martes, 13 de mayo de 2025

...Sobre sueños lúcidos


 I. Qué es un sueño lúcido?

Un sueño lúcido es un tipo de sueño en el que la persona es consciente de estar soñando, por paradójico que suene.  El soñador sabe que lo que experimenta no es real, sino un sueño y sabe incluso que experimenta esa consciencia mientras está, en realidad, duerme.  Es decir, sabe perfectamente que en ese momento está dormido y soñando.  Esa consciencia, en distintos grados, puede permitir el control a voluntad sobre el contenido del sueño, lo que incluye crear y/o controlar el entorno, las acciones propias e incluso las "ajenas", es decir, las de otros personajes oníricos.  Sin embargo, no todos los sueños lúcidos incluyen necesariamente ese control.

En comparación con los sueños normales, la persona que sueña es plenamente consciente de estar dormida y soñando, puede existir mayor lógica, memoria y sentido del yo que en un sueño común.   

Muchos "onironautas" como se suele a veces denominar en la cultura pop a las personas que experimentan este tipo de sueños, describen esta experiencia como extremadamente vívida o incluso más intensa que durante la vigilia.  La sensación de "realismo" o "realidad" puede ser tal que el durmiente podría en ocasiones confundirse y necesitar hacer las llamadas "pruebas" de realidad para estar seguro de estar soñando y no estar viviendo una experiencia común durante la vigilia.

Algunos onironautas usan este tipo de sueños para ensayar habilidades, superar miedos, fobias, explorar deseos o experiencias prácticamente imposibles durante la vigilia o en "la vida real", o explorar su mundo interno o su propia espiritualidad, según manifiestan.

El término “lucid dream” fue acuñado por Frederik van Eeden el año 1913, en un paper titulado "Estudio de los sueños", sin embargo, sus postulados al respecto a través de sendos estudios en pacientes así como derivados de observaciones hacia sus propios sueños desde su formación como terapeuta, no fueron aceptados sino hasta décadas posteriores.  En dicho paper, además, hace referencia al libro “Los sueños y cómo dirigirlos” (1867) de Marquis d’Hervey de Saint-Denys y cómo este fue desestimado por la comunidad científica.

"Tras cuidadosas observaciones, mantengo mi convicción de que las condiciones corporales del durmiente, por regla general, no influyen en el carácter de los sueños, con la excepción de algunos casos raros y anormales, cerca del momento del despertar, o en aquellos sueños de un segundo tipo que he clasificado como patológicos, en los que intervienen la fiebre, la indigestión o algún veneno, y que constituyen una pequeña minoría.

En mi condición de observador, puedo afirmar que he gozado de buena salud durante todo el tiempo de observación. No he tenido ninguna queja importante de tipo nervioso o visceral. Mi sueño y mi digestión suelen ser buenos. Sin embargo, he tenido pesadillas terribles, mientras mi cuerpo estaba tan fresco y sano como de costumbre, y he tenido deliciosos y tranquilos sueños a bordo de un barco durante una fuerte tormenta, o en un vagón cama en el ferrocarril.
Deseo, por lo tanto, definir el sueño verdadero como ese estado en el que las sensaciones corporales, ya sean viscerales, internas o periféricas, no pueden penetrar la mente directamente, sino solamente en la forma de un símbolo o una imagen.
No creo que sea preciso llamar inconsciente al cuerpo de un durmiente o de un hombre narcotizado. Durante mi carrera como psicoterapeuta, tras haber inducido el sueño a muchas personas mediante sugestión, aprendí que el cuerpo humano puede actuar como una persona autoconsciente, sin la participación de la mente que recuerda. Hoy en día sabemos que es posible la división de la personalidad humana, no solo en dos, sino en tres o más.
Durante mis sesiones con la Sra. Thompson, observamos que, tras un trance en el que la Sra. Thompson hablaba como "Nelly" o como algún otro control, ella misma recordaba sueños que no tenían nada que ver con lo que nos había estado contando. Podría decirse entonces que su ser se dividía en tres entidades: el cuerpo en trance, aparentemente dormido; el "control", que hablaba por su boca; y la Sra. Thompson, que soñaba en esferas muy diferentes. Todas estas personas o personalidades eran, por supuesto, "conscientes" de alguna manera. La pregunta es: ¿dónde se encuentran los hilos del recuerdo que nos permiten identificar a las personas?
Sé que el Sr. Havelock Ellis y muchos otros autores no aceptarán mi definición, porque niegan la posibilidad de un recuerdo completo y de la libre voluntad en un sueño. Dirían que lo que yo llamo sueño no es un sueño, sino una especie de trance, alucinación o éxtasis. Las observaciones que De Hervé, muy similares a las mías, relata en su libro «Les Rêves et les moyens de les diriger», fueron descartadas de la misma manera. «Estos sueños no podían ser sueños», dijo Maury.
Solo puedo decir que realicé mis observaciones durante un sueño normal, profundo y sano, y que en 352 casos recordé plenamente mi vida diurna y pude actuar voluntariamente, aunque estaba tan profundamente dormido que ninguna sensación corporal penetraba en mi percepción. Si alguien se niega a llamar sueño a ese estado mental, puede sugerir otro nombre. Por mi parte, fue precisamente esta forma de sueño, que llamo «SUEÑOS LÚCIDOS», la que despertó mi mayor interés y la que anoté con sumo cuidado.
Estoy de acuerdo en que, durante el sueño, las funciones psíquicas entran en un estado de disociación. Sin embargo, sostengo que no es la disociación, sino, por el contrario, la reintegración, tras la disociación del sueño, la característica esencial de estos sueños. El sueño es una reintegración más o menos completa de la psique, una reintegración en una esfera diferente, en un modo de existencia psíquica y no espacial. Esta reintegración puede llegar hasta el punto de lograr un recuerdo completo de la vida cotidiana, la reflexión y la acción voluntaria sobre la reflexión." (Frederik van Eeden)

Posterior a este paper que no fue bien recibido ni tomado con seriedad académica, los sueños lúcidos fueron completamente relegados en su estudio y ni siquiera se tomaron en cuenta sino hasta décadas más adelante, con un experimentos desarrollado para la tesis doctoral del psicólogo PhD. Keith Hearne, en 1978 para la Universidad de Liverpool, Reino Unido.


II. Los sueños lúcidos en la historia.-

2.1. Posibles referencias premodernas:

Existen teorías de que en algunas culturas antiguas los sueños lúcidos eran parte de prácticas místicas o chamánicas. En el Tíbet, los monjes budistas practicaban lo que denominaban "yoga del sueño", práctica descrita como un estado liminal entre la vigilia y el sueño caracterizado por una consciencia profunda, y también encontramos en la India el "Yoga Nidra" o "Sueño Yóguico", técnica tradicional donde se inducía precisamente este estado a través de la meditación.

En tradiciones indígenas americanas y africanas, se asociaban estos fenómenos a una suerte de "viajes espirituales"

También le pregunté a ChatGPT sobre más referencias y me dijo esto; (Ay! tengo tanto que estudiar aún para corroborarlo pero quise compartírselos de todas maneras por si gustan hacerlo ustedes, por su cuenta).

1. Aristóteles (siglo IV a.C.)
    • Obra: De Insomniis
    • Idea clave: Sugiere que el alma puede darse cuenta de que está soñando:
“A veces, cuando uno está dormido, algo en el alma le dice que lo que ve es un sueño.”
    • Contexto: Lo menciona en el marco de una investigación sobre percepción, pero sin explorarlo como fenómeno espiritual o filosófico profundo.
2. Platón (siglo V a.C.)
    • Obra clave: La República (Libro IX, 571c-572b)
    • Ideas clave:
      • Platón describe cómo, cuando el alma se libera durante el sueño (al cesar la vigilancia de la razón y los sentidos), puede caer en imágenes impulsivas, salvajes y caóticas.
      • Sin embargo, también sugiere que un alma bien educada puede mantener el orden incluso durante el sueño.

“El hombre justo, aun en el sueño, mantiene su alma en control, y no se deja arrastrar por imágenes desordenadas.”

    • Interpretación: Platón considera que el alma racional puede ejercer cierto grado de dominio y vigilancia incluso en sueños. Esta presencia de la razón en el sueño es una forma embrionaria de lo que siglos más tarde se describiría como "lucidez onírica".
3.1. Los Neoplatónicos - Plotino (siglo III d.C.)
    • Obras: Enéadas (especialmente VI.9. y IV.8)
    • Aportes:
      • Concibe el alma como capaz de elevarse durante el sueño hacia lo inteligible.
      • Habla de experiencias lúcidas como "vigilias del alma" que trascienden el cuerpo.
      • Los sueños pueden ser claros cuando el alma se purifica y se separa de lo material.

“El alma, en sueños, se encuentra a veces más despierta que cuando está despierta, y contempla verdades con una claridad sin igual.” (Enéada IV.8.1)

    • Interpretación: Plotino habla de una forma superior de conciencia en el sueño, donde el alma contempla realidades eternas. Aunque no es “lucidez” en términos modernos (darse cuenta de que se está soñando), es un estado autoconsciente, espiritual y lúcido en otro plano
    • Relación con sueños lúcidos: Describe estados oníricos donde el alma mantiene su identidad y conciencia.
3.2. Los Neoplatónicos - Porfirio (discípulo de Plotino)
    • Obra clave: De Antro Nympharum (La caverna de las Ninfas)
    • Ideas clave:
    • Reflexiona sobre los sueños como vías simbólicas hacia lo divino.
    • Considera que los sueños pueden ser vehículos del alma para comunicarse con el mundo superior.

“La caverna simboliza el lugar donde el alma sueña y recibe visiones verdaderas, pero sólo si ha sido purificada.”

    • Interpretación: Porfirio vincula el sueño a una forma de percepción espiritual que requiere conciencia y purificación del alma.

3.3. Los Neoplatónicos - Proclo (siglo V, neoplatónico)

    • Obra clave: Comentario al Primer Alcibíades
    • Ideas clave:
      • Habla de la capacidad del alma para mantener el pensamiento puro incluso en el sueño.
      • Considera que ciertos sueños no son ilusiones, sino experiencias del alma en su estado más libre.
    • Importante: Proclo afirma que la práctica filosófica y la purificación del alma permiten tener sueños más lúcidos, claros y veraces.

4. San Agustín (siglo IV–V)
    • Obras clave: Confesiones, De Genesi ad litteram
    • Aportes:
      • Reflexiona sobre visiones oníricas y sueños proféticos.
      • No habla directamente de lucidez en los sueños, pero distingue entre diferentes niveles de conciencia en el alma durante el sueño:
a) Nivel corporal o sensitivo (inferior)
Contenido: Restos de percepciones sensoriales, impresiones físicas, asociaciones automáticas.
Origen: El cuerpo y su memoria sensitiva.
Ejemplo: Sueñas que estás comiendo porque tenías hambre o viste comida.
Carácter: Caótico, pasivo, sujeto a impulsos.
Valor espiritual: Bajo o neutro. Puede ser ilusorio o simplemente fisiológico.

b) Nivel psíquico o anímico (intermedio)
Contenido: Imaginación activa, emociones, imágenes con sentido narrativo.
Origen: El alma racional, afectada por hábitos, deseos y emociones.
Ejemplo: Sueñas con algo que temes o deseas intensamente.
Carácter: Simbólico, narrativo, más coherente.
Valor espiritual: Ambiguo. Puede expresar el estado del alma (culpa, deseo, lucha interior) y requiere discernimiento.

c) Nivel espiritual o intelectual (superior)
Contenido: Sueños claros, reveladores, ordenados, a veces con mensajes que exceden la experiencia ordinaria.
Origen: La mente elevada hacia Dios o iluminada por la gracia.
Ejemplo: Sueños proféticos, visiones o intuiciones profundas.
Carácter: Lúcido, elevado, contemplativo.
Valor espiritual: Alto. Puede ser de origen divino y tener sentido teológico o moral.
      • Los sueños, para San Agustín, pueden tener origen divino, demoníaco o psicológico.
    • Relevancia: Introduce una visión moral y teológica del mundo onírico, donde el libre albedrío y la tentación pueden manifestarse en sueños.
5. Santos medievales y místicos (Tomás de Aquino, Hildegard Von Bingen, etc.)
    • Generalmente consideraban los sueños como portadores de revelaciones o engaños demoníacos.
    • La conciencia onírica no era un tema tratado directamente.
    • Si alguien se daba cuenta de que soñaba, se interpretaba como gracia divina o señal especial, no como habilidad entrenable.

2.2. En la historia moderna:

En los siglos XIX y XX (hasta los años 70) la ciencia no validaba ni prestaba atención seria a los sueños lúcidos pues se los consideraba, en el mejor de los casos, creencias esotérico/místicas, o de plano simple y llana sugestión o superstición, meras supercherías sin base científica.  

En 1913, Frederik van Eeden acuña el término "lucid dream" en su artículo "Estudio de los sueños", publicado tras sus estudios y observaciones como terapeuta.  Sien embargo, el fenómeno no fue todavía aceptado ni difundido dentro de la comunidad científica sino hasta décadas más tarde.

En los 70 y 80 se produjo una transición a partir de los experimentos de Hearne y LaBerge y el fenómeno pasó del campo esotérico o "paranormal" a la ciencia cognitiva.  Aun así, durante mucho tiempo siguió siendo un tema marginal, muchas veces relegado a libros de autoayuda o espiritualidad oriental pop (la más mercantilizada y, por tanto, deformada) más que a revistas científica.

Concepción de los sueños lúcidos a lo largo de la historia


III. La mirada de la ciencia.-

Antiguamente, como ya se explicó, la ciencia moderna consideraba este fenómeno como mera superchería o creencias esotérico/místicas sin fundamento.  Actualmente, sin embargo, las neurociencias comprobaron la existencia verídica de este tipo de sueños y los reconoce como un fenómeno real y estudiable.

Algunos de sus hallazgos se lograron mediante el uso de scanneres de fMRI (Resonancia Magnética Funcional) y EEG (electroencefalograma) revelan que durante un sueño lúcido se produce mayor actividad en la corteza prefrontal (que comprende aproximadamente un tercio la corteza cerebral), zona relacionada  procesos cognitivos superiores o complejos y funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, la planificación, la toma de decisiones, el razonamiento, la cognición social, la expresión de la personalidad,  la autorreflexión, la regulación emocional, la atención y el juicio. Esta región normalmente está menos activa durante el sueño profundo REM común.

Para comprender a importancia de la activación de esta área de una forma diferenciada durante el sueño lúcido a como lo hace en el sueño común, cito al portal kenhub.com (que si no, la pelo):

"La corteza prefrontal forma ricas conexiones subcorticales recíprocas con el cuerpo amigdalino, el hipotálamo, el mesencéfalo y el puente. De esta manera las funciones, filogenéticamente, más primitivas (es decir la actividad autonómica, las funciones viscerales, las emociones principales) están integradas con funciones cerebrales de alto orden (los pensamientos, el cálculo, la motivación, etc).
Se entiende que cada región tiene sus propias conexiones exclusivas y, en consecuencia, sus propias funciones específicas:
  • La región medial de la corteza prefrontal forma conexiones recíprocas con las regiones del encéfalo que están involucradas en el procesamiento emocional (cuerpo amigdalino), memoria (hipocampo) y regiones sensitivas de alto orden (dentro de la corteza temporal).
  • La región lateral está conectada principalmente a las regiones del encéfalo que se encuentran involucradas en el control motor (ganglios basales, corteza premotora, área motora suplementaria), tálamo, supervisión del rendimiento (corteza cingular) y procesamiento sensitivo de orden superior (dentro del neocórtex).
  • La región orbitofrontal forma principalmente conexiones neuronales con las regiones del encéfalo involucradas en la regulación emocional como el cuerpo amigdalino, la porción medial del tálamo, el hipotálamo (relacionado con la conciencia, entre otros) y los núcleos basales". (Serrano, 2023)

En cuanto a los hallazgos al respecto en materia científica, estos se produjeron tras su primera verificación experimental en los años 70, cuando el investigador Keith Hearne implementó un experimento en el que un voluntario movió los ojos siguiendo un patrón acordado durante la vigilia mientras dormía, evento que fue registrado en un polisomnógrafo.  Este experimento fue publicado en su tesis doctoral, en 1975, pata la Universidad de Liverpool.

Posteriormente, esta comprobación empírica fue replicada y popularizada por Stephen LaBerge en los años 80 a traves de estudios llevados a cabo en la Universidad de Stanford, donde se establecieron, además, métodos para inducir los sueños lúcidos para ser estudiados por la neurociencia. La Berge publicó su estudio en 1981 bajo el título "Sueño lúcido: un estudio exploratorio de la conciencia durante el sueño", donde abordó el estudio de los sueños lúcidos a través de la medición de movimientos oculares durante el sueño REM.  Además, La Berge fundó el Lucidity Institute y popularizó técnicas como MILD y WILD para inducción de sueños lúcidos.

En cuanto a los últimos hallazgos al respecto, en 2021 se descubrió que es posible la comunicación con soñadores lúcidos en tiempo real mientras estos se encuentran "dormidos", es decir, en ese estado intermedio diferenciado de sueño y consciencia racional.  Esto se logró mediante señales oculares y respuestas a problemas sencillos. El estudio confirmó que el soñador lúcido mantiene una consciencia y raciocinio activo durante este tipo de sueños.  

Entre estos estudios recientes, en 2018 se ha comprobado que sustancias como galantamina (un suplemento usado para el Alzheimer) pueden ser usadas para inducir sueños lúcidos por su capacidad para aumentar la actividad colinérgica del cerebro durante el sueño.

Además, consecuentemente con lo anterior, se ha establecido que la administración de inhibidores de la acetilcolinesterasa (fármacos que bloquean la acción de la enzima que degrada la acetilcolina) muestra resultados alentadores en la producción de cambios cognitivos específicos de la lucidez onírica, aunque los mecanismos subyacentes para tales resultados aún no se han determinado, estudiado ni comprendido del todo.  Sin embargo, existen varias teorías científicas al respecto.

"La acetilcolina es un neurotransmisor y neuromodulador que participa en diversas funciones cognitivas. Además, participa en la regulación del sueño REM: las neuronas colinérgicas del tronco encefálico y el prosencéfalo basal se proyectan e inervan amplias áreas de la corteza cerebral, e interactúan recíprocamente con otros sistemas neuromoduladores para producir el ciclo sueño-vigilia y las diferentes etapas del sueño. La consciencia y la cognición varían considerablemente entre las etapas del sueño y dentro de ellas, y la capacidad metacognitiva se reduce notablemente incluso durante experiencias oníricas estética y emocionalmente ricas. 

Una excepción notable es el fenómeno del sueño lúcido, un estado poco común en el que los niveles de conciencia metacognitiva de la vigilia se restauran durante el sueño, lo que resulta en que las personas se percaten de que están soñando. El papel de los neurotransmisores en estas fluctuaciones de la consciencia y la cognición durante el sueño aún se comprende poco. Aunque estudios recientes con inhibidores de la acetilcolinesterasa sugieren un posible papel de la acetilcolina en la aparición de sueños lúcidos" (Acetilcolina y metacognición durante el sueño, Gotta et al., 2024)



Entonces, podemos decir que el sueño lúcido, efectivamente constituye un fenómeno real y representa un estado híbrido "liminal" entre la vigilia y el sueño REM que aún no comprendemos del todo.  Los estudios aún continúan...

Entre sus usos potenciales se estudia hoy su posible uso terapéutico para el tratamiento de pesadillas recurrentes, manejo del trauma en especial en pacientes diagnosticados con TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático), entrenamiento mental o ensayos motores (algunos deportistas o músicos afirman practicar sus habilidades en sueños lúcidos).  También es de importancia en la investigación científica acerca de la conciencia y para estudiar y comprender los límites entre el sueño y la vigilia, entre otros.  Sin embargo, existen también debates sobre sus límites, por ejemplo, si podrían ser usados por pacientes en una suerte de “escapismo” de la realidad.


IV. Alusiones desde la práctica esotérica tradicional.-

Como ya se mencionó someramente, en el Tíbet, los monjes budistas practicaban lo que hoy se conoce como "yoga del sueño" que vendría a significar básicamente el fenómeno del sueño lúcido descrito pero inducido a través de medios o mecanismos propios de dicha cultura y sistema de creencias.  Esta práctica tal como la ciencia lo ha revelado más tarde, constituye un estado intermedio diferenciado (liminal) entre la vigilia y el sueño caracterizado, según esta práctica, por una consciencia profunda.  

También encontramos el "Yoga Nidra" o "Sueño Yóguico", técnica tradicional de la India donde se inducía este estado a través de la meditación, un estado que permitía, según dicha práctica, una profunda relajación física y mental (y esto explica una parte de lo que les comentaré más adelante).  En sánscrito, según encontré, "Yoga Nidra" puede traducirse como yoga del sueño mental o psíquico.

Esta práctica se difunde y promueve hoy incluso desde la "espiritualidad pop" como un mecanismo para mejorar el bienestar, reducir el estrés, y desde prácticas algo más sobrias para promover la conexión entre el cuerpo, la mente y el espíritu. 

Sin embargo, la práctica yogui tradicional tiene una visión algo más profunda:

"No eres una mente sino una consciencia anterior"
(Swami Satyananda Saraswati)

Con esta toma de consciencia, entonces, todos los efectos benéficos anteriormente mencionados entrarán en escena como resultado y consecuencia de la misma, y sin ser esa necesariamente su función principal, sino, una más trascendente, la de "estar en sí mismo".  Es decir, aquellos beneficios serían no el motivo sino el resultado de "estar uno en sí mismo", y dejar de buscar la plenitud en el exterior.

Swami Satyananda Saraswati, monje hindú nacido en España, discípulo de Swami Muktananda Paramahamsa y autor de libros como "Mente, meditación y silencio" (2021), “Las bases del yoga" (2021), "La enseñanza del Silencio (2018), "Viveka, el discernimiento entre lo real y lo no real" (2018) y "El hinduismo" (2014), entre otros. Es uno de los principales referentes del hinduismo en su vertiente tradicional, es decir, lejos del mercado pop que ha trastocado, comercializado e incluso deformado estas prácticas con un tinte meramente utilitario inmediatista o de mercantilismo puro.

En este sentido, Swami Satyananda indica que la meditación per se conlleva un estado de consciencia superior y más profundo que "trasciende tanto la del estado de vigilia como la del sueño"; lo cual bien podría implicar de alguna manera, a mi entender, ese tercer estado, ese estado liminal del que vengo hablando logrado a través de un sueño lúcido, un estado, quizá, como bien dice, distinto y superior a ambos.  Lo comparto porque invita a pensar...

Y les comparto, además, un texto de Sergio Valero Ruiz, donde explora "Lo que el OM representa según la Māṇḍūkya upaniṣad".  Valero es Doctor en filosofía, investigador, escritor, poeta, docente y, entre otros, dueño del sitio de X de divulgación "El Aquelarre", (@CaminoAquelarre) una página sobre filosofía, antropología y folklore.  Es además autor de libros como "El Camino hacia el Aquelarre: Un Viaje Interpretativo hacia la Esencia de la Brujería", "Lycanthropia: Historia, Magia y Folklore del Hombre Lobo" y "Hojarasca: Una Antología Crepuscular", una antología de poemas y relatos.  Por otro lado, colaboró en la obra colectiva "Sinestesias", un compendio dedicado a ensayos e investigaciones sobre temas como brujería y hechicería en el mundo hispánico y dirige un Podcast con el mismo leitmotiv "El Aquelarre" y el blog "Desde el Aquelarre".

He aquí un texto para pensar y seguir reflexionando y descubriendo y redescubriendo lo que somos, lo que podemos ser, lo que sabemos y lo que aún ignoramos y podemos aprender/comprender y quizá incluso, simplemente (y maravillosamente) reconocer y recordar:
"ॐ Al principio fue el verbo, la palabra, la sílaba, la vibración...

La sílaba OM es divina. OM es todo. Ésta es la razón: «OM es lo que fue, es y será, y lo que hay más allá del tiempo». Decir OM es decirlo todo. Todo es bráhman. Y bráhman es el ātman cuádruple” (Māṇḍūkya Upaniṣad). 

Cada recitación del 𝑶𝒎 parece reproducir en una escala microcósmica la existencia del universo. Esa vibración constante de la que todo participa. Es música, la primera canción de la historia. 
En la India siempre se ha considerado la música algo divino, razón por la que ha gozado de una gran importancia en la cultura hindú.  Estas melodías se relacionan con el Om (ॐ), la vibración primordial, siendo tenidas como grandes herramientas mágicas para producir cambios. Utilizar el sonido y la vibración como elementos mágicos no es exclusivo de la cultura de la India, también aparece referenciado en otras.
Los nativos americanos usaban la música y la danza para atraer la lluvia. Dentro de la cultura nórdica existía la magia sonora 𝘨𝘢𝘭ð𝘳. Las sagas celtas nos hablan del poder de la voz de los druidas y de cómo los bardos eran capaces de maldecir a través de sus recitaciones. Del mismo modo que los chamanes en la actualidad siguen utilizando sonido y vibración para producir estados alterados de consciencia.
Existen otros muchos ejemplos de este tipo de vibración ritual: los hechizos rítmicos de la brujería, el cuenco tibetano, los mantras, etc. Incluso podría extenderse a la energía psíquica con la que opera la magia; las ondas cerebrales como frecuencias de radio. Son precisamente esas ondas cerebrales las que se piensa que podrían verse afectadas por los sonidos, tanto como para producir trances y estados alterados de consciencia.  Existen investigaciones sobre cómo afecta la acústica en monumentos como Stonehenge, produciendo estados alterados.
Una de las siete leyes de la doctrina hermética ya lo decía: “Nada está inmóvil, todo se mueve; todo vibra”. El cosmos es vibración. Ese sonido divino y eterno según el hinduismo: El Om (ॐ).
Sin embargo, para los textos de la tradición eterna de la India el Om no consiste únicamente en una vibración primordial. Según la Māṇḍūkya upaniṣad el Om tiene un sentido cuádruple:

  •  Su primer cuarto es la consciencia de la vigilia, abierta a lo exterior, común a todos, que se recrea en lo tangible y material y se percibe mediante los siete miembros y las diecinueve aperturas.
  • Su segundo cuarto es la consciencia onírica, centrada en lo interior, que tiene luz propia, se recrea en lo sutil y etéreo y se percibe mediante los siete miembros y las diecinueve aperturas.
  • Su tercer cuarto es la consciencia del sueño profundo, en el que no se tiene visión alguna, ni asoma el deseo: una vivencia total, en la que se goza de la dicha y la beatitud en el silencio profundo de la consciencia.  Esa consciencia silenciosa es el principio y el fin de los seres, trasfondo de todo cuanto existe, matriz de los seres vivos, que lo conoce todo y lo ordena desde el interior.
  • Su último cuarto es el ātman en estado puro, la vida despierta de la plena consciencia.

No es la consciencia de la vigilia que percibe lo exterior, ni la interior del sueño, ligero o profundo, con o sin ensueños. Tampoco la consciencia de algo, ni lo inconsciente. Es el ātman invisible, inaccesible e inasible, uno e indiviso, impensable e inefable. Su esencia inmutable es la certeza de su propia unidad. Y de su realidad da fe la experiencia que nos une, la paz y la beatitud que suceden a la mudanza y a la dualidad.

Este ātman está contenido en la sílaba OM. Sus tres sonidos son, en verso y en prosa, A, U, M. Los tres corresponden a los tres primeros estadios de la consciencia.
  • El primero, A, es la consciencia de la vigilia común a todos los hombres. Se cifra en las palabras āpti («alcanzar») y ādimattvam («ser el primero»): de ahí que la satisfacción y el cumplimiento de los deseos sea una meta de la vida consciente. Quien lo sabe ve cumplidos sus deseos y es el primero.
  • El sonido U, segundo de la sílaba, es la consciencia del durmiente. Se enuncia en las palabras utkarṣa («elevación») y ubhayatva («ambivalencia»). Quien lo sabe eleva su nivel de conocimiento y alcanza el equilibrio. Nadie que se encuentre en su lugar ignorará a bráhman.
  • El sonido M es la consciencia del sueño profundo, su tercer estado. Se encuentra en miti («medida») y en apīti («término»). Representa la obra y su disolución. Quien lo sabe concibe un mundo en su mente, lo crea y lo disuelve.
  • El cuarto modo de consciencia es indiviso y corresponde al sonido de la sílaba entera OM. Inasequible y sereno, trasciende la sensibilidad y es el fin de toda mudanza. Es ātman, beatitud suprema, sin dualidad. Quien lo sabe permanece en él.
Los que permanecen en él, los que tienen el poder supremo, son aquellos que verdaderamente han superado la dialéctica de la vigilia y el sueño. Y por esta razón pueden crear y disolver la realidad a su antojo.
Un atisbo de eso está al alcance de los músicos y sus melodías que, como los Ainur en la literatura de Tolkien, dan forma a la realidad y sentido al cosmos." (Sergio Valero Ruiz)
[Las negrillas fueron añadidas]

V. Mecanismos, técnicas de inducción.-

A partir de las experiencias al respecto se han desarrollado ciertas técnicas de inducción y manipulación de sueños lúcidos como ser:

  • El método MILD (Mnemonic Induction of Lucid Dreams); que consiste en la repetición mental de la intención previa y durante la vigilia justo antes de quedar dormido para percatarse de que uno está soñando.
  • El método WBTB (Wake Back To Bed); consistente en despertarse tras unas horas de sueño (4 a 6 aproximadamente), mantenerse despierto brevemente, por unos minutos, y volver a dormir con intención de la lucidez.
  • Reality checks; que son hábitos de la vigilia usados para verificar si uno está soñando.

💠

VI. Experiencia personal.-

En mi experiencia personal, recuerdo haber tenido sueños lúcidos desde mi adolescencia, años antes de saber que aquello tenía un nombre y que había mucho interés al respecto desde diversos ámbitos.  Los tenía muy a menudo, incluso a voluntad y casi cada vez que quería.  En aquel entonces tampoco sabía que se enseñaban técnicas para tenerlos o que incluso muchas personas las practicaban durante meses o años para intentar lograr esa experiencia (me enteré de todo eso recién como 10 años después, o quizá más). 

La primera vez que me sucedió (porque no lo hice a propósito) fue tras una pesadilla, y es que esta era tan TAN horrible y espeluznante que no podía ser real, en un instante supe que no podía serlo y entonces me di cuenta por primera vez, de que estaba soñando.  Me hice consciente de mi propio sueño por vez primera, supe, fui consciente de que estaba dormida y aquel era solo un sueño, así que dejé de sentir ese terror, comencé entonces por controlar mi estado de ánimo totalmente alterado y lograba calmarme.  Ese control sobre mí misma era ya de por sí empezar a controlar mi sueño, una "proto" manipulación de mi propio sueño.  Ya estando más relajada y consciente del sueño, pude decidir y ordenarle que cerrara un telón como una suerte de "decreto" de que "aquí acaba la función" para obligarme a despertar.  Y lo hice, apenas cayó el telón rojo, desperté.  Desde entonces supe no solo que era capaz de despertarme a voluntad (siempre que me percatara de que estaba soñando, claro), sino que también supe que era capaz de ser consciente dentro de mis sueños, de saber que estaba soñando y de que podía modificar lo que allí sucedía a voluntad.   

Más adelante, en otras pesadillas, comencé, por ejemplo, a ponerle freno al demonio, situación o cosa que me asustaba, sabiendo que no era real, y cambiaba la situación.  

Tiempo después pude incluso decidir tener uno de esos sueños, es decir, inducirme los sueños lúcidos a voluntad desde un principio, es decir, tenía ese tipo de experiencias cada que quería y llegué incluso a desarrollar mi propia técnica para lograrlo.  Todo esto, todavía sin saber que esa práctica, que similares técnicas y un nombre para esa experiencia existía. 
 
Sin embargo desde hace aproximadamente 10 o 12 años que los he podido tener solo unas pocas veces, como una docena, quizá, no estoy segura pero me he dado cuenta de esto es así cuando me encuentro bajo un estrés extremo, en un estado de inestabilidad emocional o enfermedad física.  Esos estados poco (o nada) saludables no me ayudan a inducírmelos.

Por otro lado, en mi experiencia, sucede algo algo que podría parecer contraintuitivo: a pesar de estar razonablemente consciente dentro de esos sueños como para saber que estoy dormida y lo suficientemente racional como para controlarlos, cuando tengo uno de ellos, me levanto como si hubiera dormido el doble o quizá el triple de lo que realmente dormí. Totalmente descansada!  Tanto es así que  varias veces he recurrido de forma meramente pragmática a estos sueños cuando por mis actividades y ocupaciones tenía solo unas pocas horas disponibles para dormir durante la noche y quería, necesitaba, que ese tiempo fuera reparador. Así que cuando por alguna razón solo tuve disponibles, por ejemplo, un par de horas para dormir, he echado mano de "las bondades" de un sueño lúcido, induciéndome uno solo en aras de aprovechar mejor ese poco tiempo y aún así levantarme descansada.  Y funciona!, pues en esas ocasiones me he levantado como si hubiese dormido al menos 6 horas, o más.  Me levantaba como nueva, sin sueño, sin ningún malestar por las pocas horas de sueño... Recordemos ahora la meditación en el llamado "Sueño Yóguico" produciendo aquella profunda relajación física y mental, curioso, no? Tendrá algo que ver con mi descanso profundo cuando practico ese tipo de sueños?  

Y es que una vez dentro de estos sueños siento como si el tiempo transcurriera mucho más lento, es como si se "dilatara", por la cantidad de sucesos que puedo soñar, por ejemplo, en tan solo 20 minutos, y coincidiendo con esa percepción, curiosamente, despertar también mucho más descansada que con un sueño ordinario.   Es como si se entrara en un sueño más profundo, una experiencia onírica algo extraña donde hasta el tiempo "se dilata"...  Y es que la experiencia toda en sí es por sí misma un poco "rara".  Y lo digo con aún mayor convicción si recuerdo las escasas3 o 4 veces en que sí he podido tener sueños lúcidos aún en un estado de estrés extremo, y no lo quise intentar de nuevo después de eso tampoco... pero ya llegaré a eso más adelante.

Sobre cómo me los induzco, o esa "técnica" de autoaprendizaje que por mera intuición desarrollé, aquí una breve descripción...

Lo que descubrí que me funcionaba, primero sin intención y luego a prueba y error, era dormir echada de espaldas, nunca en otra posición y pensando en lo que quería soñar.  Una vez que me sentía dentro del sueño, sintiéndome exactamente en la misma posición y lugar en que me dormí, me levantaba, solo me paraba y entonces intentaba abrir los ojos y ver ese punto de referencia en el techo de mi habitación (era un punto que brillaba en la oscuridad de la noche), si lograba verlo directamente tan solo abriendo los ojos, quería decir que estaba ya dormida y no que me había levantado en la "vida real" sino solamente dentro del sueño.  Necesitaba hacer esta comprobación primero para asegurarme de estar dormida y segundo para no moverme de maneras extrañas en mi cama y revelar al mundo mis maquiavélicas intenciones de soñar algunas cosas XD En fin, una vez dentro del sueño, estando ya de pie dentro de él, hacía alguna otra "prueba de realidad" más, como intentar levitar o escalar paredes, si lo lograba, entonces ya estaba dentro del sueño lúcido y controlándolo. Luego a crear la historia...

Siempre esa posición, de espaldas en la cama, me funcionó como una manera de entrar al sueño o "despertar" a esa otra realidad onírica desde la mismísima y exacta situación.   Alguna vez me sugirieron que aquello era entonces desdoblarse o tener un supuesto "viaje astral", personalmente no tengo ni la más remota idea!  Por otro lado, con respecto a la posición, es tal su importancia que luego del Covid no pude ni intentarlos como se debe ya que me dejó con ciertas secuelas y me dolía la espalda, no pude por tanto, por más de dos años dormir echada de espaldas con todas las consecuencias que ello implica para la autoinducción de sueños lúcidos.

Nunca utilicé otras técnicas ya desarrolladas ni nada que se haya escrito o dicho al respecto, pues cuando las desarrollé, como indiqué en un principio, ni siquiera sabía que tales técnicas existían.  Sin embargo entre estas están técnicas, más propiamente las de verificación de realidad, sé que están algunas como mirar un reloj y comprobar si la hora cambia de forma ilógica o irreal o leer un texto varias veces para verificar si mantiene o no la coherencia y con esos datos saber si estamos soñando o no.  Generalmente también, dicen los onironautas, que los detalles pequeños son poco definidos en un sueño, digamos, como si no estuvieran en HD.

Y por supuesto, otra cosa importante a la hora de inducirlos, al menos en mi caso, es estar libre de estrés y sana (desde que enfermé y comencé a tener un montón de problemas casi no logré volver a tenerlos). Sin embargo, aun en ese estado de estrés y enfermedad he podido unas cuantas veces (3 o 4) inducírmelos, incluso estando de costado puesto que por las secuelas del Covid no podía dormir de espaldas.  Feas, horribles experiencias, no se si por la posición inadecuada o el estrés o la enfermedad o todo junto.  El asunto es que experimenté terrores sumamente angustiantes durante esa época, al instante mismo de entrar en esos sueños lúcidos, era una sensación muy fea, una angustia y una pesadez muy oscura, atemorizante realmente (¿alguien sabe a qué podrá deberse?), tanto que solo por eso dejé de intentar siquiera inducírmelos por bastante tiempo. Nunca en otras circunstancias de enfermedad o estrés fuera de esa época, esas 3 o 4 veces, pude lograr un sueño lúcido, así que no sé realmente qué habrá pasado con esas inusuales experiencias, e incluso me pregunto si eran realmente un sueño lúcido u otra cosa, me lo pregunto debido a las circunstancias inusuales y el también resultado inusual y más que solo desagradable. 

🔹


Otras cosas interesantes que no sé si tengan o no que ver con esta práctica o si podrían o no relacionarse de alguna manera con ella, son los sueños con continuidad, continuidad de historias, de escenarios, etc., incluso con años de diferencia entre un sueño y su continuación; o que los recuerdos de un sueño anterior permanezcan dentro el entorno onírico como si fuese una historia de vida paralela que se desarrolla en una "realidad" también paralela, la onírica.

Así, tengo muy claro en mi cabeza, por ejemplo, un lugar, ese un pueblito hermoso de mis sueño recurrentes, uno tipo medieval, yendo para el noroeste (aprox.), un lugar con mucha vegetación, con una plaza y una feria de baratijas hermosas, mágicas y muchas de apariencia antigua y artesanal.  Es un pueblo que visito frecuentemente en mis sueños y al que muchas veces quiero regresar y voluntariamente visito dentro de algunos sueños.  Así también algunas historias dentro del mismo se repiten o son por mí recordadas, y otras historias, que no se relacionan con ese pueblito, también tienen lugar en mis sueños con una suerte de continuidad y memorias al respecto incluso con años de diferencia entre uno y otros.

Otra cosa que también me pregunto si tendrá o no que ver con mi capacidad de controlar mis propios sueños, es que alguna vez he sido capaz de controlar mi ritmo cardiaco o el flujo de mi sangre a voluntad (me contaron que eso se logra también a través de la meditación, y yo ni sabía); o cuando me hicieron fibroscopías en múltiples ocasiones (pasar una camarita desde mis fosas nasales hasta mi laringe para ver mis cuerdas vocales), pude controlar totalmente (o de hecho ni tener) reflejos involuntarios como lo serían las náuseas, tos, escozor, falta de aire, sentir que me atoro ni nada de eso como lo sienten muchas personas, cosa que sorprendió a los médicos, así como sentir y saber exactamente por dónde se movía el fibroscopio, mientras yo, toda "indolente" y fresca, cantaba...