domingo, 1 de diciembre de 2019

Sí, soy progresista, pero no así!

Es gracioso porque es cierto...
Y yo aquí dando palo al progresismo posmoderno, y es que es tan TAN antiprogreso, resulta todo un retroceso reaccionario con apariencia de "progreso revolucionario", eso es lo preocupante, que  engaña y empaña las causas que tanto dice defender.
Me pregunto quién habrá creado y/o impulsado este atroz "movimiento"
No será la derecha extrema ultraliberal (económicamente) pero muy ultraconservadora (aludo al típico fanatismo religioso protestante o católico cuando mide todo bajo la lente de su propia creencia, en cada caso, mientras asume que todo lo demás es automáticamente condenable)  y no lo digo solo por "imaginativa", sino porque sería bueno que el mundo tenga bien claro de dónde es que bebe ese progresismo posmoderno, y no, no es del marxismo (por lo que ni siquiera existe eso del mentado marxismo cultural), y tampoco de Frankfurt.  "Birmingham", "Estudios Culturales", "Nueva Izquierda" quizá les diga algo.

Por otro lado, sería una "buena" jugada del sistema, cierto? Vender su propia receta sobre cómo ser "un buen revolucionario antisistema", es decir, uno que ni incomode al poder.  

Al día de hoy, el proyecto "progresista" en el ámbito de los gobiernos de Latinoamérica parece haber fracasado, es claro que el movimiento ha causado un descreimiento y decepción tal que ahora (no sé qué es peor) vuelve la derecha más rancia con renovados bríos, nuevas mañas y ahora con la venia del pueblo.

Que  acaso no existe nada más que esas dos cortísimas visiones?, me pregunto.

Y ahora (insisto, no sé ya cual es peor) el progresismo posmoderno que a plan de victimismo (como es su especialidad) y mentiras difamatorias contra quien no repite religiosamente su discurso (que es otra de sus "gracias") pretende, de forma reaccionaria e incluso he visto, violenta, volver a imponerse.

Pensándolo, quizá el progresismo posmoderno podría hacer más daño, porque se disfraza de progreso, de nobleza, de reivindaciones e instrumentaliza causas justas por lo que le resulta fácil convencer y ganar adeptos por millones, mientras bajo esas consignas se cometen atrocidades, todo bajo un velo de buenismo que engaña. En cambio, la ultraderecha más rancia y gastada suele mostearse como una lacra de frente, ya que parece estar muy orgullosa de sus prejuicios y dogmas más escalofriantes y que, claramente, no se suelen reconocer como tales, desde adentro. En ambos bandos la autocrítica parece inexistente.  Sin embargo, en su versión no ya moderna, sino posmoderna, esta última se ha disfrazado de supuesta izquierda, si se controlan ambas opciones ambas,al final, esconden un mismo fin, y resulta que el enemigo más peligroso es aquel al que no se puedes ver, o peor, aquel que crees y se presenta como amigo... esa oscuridad que se vende y presenta como luz.

En fin, sí, puedo ser progresista (quién no quería que progresemos como sociedad)... Soy progresista,

PERO NO ASÍ!!!

"Dice que" más o menos voy por ahí, aunque no exactamente, pero es un test, no puede abarcar todas las opciones ni mucho menos todo lo que tenemos en la cabeza...