte en casi cualquier absurdo estéril, ahora desde un punto negro en un lienzo blanco puede ser considerado arte si media entre la "pintura" esta y el espectador una explicación intelectualoide lo suficientemente rimbombante y abstracta para que los simples mortales caigan embelezados por conceptos y palabras que no entienden del todo pero que de alguna forma terminan sentando la "intelectualidad" (léase snobismo) del supuesto "artista posmoderno vanguardista y revolucionario" en el imaginario del público asistente, pero cuya "obra" definitivamente no conmueve, no contiene ninguna suerte de virtuosismo, ni virtud, y menos de técnica, es plástica, fría, estéril, y ya ni siquiera expresa nada... Y se supone que, según estos mismos paladines de lo posmoderno, había de ser polémica, crítica y/o denunciar, pero ¿cómo podría si ni siquiera expresa ya nada por sí misma sin la mediación de aquellas ultra elaboradas explicaciones?

¡Arena ven a mí!


Sobre la Soledad...


La soledad, un tema con demasiadas aristas... me limito sin embargo en el presente texto a exponer mi criterio con respecto a una visión muy popular acerca de ella en estos días, una visión muy romántica y edulcorada para mi gusto, cuando al parecer se ignora la existencia de su otra cara, esa cara más oscura y fría, aquella que se muestra fiera y realmente desoladora; visión según la cual no sólo se llega a ignorar ese rostro oscuro, como decía, sino también su cruda realidad y la envergadura de sus consecuencias en la vida de quienes la experimentan.   Esto sucede según pre-concepciones muy difundidas hoy que tienden a minimizar, a obviar o incluso que llegan a ridiculizar el sufrimiento de quienes la padecen, tildando el asunto de exageración o a la persona de "único y diferente" wannabe, como se diría coloquialmente entre jóvenes.   Es cierto que antes ser la "oveja negra" que nada contra corriente era motivo de bullying, pero hoy,  "gracias" a las ideas posmodernas entre otras cosas, medio mundo se cree la oveja negra según la nueva moda,  así que hoy el pretender o creer serlo por ser esto mainstream, es entre círculos de tintes intelectualoides o entre aquellos que se jactan de no seguir ninguna moda, el nuevo objeto de bullying.   Pero el detalle aquí relevante, fuera de analizar el tema mismo del bullying (que hoy no compete), es que no existe el suficiente criterio muchas veces para discernir si se trata tan sólo de una moda o si realmente la persona sufre de soledad o si en verdad se siente realmente incomprendida, (cosa que podría tener incluso raíces más profundas psicológicas no diagnosticadas o infravaloradas, pero eso también es otro tema), entonces, por causa de toda suerte de preconcepciones, desestimaciones y análisis someros entre otras cosas, se tiende a juzgar a la ligera y se desestima el asunto según ciertas ideas y generalizaciones que de lleno juzgan al individuo o abogan por la soledad como la situación más productiva, creativa, reflexiva y de crecimiento personal que puede existir, con exámenes demasiado superficiales para mi gusto que derivan, sólo en caso de tomar a la persona y su situación como algo real claro, en ideas empalagosamente "positivas" (por tanto irreales) según las cuales, en lugar de sufrir su soledad, la persona debería "estar agradecida y sentirse feliz y afortunada de tener ese tiempo", como si fuera todo cuestión de únicamente un espacio o lapso en ausencia de compañía.    Se tiende entonces a normalizar y no sólo eso, sino a exaltar incluso algo que se ha convertido en una epidemia por la evidente afectación a la salud física y mental de quienes la sufren.   ¿Cómo hemos llegado a eso? No sé la verdad si sea esta otra manifestación más de nuestra condición posmoderna que logra, en base a toda suerte de deconstrucciones orientadas, normalizar todo lo imaginable e inimaginable, incluyendo una epidemia tan seria como esta, si simplemente somos mucho más individualistas que  antes aub a pesar de la noción algo generalizada de un supuesto "despertar de la conciencia", si sólo estamos más dispersos, o más fríos, o más ocupados, o más telecomunicados pero mucho menos comunicados, ¡quién pudiera saberlo!... son tantísimos y tan enrevesados los factores que intervienen.

Y no, no voy a negar las bondades de un tiempo de retiro y reflexión a solas, ni tampoco los beneficios de un momento de tranquilidad y/o "soledad", de alejarse del bullicio y el estrés cotidiano en actitud contemplativa y reflexiva; no voy  negar nada de eso, pero, ¿y si no tuvieras nunca con quien compartir todo ese aprendizaje, ni ese descubrimiento interior, crecimiento personal, reflexiones y producción intelectual, artística, etc., nacida de "esos momentos"? (de esa situación diría yo), ¿Y si simplemente tuvieras preocupaciones más apremiantes que tu "crecimiento personal" como sobrevivir por ejemplo? ...veamos pues esa otra cara.

La soledad, aquella que se busca y se elige, como tiempo de retiro, autoconocimiento y reflexión la considero muy valiosa, pero la soledad no elegida, sino aquella impuesta por la marginación que la sociedad acostumbra dictaminar de manera tácita sobre todo aquel que no se adapta a ciertos "estándares" de variada índole, es muy diferente.

La visión romántica acerca de la soledad es algo que pasa muy a menudo, sin embargo, sin tener en cuenta que la soledad más absoluta puede llegar a ser realmente lapidaria y demoledora. En la vida moderna, y sin ánimo de sonar "posmoderna" ni desmerecer los beneficios innegables de la tecnología así como del acceso a la comunicación a distancia y a medios como Internet, queda ver como todo esto al mismo tiempo constituye casi un nuevo estándar de vida, al menos entre la clase media que conoce de estos privilegios que antaño eran puramente un lujo, aun si accedieran a ellos de manera muy limitada, queda ver cómo ese "lujo", ese innecesario si somos estrictos (pues no constituye una necesidad básica a satisfacer para la supervivencia), se ha vuelto casi indispensable en la vida moderna de las nuevas generaciones, no porque lo sea realmente sino sobre todo porque la cultura ha ido amoldándose de manera tan notoria a esa nueva forma de vida que muchas personas, empresas e instituciones no lograrían coordinar de otro modo sus actividades sino a través de las ventajas de comunicación, información compartida, respaldada, notificada, etc., que ofrecen las telecomunicaciones y la red el día de hoy, y no hablo de actividades como las transaccionales en banca o de otra índole donde se precisa de sistemas informáticos y bases de datos entre otros, hablo de actividades de coordinación humana, entre personas, que se ha visto tan sostenida casi exclusivamente por esos medios.  Ahora bien, yendo un poco más allá, sucede que las redes sociales, al margen de ser toda una gran herramienta, no sólo han jugado un papel preponderante en la comunicación, sino también en la desinformación llevándonos a la era de la posverdad, desinformación a todo nivel y que pone al alcance además, un mundo virtual realmente lapidario, donde en muchos casos las personas no pueden ya conocer al otro más que por las referencias que tiene de su "perfil" o por lo que comparte que no necesariamente refleja ni la totalidad ni la realidad de lo que son por las obvias limitaciones de las plataformas virtuales  comparadas a una interacción real cara a cara (fuera de ello es además tan fácil omitir o exagerar atributos, situaciones, sucesos, intereses, logros etc.).   Vivimos expuestos a ese escaparate lapidario: "hazte de fama" dicen, y las redes sociales han servido como nada para tal efecto y, finalmente, están quienes simplemente, de rehusarse a usar tales herramientas como redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea, fácilmente podrían pasar la vida casi como si no existieran, porque el mundo no los ve en esa vitrina, no tienen presencia y lamentablemente a veces, según he visto, si no existes en redes sociales es como si no existieras en absoluto.

Como otro terrible ejemplo está lo que sucede en países nórdicos, donde existe un servicio de levantamiento de cuerpos de personas olvidadas por el mundo, personas que viven y mueren en una soledad tan extrema que no reciben ninguna asistencia antes de morir e incluso sobre las que nadie repara en su ausencia ni se percatan siquiera de su muerte sino hasta semanas o meses después, cuando la descomposición empieza a afectar el ambiente...

Y si contamos a las personas que no tienen acceso a esas herramientas tecnológicas y que además viven solas e ignoradas  ¿se han puesto a pensar todavía en esa soledad?   Y si todavía a todo eso añadimos las teorías de "autoayuda", gurús y bestsellers hablando sobre el desapego y el ultraindividualismo como "el camino a la felicidad", la cosa se pone aun más negra y aún peor, si tomamos como verdad absoluta la idea despiadada de "coaching" según la cual el pensar en positivo te hará dueño del mundo y "visualizar" lo suficiente o lo suficientemente bien hará que "el universo conspire a tu favor", pensamiento ideal para culpar a aquel ser marginado e ignorado por la sociedad de su situación por no pensar en positivo o no haberlo hecho lo suficientemente bien, ¡se lo declararía culpable!, ah pero esa sociedad desafecta, ultraindividualista y dopada en su comodidad con falaces imágenes de éxito vendidas por millonarias "industrias de la felicidad" no,  olvida, margina, desecha, pero esa sociedad jamás podría tener la culpa...

Y aún cuantos factores más quedan por tomar en cuenta, somera es esta mirada y este análisis, pero todos ellos aportando, incluso tan solapadamente a la soledad del individuo contemporáneo...

La soledad absoluta, aquella que amenaza rondando con sus feroces fauces al individuo en tanto éste no se adapte y amolde a su entorno al menos en cierto porcentaje "requerido" (como objeto de consumo que expone en un escaparate para que el mundo pueda ver si es lo suficientemente bueno, atractivo, "valioso" y/o "exitoso" para los cánones de su época, sociedad y cultura), aquella soledad tan al asecho hoy en día decía, y atizada por tan diversos factores, es algo demasiado peligroso, triste y hasta funesto como para tomarlo a la ligera.

Considero sensato el cuidar mucho de idealizarla y/o romantizarla demasiado, ya que muchas veces no se toma en cuenta sus desgarradoras consecuencias para la salud e integridad tanto física como mental y emocional de quien la padece.





miércoles, 15 de agosto de 2018

Sobre los animales, animalismo y antianimalismo...


Antes de nada aclarar que aquí no sólo tocaré un punto, tocaré varios en referencia a esta cuestión... pues vamos a eso.

PRIMERA PARTE: Ojos que no ven...
Si somos estrictos, matar a un pollo para comerlo o a un perro por saña sigue siendo matar, cierto, pero saber que muere un pollo, una vaca o un cerdo (no lo estoy justificando por comodidad mía OJO! si es que siguen leyendo) para luego llegar a la mesa, aún siendo esto un hecho, no es precisamente algo con lo que se viva o conviva directamente, sino que el hecho de que llegue a la mesa de esa manera es no sólo casi tácito sino también algo arraigado culturalmente; y como casi nadie lo hace en persona simplemente pasa, ni se piensa en eso, lo consumen y al final todo aquello obviando y evitando para sí  mucho del  proceso.    Pero no me malentiendan, no lo estoy justificando, yo misma soy vegetariana hace más de 12 años, sin embargo, aunque no lo comparta ni lo justifique en esa medida que acabo de mencionar, lo entiendo.  Se deja que  suceda por costumbre, y otras veces por la comodidad y simpleza de no tener que pensar cómo es que es posible comer sin carne en una cultura dónde no sólo hacerlo no es habitual, sino que sería además un salto brusco por lo exagerado, según algún nutricioista que leí por ahí,de su consumo en nuestro medio.   Al no presenciarlo quizá por generaciones y más allá se haya hecho costra, muchos ya son indiferentes al asunto, por otro lado, quienes si lo ven de cerca, ven muertes y condiciones deplorables muchas veces, es verdad, ignoro lo que piensen o sientan si se haya hecho costra o ni siquiera pensaron jamás en eso o si la necesidad de un trabajo es más; aún así...   dudo que vieran impávidos destripar en vida al animal, ¿o sí?   Pero ¿A qué viene esta referencia? A cierto caso sucedido en mi país, donde cierta carnicera,  asesinó y de forma desalmada destripó vivo a un can que, por hambre, había de robarle un pedazo de carne. 

No, no estoy diciendo por doble moral ni a conveniencia que uno es justificable porque "es" para comer y el otro no, para nada, soy vegetariana ya lo dije,  pero eso no hace que me vende los ojos ante la realidad de cosas tan arraigadas como una forma de vida, y saber primero que no todos verán su trasfondo, no todos se lo preguntarán, o no a todos realmente les preocupará pues tendrán prioridades otras como la supervivencia suya y de su familia (otro cuento son quienes disfrutan de ver sufrir a un ser vivo o simplemente les da olímpicamente lo mismo).  Por otro lado, por mucho que se las vea y afecte la forma de ver las cosas,  en primer lugar no son costumbres o formas de vida que han de romperse a base de condena y señalamientos (y no somos  nadie para juzgarlo), y segundo no me vendo los ojos ante la realidad de que  es imposible abstraerse al sistema del todo, es triste, es desesperanzador, pero es la verdad.

SEGUNDA PARTE: El repudiado caso de la carnicera, voces que condenan su proceder y otras que condenan el proceder de la justicia al detenerla... 
Cada uno hace lo mejor que puede desde donde puede y en tanto puede... y eso, llevado conscientemente, si se hace con convicción y no por moda o adoctrinamientos (que al parecer hacen más daño que bien)  tiene su valor.   Ahora, destripar a un animal en vida realmente dudo que pueda ser "lo mejor que alguien pudo hacer", independientemente de ser animalista o no, vegano o no, etc., por simple humanidad es un acto totalmente abusivo, cruel y desalmado destripar así a un ser vivo, eso no es cuestión ya de ignorancia o pobreza como se alega por ahí para minimizar ese horrible acto;  he visto gente muy pobre que  jamás, por propia mano, con premeditación, saña, con total conciencia  y control de sus actos cometería semejante cosa aun cuando si su bolsillo se los permite comieran un trozo de carne, jamás, así no hay justificativo para un acto tan desalmado.    Digo, poniéndome en el lugar del animal preferiría mil veces me mataran de un tiro en la sien antes de que me destriparan viva y me dejaran agonizando quien sabe cuánto tiempo con el desangramiento, infección, dolor y todo lo que semejante salvajismo conlleva, y creo que ustedes escogerían lo mismo pues la segunda opción sería  demasiado cruel para cualquier ser humano y obviamente también para cualquier animal. 

Entiendo perfectamente la indignación que  existe contra supuestos seres nobles que por ejemplo defienden la vida y dignidad animal pero por propia mano y en primera persona cometen atrocidades contra su prójimo, lamentablemente eso también es real, pero indignarse en contra de eso nada tiene que ver en este caso con minimizar por causa de tales incongruencias el horrible proceder de esta señora, eso sería caer en una especie de ad hominem, ya que ciertos individuos que defienden a los animales son malvados con su prójimo, entonces quienes condenan el acto de la señora deben ser también falsos y el acto que cometió contra el animal justificable.  Pues NO, lo uno nada tiene que ver con lo otro creo yo por el simple hecho de que semejante proceder como el de destripar en vida a un ser vivo sólo muestra nuestra carencia total de empatía, y lo mismo sucede por ejemplo cuando un supuesto SJW,  "progre"  posmoderno o animalista por ejemplo abandona o maltrata a sus padres ancianos, no se puede creer en tal nobleza cuando sin mosquearse puede hacer tanto daño y con plena conciencia a un ser que siente de igual forma que nosotros sentimos.   De hecho ambos casos sólo refuerzan el hecho de una carencia abrumadora de empatía pero con poses nobles que sólo irradian a un grupo en específico y que atenta contra los demás (me vino a la mente la idea de comportamientos sectarios, discriminatorios, etc.).  En tales casos existe obviamente una impostura, una moral que  es pura fachada porque en primera persona, directamente y en total control de sus actos ayuda a un ser con una mano y destroza a otro con la otra, no hay coherencia ni nobleza real en tales actos más allá quizá del ego de sentirse como un ser "virtuoso" más en medio de esta nueva ola o nueva moda de virtud y conciencia light tan contradictoria.

Saben de memoria que yo misma repudio esas fachadas, me asquean, pero eso no impide que pueda ver  sus causas (independientemente de sus actos) como algo justo.   Me explico, apoyo la equidad en el trato y oportunidades de acuerdo al esfuerzo, apoyo la igualdad de acceso a condiciones básicas de supervivencia como primordialmente salud y alimentación, creo en la libre expresión (no libre agresión), en respetar los derechos y ejercer los propios siempre que no interfiera o afecte los derechos de otros.   Creo en la necesidad igualdad de oportunidades de acceso a la  educación, creo en la no discriminación por cuestiones de raza, religión, sexo, etc. , pero creo también en tales cosas como principios de vida, no como imposturas del tipo el aborto es reivindicación femenina, si no apoyas el aborto eres machista o el feminismo es vegano, si comes carne apoyas al heteropatriarcado y eres homófobo si  realmente no creo en nada de eso pues más que hechos, son dogmas casi sectarios de algunas ideologías.  Así, tampoco voy a caer en lo contrario, pensar que si ciertos grupos animalistas son sectarios y tienen doble moral y yo no soy sectaria ni tengo doble moral, entonces voy a apoyar a quienes por simple deporte hacen daño a los animales, así muestro mi descontento con tales grupos, NO, eso sería caer en otro tipo de  dogmatismos pero a la inversa. 

Está bien, es cierto que ciertas actitudes de los nuevos "virtuosos" y nueva "policía de la moral" hacen a sus causas más daño que bien, pero, a ver, para eso está el criterio, la objetividad, el raciocinio y otras cosas, aprendamos a separar las cosas; una cosa son las causas en sí, otra las enrevesadas o incongruentes actitudes que sus más alborotadores o ruidoso autodenominados "exponentes" puedan exhibir.  Aprendamos a separar, insisto, no hacerlo sería como caer en otra especie de ad hominem:  descalificar una causa justa sólo por tener diferencias con quienes las postulan, en este caso, diferencias  morales con sus exponentes y con las actitudes personales incongruentes que puedan tener.   Hacer eso es lo más fácil, pero es caer en lo mismo que se critica, perder todo sentido de autocrítica hacia el propio bando, por decirlo de alguna manera. 

Jamás apoyaría la idea que algunas personas sostienen con referencia a que los animales no tienen derechos.   Es verdad que humanizarlos es casi tan atroz como animalizarnos nosotros, somos lo que somos, sin embargo no puedo evitar que mi corazón se rompa cuando veo que uno de ellos sufre hambre, abandono o abuso lo cual no implica que no me pase también con mis semejantes.  Creo que como seres racionales que somos a diferencia de los animalitos, nuestra responsabilidad radica precisamente en ese privilegio, tal que podamos velar también por ellos ya que ellos no pueden velar por nosotros más que por simple instinto, pero nosotros a través del raciocinio y la empatía con un ser que aunque no razona como nosotros, siente algo más que sólo dolor físico, que ya de por sí esto último, el dolor físico es indudable.    

Ahora, lo verdaderamente cuestionable me parece el torpe y manipulable proceder de nuestra justicia, violadores, asesinos, etc., en las calles y la señora inmediatamente presa, no digo, y en esto también discrepo, que esté mal que se la haya detenido pues actuó con saña contra un inocente que no pudo discernir "creo que no debería robar ese trozo de carne por normas de convivencia y porque daño la economía de la señora carnicera",  pero ella sí que pudo discernir el dolor y daño que le causaba al pobre animal y no le importó.   

Como decía, no digo que esté mal a mi modo de ver que la detuvieran, lo estúpido del asunto me parece que nuestra maravillosa justicia actúe de oficio sólo cuando ve la presión de una moda, porque lamentablemente lo es cuando se ve por ejemplo un supuesto ser consciente animalista abandonando a su padre anciano o cometiendo actos repudiables que desmienten tal supuesta conciencia que no es otra cosa que una "conciencia" o "espiritualidad" light enlatada, vendible y de escaparate, lista para usarse y muy atractiva en estos tiempos posmodernos además.    Ah, pero cuando no existe moda que haga presión, claro, una fianza (por no decir otra cosa) lo "soluciona" todo.     Aquí para mí lo deleznable es la conciencia light, la falta de criterio y coherencia de nuestra justicia, y no así que la señora esta asumiera las consecuencias de sus actos, y no lo digo sólo por sensiblería  (es claro que ella no sintió la más mínima empatía por el animal) como seguramente lo considerará algún dogmático del otro lado, sino porque, incluso siendo meramente prácticos y dejando de lado la empatía que claramente no es el fuerte de la señora en cuestión, existe una ley de protección a los animales, y la doña ni siquiera en eso, ni siquiera en su propio pellejo, pensó.

TERCERA PARTE: Sobre juicios, condenas y "doble moral", quien esté libre de culpa que lance la primera piedra...
Ya en otro punto, juzgar y condenar  a quien por ejemplo ama a los perritos y come carne de un animal que no mató con sus propias manos, que no vio ni mucho menos destripó vivo, es una prerrogativa que  se dan quizá sólo quienes creen tener la autoridad moral para hacerlo, para catalogar a quienes no comparten su dogma de seres dormidos, retrógradas, ovejas adoctrinadas (vaya ironía), etc.,  aun si dañaran a su prójimo conscientemente o por causa precisamente de esa supuesta superioridad moral que creen que adscribirse a ciertos movimientos en apariencia revolucionarios creen que les da automáticamente, sólo por ser feligreses,  sin darse cuenta que todos TODOS estamos inmersos en este sistema, nos guste o no y nos guste o no lo alimentamos de una u otra forma, indirectamente incluso y no apoyo la idea de que así sea, sólo trato de ver la realidad objetiva por mucho que me desagrade.   Y por mucho que  existan ilusos que  se consideran "antisistema" y viven de condenar al resto del mundo caído, la realidad es que existen veganos usando zapatos de cuero porque es lo que encuentran en los comercios, personas usando celulares y haciendo activismo a través de ellos mientras  alguien en algún lugar del mundo está sufriendo explotación y muerte por causa de los insumos para fabricarlos, etc.   Seamos realistas, no se logra nada condenando a quien no comparte la misma ideología que uno o a quien no consideramos tan espiritual, noble o revolucionario como aquella ideología lo dicta, no se logra nada por muy humanistas, filántropos o veganos o ambientalistas que nos creamos.  

Por otro lado, siendo pragmáticos, no veo realmente lo productivo en condenar de esa manera, y no lo digo porque me esté defendiendo a mí, les recuerdo que soy vegetariana.   El problema es que con esa manera de juzgar y condenar recuerdan a la peor época de la Iglesia, a aquella que llevó adelante la Inquisición contra todo aquel que osara ejercer su capacidad de librepensamiento; sí, justamente a  aquella iglesia a la que tanto critican los progresistas actualmente, o cuando menos traen también a la mente a fanáticos cristianos que lejos de mostrar el amor que dicen profesar pretenden convertir al género humano a como dé lugar no al cristianismo, sino a su propia religión que consideran, cada cual según su propia adscripción, la única poseedora de toda la verdad, se creen superiores y que todo aquel profano a sus creencias y prácticas se quemarán en el infierno...   Ese tipo de fanáticos lejos de ganar adeptos a su religión lo que hacen es ahuyentar a las personas del cristianismo en general por causa de una secta o de algunos fanáticos en particular, lo mismo pasa con los grupos más ruidosos de animalistas,  pues en ambos casos están colaborando a crear ideas no sólo equivocadas sino totalmente peyorativas con respecto a la corriente que dicen defender y que en teoría profesan.   

No es cuestión de que te pudrirás en el infierno si no haces tal o cual cosa, no hay amor en ello, sólo veo miedo y el más acérrimo egocentrismo, todo sea por salvar TU propia alma, como tampoco veo nobleza en acusar de retrógrada, ser dormido, oveja del sistema, etc., o tachar de machista heteropatriarcal (según las nuevas ideas del feminismo radical más ruidoso) a todo aquel que sin una malicia inherente aun comiera carne.   Creo que esa no es la idea ni deja ver en absoluto la superioridad moral o espiritual de la que se jactan, al contrario la deja muy en entredicho.   La cuestión es  abrazar ciertos valores  porque los comprendemos y nos identificamos con ellos, pero aun al margen de ello, y aceptémoslo sin ofuscarnos, todos tenemos un bagaje cultural distinto que también interviene al momento de  determinarlos.

Personalmente sí creo en el respeto a la vida, no sólo la de los animales sino también la de las personas, creo importante el salvaguardar la dignidad de la vida humana y en proteger la del que no puede defenderse, apoyo la idea de un mundo sin violencia pero eso NO se consigue con violencia, con censura, con intimidación, con señalamientos y condenas, ni a base de linchamiento social.

Cada persona es un mundo y su camino y su tiempo también lo es y si ha de transitar cierto camino  o no, a eso no se puede obligar (mucho menos utilizando el miedo como medio) y si llega ese día, todo llegará su ritmo y en su momento.   Antes que condenar  mejor mostrar razones con  criterio;  pues el fundamentalismo, el adoctrinamiento (nadie lo necesita, necesitamos aprender a pensar) y el fanatismo en cualquier corriente  por muy noble/espiritual que se crea nunca llevó a nada bueno.

Y si alguien realmente logra hacer algo no será en base a condenar al otro, puede que sea  uno en un millón pero no, eso no es consuelo, porque el mal de muchos sería un consuelo de tontos;  a lo que me voy es que, aun de forma indirecta, es virtualmente imposible no alimentar un sistema corrupto porque estamos ya demasiado inmersos en él, ¡hasta el cuello! y eso tampoco es en absoluto un consuelo, pero si una pildorita de realidad, creo.   Así que si seguimos en plan condena, la próxima recuerden dejar de usar sus celulares entre otras cosas, antes de llamar hipócrita a quien procurando el bien por ejemplo de perritos, pueda aun comer carne.

Así pues no, nadie está en capacidad de juzgar ese tipo de cosas ni tiene el derecho legítimo de hacerlo tampoco, incluso menos aun si consideramos el hecho de que muchas personas ni siquiera tienen acceso a lo básico para su supervivencia como  para estarse planteando si comer carne o no o a quienes afecta, algunos están demasiado ocupados intentando sobrevivir, no importa si es arroz puro todos los días o si alguien les invita un trozo de carne, de hecho lo agradecerán;  pero de ahí, a hacer daño por gusto es muy distinto, eso no es juzgar como tan alegremente hacen ciertos grupos veganos a todo aquel ser caído que según ellos goza de la explotación animal 

En cambio, hacer daño con premeditación y alevosía, por propia mano, ya sea porque simplemente te importa un pepino el dolor ajeno o procurando causar el mayor daño y dolor posible es algo que tranquilamente todos podemos decidir y controlar si hacer o no, y hacerlo a pesar de todo no lo concibo sino como un síntoma de esa carencia total de empatía de que vengo hablando,  típico de alguien  que no siente la más mínima empatía por quien con su mano y conscientemente está destrozando por puro quemeimportismo o por puro gusto, y eso independientemente de a quién se inflija el daño, independientemente de ser o no animalistas, de ser o no veganos o lo que sea que se les ocurra, creo que es inhumano, sea que  se lo haga en contra de un ser humano o de un animal; sin pretender establecer supremacías, así que no me linchen.    

Pero una cosa si es cierta, se supone que entre los seres vivos los humanos somos los inteligentes, los que  tienen raciocinio suficiente y más que ningún otro ser vivo que lo hace sólo por instinto, para cuidar de su entorno y de los suyos;  y aun así no hacemos más que destruirnos (y condenarnos) entre nosotros y a nuestro entorno.    Por lógica si fuésemos aun más humanos considero que todo lo demás caería en el lugar que le corresponde, pues no sólo pasa con indefensos animales como en este caso, sino que vivimos en una lucha encarnizada donde moral, social y económicamente, unos a otros nos destripamos vivos...

lunes, 13 de agosto de 2018

La exaltación de los supuestos "despertares" espirituales y sociales en la sociedad posmoderna... o sobre el elogio de la sin razón

Hoy, en medio de una sociedad que al parecer, cada día de forma más y más ruidosa se revela a sí misma posmoderna (al adoptar varias de tales ideas o aún desvirtuándolas), los viejos relatos parecen desmoronarse.   Hoy que los ídolos se caen y los viejos paradigmas dejan de ser,  allí donde habría de  esperarse una mayor alza del pensamiento crítico y la razón con el derrumbe de relatos que han demostrado sus flaquezas y hasta horrores; allí hoy, la desolación e indefensión del individuo contemporáneo, en un sentido, digamos, "metafísico", se hace también manifiesta.  

Es en este contexto que se erigen, con una fuerza inusitada y con renovados bríos, nuevos ideales de "luz",  basados no en ideales similares a los de la Ilustración, por poner un X ejemplo, sino en ideas mucho más fácilmente digeribles y complacientes, en otras palabras mucho más "vendibles" para el individuo de hoy:  

1) Aparece el llamado coaching con sus ideas de "pensamiento positivo" (no confundir con el positivismo de la ciencia), aquel optimismo empalagosamente exagerado, complaciente y poco realista con millonarias conferencias, coaching y libros "bestseller" donde se enseña y difunde que, por ejemplo, "el universo conspira a tu favor" y que casi por arte de magia, con sólo "visualizarlo" lo suficiente o lo suficientemente "bien", obtendrás todo lo que deseas.  "El que quiere puede", dicen, el contexto no importa en absoluto, así de simplón e infame.

2)  Cala por otro lado y a todo nivel, la nueva ola de pensamiento mágico (pariente cercano del "coaching" aquel) donde supuestos amawtas, chamanes, brujos o brujas sobre todo (es impresionante el creciente número de autodenominadas "brujitas" por doquier, sí, hoy cada día y sin tregua aparecen más nuevas, casi hasta debajo de las piedras!), gurús, maestros iluminados (incluso aquellos así autodenominados) y pajpacus otros que ofrecen toda suerte de soluciones mágicas, así como atractivos estilos de vida supuestamente "conscientes" pero convenientemente modernizados, occidentalizados y mercantilizados manifestando incluso en muchos casos un claro desconocimiento del proceso histórico, de las prácticas y creencias originales que dicen representar, tergiversándolas y entremezclándolas a conveniencia y gusto del comprador, lo cual no considero que sea precisamente una muestra de "respeto" o revalorización hacia tales prácticas y creencias como de manera tan rimbombante tales corrientes se jactan y se llenan la boca en sostener.

Por otro lado, someten, como en el discurso del actual "pachamamismo", a aquellas culturas antiguas, bajo una bandera de supuesta "reivindicación" a desempeñar un rol únicamente ornamental, como aquel que desempeñaría un interesante objeto expuesto en un escaparate, un objeto bañado de un concepto "místico" muy bonito y atractivo (vendible y mercantilizado), cual objeto de consumo y cuyo misticismo está "de moda" consumir, adoptar y exhibir como un abalorio, como sinónimo de algún tipo relativamente nuevo de supuesta "conciencia social" (conciencia light vendible diría yo), inclusive entremezclado todo bajo un discurso "progresista" y "reivindicativo" en el sentido posmoderno y que muy bien han sabido aprovechar las tendencias actuales de "la nueva (y decadente) izquierda" y de su pariente cercano "la nueva era", fruto precisamente de esa descomposición que se solaza en mezclar y revolver todo acríticamente para obtener un producto supuestamente "vanguardista" (y mut vendible).  Un esperpento es lo que hacen, un Frankenstein, una pantomima!!!    

Pero sobre todo, más allá de la buena fe (e ingenuidad) reivindicativa a través de tales métodos o de su falsedad, está su "atractivo" y la también atractiva idea de "consumir y exhibir", y como es típico de esta sociedad consumista, reduciendo manifestaciones y aportes culturales (sean indígenas, paganos, etc.)  a tan solo eso,  a objetos de consumo y anulando por completo su esencia, como ejemplo, a través de la instrumentalización de las creencias aymaras con un fin político pero anulándolos como sujetos políticos activos, tomándolos como simples y atractivos referentes "místico/mágicos", de criaturitas del bosque y de proselitismo político/partidario (especialmente entre gobiernos que se autoproclaman "de izquierda" en el hemisferio sur, según mi experiencia personal, y mucho más presente en la derecha, en el norte), exhibiendo esa idea como muestra supuestamente irrefutable de una supuesta "conciencia social", pero que, en la objetividad de las cosas, terminan coartando su participación real y significativa en la vida política de un país. Indigenismo posmoderno aún sometido a ese poder, ninguna reivindicación.  (Otra cosa son, aclaro, los movimientos indianistas en Bolivia, no confundir).

3)  Presente en el nuevo auge de ideas teosóficas y orientales occidentalizadas, modernizadas y adecuadas cómoda y convenientemente a la idiosincrasia caótica actual,  ampliamente difundidas además y cuyo hijo, el famoso movimiento (sumamente sectario, a mi modo de ver) del llamado "despertar de la conciencia", que, nuevamente combinado con la New Age, se esparce en el imaginario colectivo cual su fuera una recientemente descubierta "verdad absoluta", a pesar de negar insistentemente la objetividad de la realidad.  Típico solipsismo de la posmodernidad.

4)  En la moda y apogeo de la creencia acrítica en teorías conspirativas que difunde, entre incautos y acérrimos defensores suyos, la idea de posesión de conocimientos ocultos y/o verdades supremas (claro, tan ocultas que se venden como pan caliente en internet), mientras creen o dudan de casi todo sin ningún criterio de peso.

5) Y entre otros, en el apogeo de las pseudociencias y subsecuentes ideas derivadas de ellas. (Pueden encontrar una entrada del blog relacionada con las pseudociencias, aquí).

Todo ello, aparece merced a una nueva perspectiva, en torno,  a criterio mío,  a ese contexto muy particular de descreimiento en lo que hoy es visto por un creciente sector como "viejos relatos" o "viejos mitos" (mito entendido coloquialmente como concepción o creencia falsa sostenida en el tiempo; para los posmodernos entiéndase: la iglesia, la ciencia, y otros relatos típicamente de "occidente", como el socialismo y capitalismo);  pero confluyendo, casi irremediablemente, en nuevos paradigmas dónde el individuo tiende a negar la realidad, torcerla o a relativizarla en un sentido más allá de aquel que va en torno de la percepción subjetiva, que por supuesto es válido si tomamos en cuenta que cada persona experimenta el mundo de manera distinta, pero no va de eso; sino a que se tiende a relativizar la realidad, a "deconstruirla" a niveles estrambóticos y deformarla para forzarla a sostener discursos y creencias propias y convenientes, ultraindividualistas, cuasi solipsistas, además.  Es decir, como dijo alguien por ahí: "nuevos mitos que se venden como antimitos" 1.

Para entender a qué voy, resulta indispensable diferenciar el concepto de "percepción de la realidad" como algo subjetivo e inherente al sujeto y "realidad" como algo objetivo e independiente, fuera de él.   Es decir, me refiero al hecho de torcer y relativizar la realidad al punto de negar enfáticamente hechos cotidianos y concretos o incluso comprobados al subyugarlos a meras concepciones y dogmas ideológicos, emocionales (corrección política y posverdad) y de similar índole, como vemos que sucede cada vez más a menudo hoy en día, y lo más curioso, bajo estandartes supuestamente "revolucionarios" o antisistema en aras del derrocamiento de los "viejos mitos" o dogmas; cayendo, sin embargo, tales empresas en otros varios y nuevos dogmas, de similares características, para negar los primeros...  

Así, subyugar hechos comprobados por el método científico y aquellas pequeñas verdades cotidianas concretas (no hablo de verdades ontológicas, metafísicas, universales absolutas), el subyugarlas a la conveniencia de ideas preconcebidas propias, emocionales o ideológicas deriva, por consecuencia lógica, en no otro ejercicio sino el de la sinrazón, ejercicio exaltado ademas bajo una extraña noción posmoderna de progreso, como si todo acto "fuera de serie",  de apariencia vanguardista o rebelde,  etc., fuese automáticamente una garantía de tal "progreso".

Y sí, las corrientes posmodernas académicas denunciaron la razón, es verdad, pero hacían alusión en inicio a 1) aquella razón utilitarista que ejercen los poderes dominantes y que subyugan la dignidad del individuo en aras de un supuesto progreso meramente económico o material (cosa que yo misma también cuestiono) 2) aquella que se jactaba de poseer "la verdad absoluta" como otra suerte de sistema de dominación, basándose ya sea en aquellos relatos hoy desahuciados (según su propia teoría), preconcepciones y/o prejuicios y 3) la de la voluntad maquinista y tecnolátrica de la época. 

A mi entender, y corríjanme si me equivoco, las críticas del posmodernismo hacia la modernidad en un inicio no abogaban por la intencionalidad actual que se da a esos postulados, la de satanizar casi por completo el uso de la razón como si esta fuera esta per se una característica de todo lo malo e indeseable o la precursora de absolutamente todos los males de la sociedad.  No denunciaron en un principio el uso de la razón per se, ¿o sí? como parece entenderse hoy en día, muy convenientemente, en aras de la aceptación de cada nuevo microrelato (apelando a una supuesta "tolerancia"), los mismos que, además, exhiben características muy similares a aquellas que condenan, pues se muestran como los nuevos dogmas.   He ahí la una de las razones por las que algunos teóricos consideran a la posmodernidad no como la negación de la modernidad, sino como la expresión y culminación más decadente y enraizada de los peores vicios de esta.

Paréntesis necesario para matizar y comprender correctamente lo dicho: Sobre el cientificismo.
Y no, no soy de la "onda cienciáfila", por si acaso, aquella onda de quienes tienden a ver en la ciencia la solución a todos los problemas del cielo y de la tierra, físicos y metafísicos/existenciales.  No lo soy porque considero que: 
a) quienes ejercen y practican la ciencia también son seres humanos falibles y 
b) la ciencia no puede acceder a nuestros criterios morales y/o espirituales, por tanto tampoco puede comprobar ni medir cuanto amamos o cuanto sufrimos en términos realmente numéricos, no puede acceder a ciertos ámbitos de nuestras emociones ni solucionarlos todos con medicinas, de hecho ni siquiera puede con ellas en cuanto a todos los problemas de salud conocidos; y porque sé y estoy consciente de que existe aún mucho a lo que la ciencia aún no ha podido acceder ni ha logrado descifrar y a lo que quizá, por su misma naturaleza, no tenga acceso.   Quizá por otro lado, los fenómenos que hoy son llamados "paranormales",  en un futuro lejano sean normales y se encuentre su explicación ya sea en la neurología o quizá en la física, o qué se yo, tal como ya se explicaron fenómenos antaño "paranormales" o de mal augurio como un sol negro o una luna de sangre revelándolos hoy como lo que son, eclipses.   

¿Qué tal si mucho de eso tuviera una explicación desde la física o la neurología, como decía, pero que aún no hayamos avanzado lo necesario en dichas áreas para saberlo? es decir, que existan tales fenómenos pero que no sean "sobrenaturales" o "paranormales" como se los considera ahora.  Recordemos que se dice que antes de la ciencia los antiguos consideraban los eclipses de sol o de luna como un evento sobrenatural que traía presagios, hoy sabemos la explicación y sabemos que no son en absoluto "sobrenaturales".   Y sin embargo, o precisamente por eso, hubiese sido un error para un racionalista de la prehistoria negar que los eclipses existen solo porque para él tendrían que tener una explicación fuera de lo "normal", es decir "sobrenatural".   Recordemos también el caso de los llamados sueños lúcidos, los mismos que durante décadas han sido considerados como fenómenos místico/esotéricos que nada tenían que ver con la realidad.  Yo misma los he experimentado, en un principio, sin saber ni siquiera que tal cosa existía con nombre y apellido; pero si se lo decía a un cientificista dogmático me hubiera tachado muy probablemente de desubicada o de que se me zafó un tornillo. Pero hoy, gracias a scanneres y a estudios en neurología, se ha demostrado que efectivamente tales sueños tienen lugar y no corresponden más solo al campo especulativo o de las creencias esotéricas como se solía manejar, sino al de la ciencia.

Así que ni siquiera me cierro, negando ciertos fenómenos, sólo sé que las explicaciones popularmente difundidas al respecto, por ahora, son, entre otras cosas, suposiciones provisionales y explicaciones subjetivas, así que, incluso por experiencias propias, entre otras cosas, mantengo abierta la duda razonable frente a su explicación, pero eso claramente no significa que tomaré como verdad fáctica cualquier elucubración mía o popular al respecto explicando tales experiencias en base a absolutamente nada más que lo que me gustaría que se sustentaran, como lo hacen por ejemplo muchos "seres despiertos" o "gurús iluminados" (tan de moda hoy), así como mucha supuesta "información" que afanosamente se comparte por Internet; como tampoco puedo decir que no existen en absoluto solo porque la ciencia no los ha estudiado, y es que tampoco se ha dedicado demasiado al asunto, quizá por temor al ridículo en un mundo cientificista que a veces termina teniendo una fe (¡vaya paradoja!) desproporcionada e irreal en la infalibilidad e omnipotencia de la ciencia, como si fuese ejercida por seres también infalibles.

Sin embargo, aún con todo ello, más vale no perder el enfoque, pues como bien diría Francois Jacob:
“El siglo XVII tuvo la sabiduría de considerar la razón como una herramienta necesaria para tratar los asuntos humanos. El Siglo de las Luces y el siglo XIX tuvieron la locura de pensar que no sólo era necesaria, sino suficiente, para resolver todos los problemas."
"En la actualidad, todavía sería una mayor demostración de locura decidir, como quieren algunos, que con el pretexto de que la razón no es suficiente, tampoco es necesaria”  (Jacob, F., 2006)
Así que no es cuestión de ser o no escéptico, ¡es cuestión de dar paso al pensamiento crítico y a la duda razonable! Sí, eso que la condición posmoderna parece condenar y tachar de algo peor que diabólico para terminar, paradójicamente, creyendo a rajatabla en sus convenientes "verdades" subjetivas y ultraindividualistas.    

Se acude entonces, para sostener esta falacia, al ""criterio"" de que la ciencia "ya no sirve", porque el científico es tan dogmático como el religioso más fanático.  No olviden que el posmodernismo trata de abolir viejos mitos, sobre todo aquellos relacionados con un poder político dominante como la iglesia, hasta ahí estamos bien y todo muy lindo porque independientemente de que comulguemos o no con eso, al menos se entiende el punto.  Pero yerran en algo, puede que efectivamente existan científicos que han tomado tal postura dogmática pero, la ciencia, en esencia, como categoría del conocimiento, no es por sí misma dogmática pues es solo un instrumento inanimado que ejerce y utiliza el ser humano, y que además, en la teoría, idealmente y como concepto, se basa en la duda, en la hipótesis, la comprobación y la reproductibilidad para confirmación o descarte; no puede ser por tanto dogmática per se por mucho que puedan existir científicos que lo sean (cosa de la que hablaré más adelante), pues existirán otros tantos que, abrazando el espíritu científico del concepto, ante todo, dudan, y sobre esa base buscan el conocimiento, en muchos casos, corrigiéndose a sí mismos.  (Y no estoy negando el hecho de que existan quienes prefieren atender a sesgos o intereses personales o que simplemente yerren con un mal enfoque metodológico o porcedimental).

Es por tanto, necesario despojarse de preconceptos, dejar morir una  y otra vez lo que se creía que era... la búsqueda del conocimiento es así.  No se trata de abolir un cierto dogma y reemplazarlo por otro, como se pretende ahora, basados simple y llanamente en otro matiz de creencias que hoy quieren abrirse paso como si fueran la nueva "revelación divina", pero esta vez bañados de tintes orientales, para el requisito de ser supuestamente "novedosos y revolucionarios" para sociedad de occidente, cómodamente adaptados y vendidos (es decir, mercantilizados y casi consecuentemente tergiversados) dejando de lado los considerados vetustos y despetivamente considerados "relatos de occidente". 

Con todo lo explicado, espero que quede claro que no soy una cienciáfila dogmática como los posmodernos de hoy tachan a todo aquel que tan solo defiende el uso mínimo de la razón ante todo el desbarajuste de su cóctel de ideas abigarradas.  

Por otro lado, pude ver en más de una ocasión que, cuando alguien habla de dogmatismo en la ciencia se le ríen en la cara de entrada, porque tienden a asumir que se está presuponiendo que la ciencia per se es dogmática, pero como aclaré unas líneas arriba, ese no es el caso, si hablamos de la categoría.   Como decía, por lo general quienes escuchan eso se mofan y tratan de explicar al "pequeño cerebro" de quien dijo "semejante cosa" que "la ciencia se basa en hechos comprobados y no en dogmas".  Sí, gracias, lo sabemos, como lo acabo de mencionar también líneas arriba, pero para lo que no suele haber espacio en ese razonamiento, es para la autocrítica, para el hecho de que que al hablar de "dogmatismo en la ciencia" se está haciendo referencia a la posición del científico dogmático que parece no poner en duda, específicamente, la presunta omnipotencia e infalibilidad de la ciencia (¡eso ni Mario Bunge, defensor del método científico, lo diría!).  A eso suele hacer referencia la idea de "dogmatismo en la ciencia", no a que exista dogmatismo en el propio método científico.  Así que fuera de tantos prejuicios, continuemos...

Al fin de este paréntesis creo que queda clara mi posición bastante abierta y que ve las dos caras de la moneda cuando se habla de dogmatismo en la ciencia, ¿verdad? continuemos entonces.  Cierro paréntesis.
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Llegados a este punto, puedo advertir que los posmodernos olvidan algo...

Al contrario de lo que he visto que se postula hoy en día desde visiones posmodernas que encumbran una suerte convenenciera y curiosa de exaltación del propio mito (rebaten los mitos de la modernidad por el mismo hecho de considerarlos mitos pero abrazan literalmente y sin ningún criterio los mitos de la era premoderna considerándolos arbitrariamente  anti-mitos, o sea ¿WTF?, tal como ya pasó antes, cuando la modernidad trató de desterrar los mitos de la antigüedad pero no sin antes crear los suyos propios, lo curioso, es que los nuevos mitos, en todos los casos, tienden a convertirse en dogmas "incuestionables" para sus paladines).   

Luego de poner sobre la mesa todo este embrollo, queda decir que con el título "el elogio de la sin razón", me refiero a ideas que buscan combatir alguna suerte de "absolutismo racional", es decir, combatir la creencia en la omnipotencia de la razón positivista, lo cuál, si es tratado con criterio podría ser sano pero, si agudizamos lo suficiente la mirada, aquella visión sobre la "omnipotencia de la ciencia" no sería sino una tergiversación y decadencia de la propia razón positivista, pues esta estaría, en sus románticos inicios, como ideal, consciente de sus limitaciones, de que la duda y las preguntas hacen posible el avance de la ciencia, de la falibilidad de los seres humanos que usan esta herramienta, de su incapacidad para atender cuestiones existenciales que no se pueden estudiar desde la materia.  

Creer en la omnipotencia de la ciencia como solución a todos los problemas físicos y existenciales no concuerda con el espíritu (permítanme el recurso retórico) de la racionalidad crítica que reconoce los aportes del método científico, así como sus limitaciones: el hecho de que quienes la usan son seres humanos con limitaciones o que es imposible cuantificar, por ejemplo, cuanto se ama o se sufre o  "solucionar" la fe o un desamor con una pastilla.  

Pero el problema es que la sociedad posmoderna lleva esta crítica a un terreno pantanoso y hace casi un hombre de paja de su propio discurso, pues destierran y satanizan todo uso de la razón per se, ideas que, por otro lado, anteponen los puntos de vista por sobre los hechos, alegan que el pensamiento crea la realidad (todo a causa y "soportado" por tergiversaciones severas y muy convenientes de conocimientos en torno a la mecánica cuántica) y anteponen la creencia en una supuesta revelación mística (una que además parece ser hoy solo otro producto de consumo más) por sobre la racionalidad, la objetividad y  la lógica, destruyendo con ello la noción de "verdad", satanizándola y equiparándola con la dominación y opresión ideológica, como si el concepto de "verdad" y opresión fuesen la misma cosa.  Así caemos en el elogio de la sin razón.  En el despelote, y el ¡viva la pepa! 

El ejercicio plenamente racional, NO es en esencia dogmático, porque se basa en la duda, en la crítica, en el despojarse de ideas preconcebidas en torno a los hechos concretos, en las posibilidades lógicas y redundando, claramente racionales, subrayemos esa palabra; muy lejos de aceptar de plano, literalmente y sin ningún criterio la idea de "verdad" que se ponga de moda, creando nuevos mitos a conveniencia para destruir o reemplazar los viejos mitos y el dogmatismo que tanto creen abolir los propios posmodernos.   

El dogma se basa justamente en supuestas verdades irrefutables y creencias absolutas a ciegas, mediadas quizá por la emoción, pero sin ninguna reflexión crítica de por medio.  La razón y la ciencia en cambio, como concepto ideal, quiero decir, se basan y prosperan gracias a la duda y el cuestionamiento, pero ojo, que el cuestionamiento acrítico y a lo loco también existe, como ese que justamente hace la sociedad posmoderna llamando a ese desbarajuste "progreso".  (Pueden pasar por un post relacionado que trata  sobre la Razón vs. Emoción, aquí

En la posmodernidad parece desplegarse con una fuerza inusitada la idea terriblemente errónea y simplista de que todo lo "oficial" es automáticamente dogmático y de que todo lo "alternativo" o "antisistema" es automáticamente pensamiento crítico, pero en realidad, si somos serios, nada de eso puede ser automáticamente cierto...

Al final, lo que hacen muchos defensores de pseudociencias no es necesariamente tener la mente "muy abierta" como ellos mismos pregonan sobre sí mismos y sus ideas, sino que, muchas veces, la cuestión obedece al hecho de simplemente no tener criterios de selección claros, tanto, que dejan entrar casi sin filtro lo que sea que llegue con la etiqueta "alternativo" o "antisistema" aunque en el fondo termine reforzando ese sistema que creen combatir. 

Aquello es de por sí una gran paradoja y un oxímoro además: ¡La moda de ser antisistema!. Y si digo que no necesariamente tienen la mente abierta que pregonan porque sencillamente luego se pone de manifiesto su reticencia a aceptar pruebas que cuestionan o ponen en evidencia la falta de rigurosidad o fundamento de sus discursos, mismos a los que, irónicamente, les ponen y disfrazan con rimbombantes nombres de la jerga científica.  ¿Por qué y para qué, digo yo, siendo que desprecian y desconfían de la ciencia de lleno?... Hmmm claro, obvio, y es que no todo termina ahí, existen muchísimos motores detrás, por supuesto, pero es análisis para otro post.  ¡Y es que todo se torna casi en un enredo imposible!

En mi experiencia, muchas veces los paladines de ese barullo posmoderno saltaron y se rasgaron las vestiduras ni siquiera cuando se puso en entredicho sus dudosas y hasta peligrosas prácticas, sino apenas se les pregunta sobre el fundamento de ellas, incluso cuando se hace sin ningún tipo de interés en la confrontación sino en una verdadera curiosidad al respecto.  Vivos ejemplos, me parece, sobre cómo funciona la disonancia cognitiva...

Hoy, los papeles parecen haberse invertido, se juzga de automáticamente dogmático o inhumano a lo racional (como si la razón no fuera una parte distintiva e integral de nuestra especie como seres humanos) como en tiempos de una contra ilustración (me refiero a sus ideales que, independientemente de sus frutos, eran nobles e idealistas) y se concibe como  "revolucionario" y antidogmático al ensalzamiento de nuevos mitos caóticos y otros dogmas prefabricados al antojo de modas new age, vendidos como supuestos "anti-mitos" y que tienden a reemplazar a los "viejos relatos" que representan para el posmoderno automáticamente una manifestación de hegemonía y poder opresor.    

Pero, ¿no se pretende hoy precisamente sentar la hegemonía de las ideas posmodernas precisamente a nombre de una supuesta "revolución del pensamiento" que, al contrario, sienta su validez y hegemonía justamente en relación a una suerte de  nuevo lobbysmo y concepción desde el poder sobre lo que es "revolucionario" y lo que no, e incluso sobre lo que es políticamente correcto?,   ¿no han tomado esta posición justamente instituciones supraestatales que son plenamente parte del sistema y que financia aquel mismo concepto sobre la "revolución"?, ¿será realmente esto una revolución cuando está no sólo apoyada sino también sostenida y financiada por el mismo sistema imperante y dominante de siempre, al que, en teoría, se pretende combatir?   

Por lo menos a mí me quepa la duda sobre que tales movimientos puedan ser solo un instrumento para la perpetuación de ese mismo poder contra el que la revolución enlatada y precocinada cree luchar... me atrevería a decir incluso propaganda negra, es decir, propaganda inversa y solapada, que dice encumbrar una causa para en realidad defenestrarla de raíz, haciéndose pasar por paladín de esta...

Se han trastocado ideales, corrientes, denominaciones, y parece que hoy todo aun sigue sirviendo al mismo poder.  La llamada izquierda de hoy abraza los valores que antaño representaban a la derecha. Se imponen nuevos mitos disfrazados de "anti-mitos", se juzga a la razón de "dogmática" y al nuevo mito  (creencia ultraindivisualista) se la disfraza de supuesta revolución.....  y aún queda tanto por analizar. 

Es en base a todo ello y a nombre de un supuesto pluralismo y tolerancia (que en realidad significa la aceptación acrítica de todo) y a un relativismo llevado a una nueva acepción que no significa ya un diálogo con el otro, sino la aceptación de todo lo que tenga pinta de ser "revolucionario" como automática verdad mientras se rechazan los hechos concretos, es al parecer con base en todo ello y demás caos que hoy se justifica  la sin razón y se ensalza el nuevo mito creado por la posmodernidad.   Y todo ese caos reinante, mezclado y revuelto, nos muestra cómo estamos patas arriba, para que, trastocando la realidad misma y negando incluso los hechos y las pequeñas verdades cotidianas a las que podemos acceder incluso empíricamente, o por medio de la lógica, la racionalidad hasta llegar al método científico, se llegue a defender toda suerte de indefendibles, y no sólo en el ámbito de la lógica misma, sino que tristemente también, a nivel de principios y todo a nombre de supuesta tolerancia.  (Ojo que desde mi posición agnóstica no estoy ni siquiera defendiendo ideas ultraconservadoras).

Se supone que el posmodernismo llegaba a abolir los viejos mitos (relatos históricos opresores y de dominación, según su propia teoría) pero cayeron hoy sus paladines en tan solo el cambio de lo que consideran viejos relatos por otros nuevos, pues ahora se exalta el pensamiento mágico irracional y se condena la razón.  ¿En qué planeta puede ser el uso de la razón denostado? claramente en este, que no es precisamente un "ejemplo" de civilización. 
"De la misma forma en que los valores emancipatorios de la modernidad degeneraron en doctrinas totalitarias y la alienación de los humanos y la naturaleza, hoy los valores críticos y pluralistas de la posmodernidad han degenerado en el relativismo y la imposibilidad de un acuerdo en común. La ironía de esta situación es que la teoría crítica y la izquierda radical no sólo fracasaron en articular una ideología alternativa efectiva, sino que su arsenal intelectual ahora se ve instrumentalizado en su contra en una especie de reacción cultural autoinmune*." (Daou, 2018)
Matizando la anterior cita, dos consideraciones y/o aclaraciones: a) No la teoría crítica, tan alejada del posmodernismo pero relacionada con él, creo yo, injustamente.  No tiene que ver con Frankfurt como con Birmingham y su "Nueva Izquierda" basada entre otras cosas, en los famosos "estudios culturales" que junto a los "Usos y Gratificaciones" significaron, a mi modo de ver,  una devastadora influencia en la mal llamada "escuela crítica Latinoamericana".  Y b) tampoco la izquierda radical, que no tiene casi que ver con Marx sino con estructuralistas franceses, no esa izquierda, sino precisamente esta izquierda posmoderna.  Abordar todo eso será materia de otro post.

Volvamos.  ¿Será acaso esta apología de la sin razón un síntoma de negación ante el desamparo  en que el hombre se revela a sí mismo con la continua y paulatina caída de los grandes y antiguos relatos?

Y, promovido casualmente y en gran medida por el movimiento de la "nueva era" o "new age" entre otros, permeando cada vez en más ámbitos de la cotidianeidad ¿Será este el inicio de una "nueva era" oscura en "respuesta" a los ideales del llamado "siglo de luces" que comenzó esperanzado pero que al final no hizo sino revelar al individuo en su profundo desamparo ante la caída de varios relatos?

El retorno al pasado como pregonan los posmodernos, si hablamos de menor consumismo, explotación medioambiental, contaminación, avaricia, desigualdad etc., suena esperanzador, conmueve y atrae a personas con buenas intenciones, pero ¿será que aquello se consigue también negando por completo los avances de la ciencia como si la razón o la ciencia fuera por sí mismas artífices de todos esos males? (un cuchillo en manos de un asesino mata, de un cirujano, salva vidas, la ciencia como herramienta no puede ser inherentemente mala como al parecer creen los posmodernos de hoy, son los valores de quienes hacen uso de ella los que determinan sus frutos).  

Dudo sinceramente que se consiga algo edificante con esa postura, como dudo también que un retorno reaccionario a explicaciones literales primitivas místicas sin dar lugar siquiera a ningún tipo de cuestionamiento o reflexión crítica al respecto, tal como hacen las nuevas olas new age, los autodenominados "seres despiertos" y las pseudociencias (pseudo que viene de falso, de engaño y de fraude) sea el camino. 

Me resulta algo patético y desesperanzador, además que, aun con las salvedades del caso, nos comencemos a parecer a cierta literatura de ficción, y lo más notable, ¡de horror cósmico!.   Nos encontramos hoy, al parecer, tan desorientados, sin rumbo, contradictorios, llamando a la noche día y al día, noche;  angustiados, pero por por otro lado muy seguros en ideas casi fundamentalistas y sectarias que revueltas con una suerte de pensamiento mágico típicamente posmoderno que cada día entre más y más personas es aceptado como "LA SOLUCIÓN" a todo cuanto está mal  (ideas encumbradas además, aun de forma tácita, entre muchos exponentes de la llamada "autoayuda" ultra positiva exageradamente empalagosa e irreal).   Estas creencias son aceptadas gracias a un alto componente de manipulación emocional, pues son presentadas como lo que nos ha de rescatar, cual si fuera el nuevo evangelio que ha de predicarse, pues sus paladines se consideran a sí mismos una especie de "elegidos" y cuya labor es precisamente "despertar" (evangelizar) seres dormidos tal como los cristianos suelen pretender convertir herejes (curioso  que usen los mismos mecanismos que sus odiados).   Ellos, seres especiales que creen ser los únicos que conocen las verdades ocultas del universo  y que nos pueden salvar, condenando en muchos casos a priori todo aquello que los cuestione de algún modo, vaya ironía, tal cual su némesis, el poder de la iglesia en la época oscurantista...

Y termino este análisis sobre lo paradójico del pensamiento mágico dominando nuestra realidad con una cita, curiosamente, de horror cósmico, que parece describir muy bien una parte de nuestra situación como humanidad en esta era posmoderna de vacío existencial...



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Les dejo con este material documental (César Hernández, 2017, México) acerca de la condición posmoderna.    Considero personalmente que no podía llevar un mejor título que ese: "El poder del vacío existencial"






REFERENCIAS:

JACOB, François, "El Juego de lo posible", 2006, España, ed. S.L. Fondo de Cultura Económica de España, pp. 92.

DAOU, Daniel, "Contra-Ilustración: autoinmunidad posmoderna", 2018.   Rescatado de: https://www.arquine.com/contra-ilustracion-autoinmunidad-posmoderna/


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* Autoinmune: que se vuelca contra sí misma.  Término sacado de la medicina que se refiere al propio sistema inmunológico de una persona atacándola, en lugar de solo defenderla contra patógenos.  Es decir, en estas condiciones autoinmunes se generan autoanticuerpos, el lugar de solo anticuerpos, que terminan atacando los propios tejidos sanos del paciente como si de un agente patógeno se tratara.