martes, 24 de julio de 2018

"The Wall"... una apreciación personal


A manera de introducción, pero una muy personal...

Ernesto Sabato "Hombres y Engranajes"
Lo sé, no es la portada de "The Wall",
pero siempre me recordó a ella...
Es una pintura del pincel de Ernesto Sabato,
cuya obra, a propósito, parece comprender muy
bien los temas que trata la magnífica 
obra que ocupa este post *
Me hallo aquí debido a que interpretar esta obra (sí, estoy metida hasta el ama en ello ahora) me movió demasiadas emociones, incluso confieso que las oculto para no ser tomada, a la ligera, por una loquita a la que solo se le zafó un tornillo.  No es que importe mucho el que dirán, es que sé cómo afecta en la vida práctica ser censurada, acallada, insultada, prejuzgada etc., por quienes no comparten tu visión por el simple hecho de no compartirla, por quienes en lugar de refutarla con argumentos se limitan a descalificar a la persona, o peor aun, su calidad humana y como persona; hablando de lo que desconocen desde una pequeña burbuja de confort y prejuicios ...y a veces, solo a veces, me quiebro.

Y bueno, da la casualidad que justamente en este último tiempo he sufrido más ataques que en toda mi vida, ataques que me han intentado tumbar en varios sentidos e incluso intentaron callarme (razón por la cual, contrariamente a lo esperado por aquellos, decidí dejar de manejar de forma privada este blog y publicarlo).  Fueron  varias personas de mi entorno cercano con prejuicios y señalamientos, con injurias y calumnias incluso, con “consejos amistosos” sobre que debo dejar de escribir porque absolutamente a nadie le interesa leer lo que escribo, a nadie le interesa leer lo que opino y porque nadie jamás va a leer mis aburridos y largos textos sobre esas cosas "sin importancia" y que solo a mí me importan, cosas sobre las cuales, según dijeron, los demás se ríen y hacen mofa, textual.  Todos ellos eran, supuestamente, motivos por los cuales era yo quien debía visitar a un psiquiatra, es decir, no por otras razones válidas, sino por lo que en teoría hacen los demás a mis espaldas, y también porque según aquel "consejo amistoso", lo necesitaba para dejar de ser tan "rarita" y ser más "normal".   Y valga recalcar que todo eso me lo decían "por mi bien", en teoría... no sé ustedes, pero a mí algo no me cuadra.

Todo ese contexto, las zancadillas, los juicios y prejuicios, verme envuelta en interpretar justamente ahora la obra, entre otras cosas (como cierres) que ni menciono; todo ello sumado a lo que siempre significó y significa para mí esta banda y esta obra, movió y tocó demasiados sentimientos y pensamientos, hoy además revividos y exacerbados en cada ensayo y por cada vivencia... Todo eso, en conjunto, es lo que me lleva hoy a escribir este texto.   Es demasiado fuerte, demasiado sobrecogedor lo que está pasando ahora, más de lo que me sienta cómodamente admitir.

Así que simplemente hoy quería escribir, hoy que puedo, dejar mi impresión sobre esta majestuosidad de obra, aún con lo poco que sé sobre artes audiovisuales, pero con lo mucho que me llega.  Hoy estoy aquí para volcarme un poco en estas letras...   

Una pequeña, muy pequeña parte debo decir, la extraje de un ensayo que hace años, en la carrera de comunicación, hice sobre esta obra, pero no pasa de un 5% a decir verdad o por ahí va la cuestión, y es que al releer aquel ensayo sólo pude ver lo pueril que me resultaba hoy, pude ver cómo con cada año que pasa esta obra simplemente la interiorizo más, ¿qué tan saludable será eso? ni idea, pero creo que es así, cada vez entiendo algo más y le encuentro más ...o cada vez ella me encuentra más.  Y ya sin más preámbulos y preparada (eso espero) para enfrentarme a ella una vez más, aquí voy.

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Roger Waters

“The Wall” es para mí mucho más que sólo la presentación de una historia, es una obra conceptual que sume al espectador, con majestuosidad tanto en imagen como en la música, en un viaje al interior de la psique del protagonista.  La música parece perfecta en relación con la parte visual, y el conjunto induce a interiorizar, casi por ósmosis, ideas abstractas y manifiestas; pensamientos,  emociones y arte, no deja atrás ninguno.  

Esta obra, más allá de la historia misma, presenta postulados, conceptos, ideas que viven a veces en nuestra mente individual o colectiva, como sociedad o individuos, pero son casi tabú, o anatema, mejor dicho, situaciones que calan cada ámbito de la vida, pero que solemos ignorar, preferimos ignorar, decidimos callar, y que llegado un momento, a veces, necesitamos gritar.   Explora un mundo interior, con sus demonios e ilusiones, sus desencuentros y emociones, su ira, miedos y sus anhelos.  Asimismo, exteriormente, muestra aquel mundo patéticamente prefabricado, encubierto muchas veces, ese del que todos formamos parte, aunque quizá al que no todos pertenezcamos, figurativa y, lo impensable, hasta casi literalmente, como el caso de quienes, en cierta medida, viven un poco al margen... o quizá dentro de un muro.

Sin embargo, algo que parece quedar claro en la obra es que, infortunadamente o no, el protagonista "debe" permanecer ahí, o de lo contrario, muestra cuán fácilmente, como él,  podríamos terminar marginados, ya sea por nuestra propia mente o por nuestros semejantes, o ambos; apartados por no encajar en el molde y no saber sobrellevar ese hecho sin sufrir sus embates.   

Es claro lo desconsoladora que puede sonar para algunos la idea de TENER QUE adaptarse, sí, mas ante el desamparo, ante la soledad más absoluta, esa que carcome hasta la médula, esa que duele, esa cuyo silencio hace que sólo los propios pensamientos queden resonando en la mente, que solo allí hagan eco y sean la única compañía, esa que amenaza con sumir al individuo en el marasmo o a morir sin que el mundo se entere siquiera; ante tal desolación (nada romántica he de decir, contrario a lo que algunos se figuran por ahí confundiendo la soledad como elección y la impuesta), ante tal situación de completo aislamiento, ¿qué es lo que vale?, ¿qué queda?

Somos seres sociales, sí, la colaboración entre la especie existe, por supuesto, pero más allá de eso el "camino al éxito", en los términos de ese sistema, parece no ir por ahí; el mundo al parecer nos quiere amoldados, el mundo, mejor dicho, el sistema, nos quiere pérfidos, lo que parece contar es la carrera encarnizada por cumplir con las expectativas ajenas y con lo que el mismo sistema impone de forma casi absolutista sobre lo que la palabra “éxito” significa; ante tal perspectiva, decía, ¿qué queda?, ¿sucumbir y perderse a uno mismo?, ¿ser uno mismo y quedar apartado en un túnel oscuro y solitario?, ¿aparentar tal vez? ¿Qué es lo que queda realmente? 

Esto es algo, una pequeña parte de lo que esta obra conceptual, a mi modo de ver, intenta plantear y desentrañar.  Al parecer nada de lo que vale la pena realmente, en el mundo de los de afuera de ese túnel parece importar (túnel que aparece en la niñez de personaje y que creo ver, como prefigurando el muro de sus años de adultez).  Nada de lo trascendente, fuera de aquel túnel, parece importante, sólo trivialidades; todo se muestra como una carrera sangrienta por el poder, por cumplir expectativas ajenas, por cumplir con esa noción de "éxito" impuesta; todo parece un teatro, pero no mágico, sino torpe; algo real y pre-fabricado, el pequeño Pink lo advierte,  pero ya que no se integra y vive como un cordero cegado por el deseo de supervivencia y socialización, se condena a vivir desechado por la sociedad desde pequeño, aislado... tal vez en ese túnel oscuro e impenetrable en el que ya pronto nadie lo puede ver claramente y por tanto nadie lo puede entender.   

Tal es el concepto que en la obra representado por la imagen del muro, cada vez cerrándose más y más sobre el personaje, cada vez más sólo, cada vez más alejado, encerrándose más en sí mismo, en su mundo.  Su muro lo protege de sucumbir, pero a la vez lo aísla más, entonces menos lo comprenderá el mundo “de afuera”, por lo que nuevamente, sólo le queda cerrarse más y más en una suerte de círculo vicioso cada vez más difícil de romper. 

Esos, por un lado, son los muros del aislamiento del alma humana no amoldada a estos tiempos que corren vertiginosos hacia no sé qué visión tan plástica del “éxito”, es precisamente eso lo que se refleja en la "instrucción" severa y conductista del maestro de Pink; aislamiento en el cual se ve  sumido el protagonista, quien no se conforma con vivir de la manera automática en que se supone debería hacerlo una persona "de bien", es decir, bien moldeada (y titereteada), y decide de alguna forma, aunque claramente incomprendida, expresar su ser auténtico, desde niño, con sus aspiraciones, su crítica, sus sueños, miedos y defectos incluidos, pero en medio de ello deja ver también su vulnerabilidad, hecho que aun siendo un niño no le es “perdonado” (como si existiera algo que perdonar). Y no sólo se habla aquí de un sistema educativo que además de oprimir su espíritu libre, lo adoctrina precisamente para que desde niño deje de serlo, para que deje de ser libre, sino de aquel que se extiende más allá, ese que crea predispone también la educación en el hogar, ese que avala ya promueve guerras y toda suerte de atrocidades.   Todos nacemos, considero, con una innata curiosidad, con esa capacidad de cuestionarnos sobre el mundo que nos rodea y esa sed de aprender; cosas que raramente se pueden ver suficientemente incentivadas, es más, en el film se muestra cómo aquello  directamente, a través de la escuela, se anula, como algo indeseable.   

Pink "tendría que" haberse ajustado a “lo normal” a lo “socialmente aceptado”, aun siendo tan niño o tal vez precisamente por eso.  El sistema sabe muy bien que son más "moldeables", para mal o para bien lo son, cual pequeñas esponjas que absorben todo a su paso, y nótese esto, lo recordaremos más adelante, de forma tácita, en este texto.  Todo esto me recuerda más de un escrito de Hesse, quien en este libro que citaré, al parecer vio claramente lo que vengo explicando a partir de su propio personaje:
"Tengo gran fundamento para creer que fue educado por padres y maestros amantes, pero severos y muy religiosos, en aquel sentido que hace del quebranto de la voluntad la base de la educación.  Ahora bien, esta destrucción de la personalidad y quebranto de la voluntad, no dieron resultado en este discípulo; para ello él era demasiado fuerte, demasiado altivo y espiritual"
"[Los Hombres] han nacido para la tierra, no para el agua.  Y, naturalmente no quieren pensar, como que han sido creados para la vida, ¡No para pensar!  El que piensa, el que hace del pensar lo principal, ése podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero éste precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará"
Hermann Hesse, El Lobo Estepario, 1927

Pero aun en medio de todo, a pesar de sus miedos y bajo terribles reprimendas, todavía se ve cómo el pequeño Pink se expresa, como añorando algo distinto, y se muestra a sí mismo tan transparente que queda vulnerable ante un mundo frío y duro que no lo comprende y que a su vez es incomprendido a través de una herencia vergonzosa de "educación" mutilante.   Entonces queda expuesto, se siente desnudo, es juzgado (y bajo paupérrimos criterios por cierto) por personas que sufren a su vez la misma represión, ¿qué le queda entonces?, ¿cubrirse tal vez?  y eso es precisamente lo que hace el personaje, se cubre, se vuelca sobre sí mismo, y más tarde, en su adultez, se aísla; sólo busca protegerse...  

Así, en su adultez, aun no lo ha olvidado nada, aun persiste su inconformidad, pero sobre todo su dolor y el miedo, ese que nació a partir del desamparo y dolor provocado por la guerra, al perder a su padre, y que no hizo sino agudizarse con la sobreprotección de una madre que en lugar de ofrecerle un apoyo sano sólo le generaría más inseguridades y más miedos por la inherente idea, causada por su sobreprotección, de que en verdad estaba totalmente desamparado ante la vida, de que no era capaz de cuidarse  y decidir por cuenta propia; creando así, sobre sí mismo, la imagen de un ser indefenso ante el gigantesco mundo que le esperaba afuera; en su mente, debido también a sus experiencias previas, se figura un gigantesco y monstruoso mundo mostrando sus fauces, dispuesto a devorarlo. EDIT 2022: [Así me siento yo ahora, la gente me indigna hoy tanto como me da miedo...]

Pero aún más demonios le seguirán aquejando...  parecen a momentos demonios que buscan su redención, la redención de su alma y espíritu libre, encarcelado por ideas absurdas e incomprensibles para él que el sistema impone para hacer de cada uno de nosotros “just another brick in the wall”, como la piedra de la lápida mortuoria de su padre, lo único que quedó de él.   Y esos, son demonios a la vez porque lo torturan, pero también le muestran, aún sin dejarle acercarse a ella, esa libertad, y cuán lejos y apartados de ella nos encontramos como sociedad, cuán lejos él mismo se encontraba, y más aun al estar subyugada esta no sólo por el sistema, sino también por sus propios miedos, vacíos y traumas.

Así, sumido, resguardado y protegido en su celda personal, esa que lo separa del mundo frío, materialista, prefabricado y consumista, Pink va levantando el muro que lo protege y a a vez lo aísla; ese muro de sus miedos y desavenencia con la sociedad, desde allí muestra su deseo de no querer vivir así, de manera automática, y cayendo al final, paradójicamente, en una apatía manifiesta y en el más puro marasmo.   Es claro que desde niño no deseaba ser parte de ese mundo frío en el que al parecer solamente se vive por no morir, para ser una piedra más; pero inevitablemente y desgraciadamente para él, es parte de ese mundo y al no encajar como en un rompecabezas comienza destruyendo su entorno y termina destruyéndose a sí mismo.

Este es un largometraje cuyo fondo muchas veces no es comprendido del todo y que en ocasiones  levanta toda clase de prejuicios y señalamientos, curiosamente, bajo la misma hermenéutica que su contenido denuncia, y por lo mismo, creo que aquello bien pudo ser completamente previsible desde su concepción.   Pero más allá de cualquier prejuicio, más allá, lo complejo de las ideas que maneja, en primera instancia aunque pueda no resultar fácilmente digerible en todos los ámbitos, y muy independientemente de ello, debemos admitir que expone varios conceptos importantes, varias ideas y demasiado en que pensar y sobre lo cual reflexionar.  

Es más, yo que me atrevo hoy a verter mi impresión, a pesar de calarme esta obra hasta el alma a niveles que me causaría ciertos reparos admitir abiertamente, por ejemplo, frente mis compañeros de escena, aun con todo; no me siento del todo segura de haber comprendido por completo lo que el autor, me refiero a Roger Waters, tenía en su cabeza o buscaba trasmitir con una obra tan elaborada en subjetivismo, en cuanto a explorar el universo particular tan único que cada uno de nosotros podemos tener en nuestra mente, modelado a partir de tan disímiles experiencias, mundos tan distintos, pero a la vez, con sus sufrimientos y dilemas existenciales que nos resuenan, y nos resultan también tan conocidos… 

Para mí no es sólo una historia, con muchas aristas por cierto, es un viaje por la psique humana, quizá la de aquellos que como diría Sabato (a quien el mismo Waters rindió homenaje y dedicó uno de sus conciertos en Argentina) muchas veces no se logra ver o comprender en medio de las urgencias de la vida cotidiana, o peor aún, en medio de esa carrera encarnizada de que hablé al principio, esa carrera tan dura, tan fría y tan ajena a todo lo sublime que aun nuestra alma puede albergar.  Como decía, todo eso ya lo vio Sabato cuando escribió: 

“Cuando camino por una plaza, al contemplar la nobleza de los jacarandaes, o cuando veo aquellos rostros inefables que siguen estremeciéndose ante un cielo tormentoso, o los que aún tiemblan al pronunciar palabras sublimes, pienso entonces en la desdicha de los hombres destinados a la belleza, pero forzados a sobrevivir en la banalidad de esta cultura donde lo que alguna vez fue sentido, ha degenerado en burda diversión, en estimulantes o patéticos objetos decorativos. Triste epílogo de un siglo destrozado entre los delirios de la razón y la crueldad del acero.”  Ernesto Sabato, Antes del Fin, 1998.

Pintura de Sabato
Siempre mi mente llevándome de Sabato a Pink Floyd y viceversa...

"El Alquimista", Sabato

Es claro que el protagonista sentía desprecio por ese materialismo ciego, por ese consumismo extravagante e insaciable, por aquella masa de gente que, ilustrada muy bien por las máscaras, actúa clónica y automáticamente, cuyos sentimientos y cuya dignidad el sistema ha ordenado infravalorar, lo cual se ilustra muy bien con la imagen de la picadora de carne a la que todos los niños, como corderos llevados al matadero, se dirigían.  Esa masa todavía con sentimientos y emociones pero que lleva  impresa en todos sus “componentes” (porque así el sistema los considera) una máscara despersonificante y lo peor de todo, deshumanizante, de tal manera que puedan lucir todos iguales y así poder formar parte una sociedad que les exige no sólo actuar, sino pensar y sentir de una determinada manera o de lo contrario, de no usar esa máscara, de no amoldarse, los sentencia vivir aislados, “por el bien de la sociedad” o porque simplemente no le "sirven" (así de utilitarista), relegados a ese túnel de soledad e incomprensión.  

El sistema los segrega, los margina, porque aquellos "rebeldes" son "peligrosos", pues no sólo piensan, reflexionan y sienten, sino que ven más allá, porque además  observan, pero, como diría Foucault**, eso al sistema no le conviene, no quiere individuos que observen, sólo individuos que puedan ser observados, sin observar (de ahí el concepto del Panóptico Foucaltiano).   EDIT 2022: [Y hago un paréntesis aquí, hoy hasta esa "rebeldía" se ha diluido en recetas elaboradas y vendidas por el propio sistema sobre cómo ser un buen "rebelde", un buen "antisistema", hoy se regula y se observa hasta eso, el monstruo de prejuicios e intereses que imponía mentalidades hoy impone también rebeldías, y te vende la receta, y la compras... "rebeldía enlatada, precocinada y light", para jóvenes "cool" y de buenas intenciones.  Todo un "hit" en el mercado.

Retomando el hilo,] como decía, aquellos son peligrosos para ese “orden” establecido, así que si observan y no callan, es claro que no encajan, y si se manifiestan, el mundo prefiere tacharlos de locos, y deshacerse “por el bien de la sociedad” de aquellos que pretendan hacerle ver un atisbo de realidad, fuera del pan y circo, del entretenimiento vacío, del consumismo, del materialismo fatuo, de las normas obsoletas, del adiestramiento, del adoctrinamiento, del lavado cerebral al que se pretende someter al individuo de tal manera que no pueda ser ya librepensante… 

Se puede ver, además, tan claramente, su ser vulnerable y noble, ese que busca desesperadamente afecto y ternura, que teme con un temor casi absurdo, por su magnitud, la posibilidad de ser herido.  Es completamente vulnerable aún a pesar de la impresión fría que por su apariencia pueda dar, alejando, con y sin intención, precisamente a las personas que podrían entenderlo.  No sabe cómo manejar esas situaciones, pues es demasiado susceptible y hasta violento, quizá como producto de su inseguridad y traumas, así como demasiado vulnerable como producto de su soledad.

Esa soledad que lo había llevado a manifestar actitudes, pensamientos y sentimientos de un típico “freak” para el común de la gente; me refiero a comportamientos no aceptados socialmente, pero que no tenían nada de pernicioso en su infancia, y pudieron no haber sido tomados así en una realidad no ultrajada como la nuestra, actitudes y manifestaciones tales como ser transparente, crítico , vulnerable, sensible, etc; como no aspirar a la típica definición de éxito que el sistema nos inculca como única verdad…  como escribir un poema de corte social en clases de matemáticas.    

Pero al mismo tiempo, manifiesta actitudes claramente insanas, como la de esperar de su pareja la protección que un día tuvo por parte de su madre; teme con un horror exacerbado sufrir en manos de ese ser atroz, grotesco y malévolo que para él parece ser potencialmente la mujer, una idea alimentada por sus miedos aún a pesar de necesitar tan fuerte y vehementemente la ternura y el cariño de una mujer, que llegue a entenderlo y "curar" sus miedos, pero eso, evidentemente, no era competencia de ninguna mujer, sino suya propia.

Entra entonces en un constante conflicto tanto exterior como interior: 

Externo, en relación al absurdo y prefabricado mundo que le rodeaba, y donde para él además, siempre debió contar con alguien que le asegure protección donde, ante la  carencia del padre,  se aferró exageradamente  al cuidado de mamá, ya que ella, con su sobreprotección, le inculcó, quizá inadvertidamente, que sólo ella podría protegerlo y procurar su bien en ese mundo malvado que al parecer, para él y según su visión, sólo podría hacerle daño.  

Por otro lado, entra a la vez, en un conflicto interno entre las diversas facetas de su vida, aquella alma dividida entre amar y entregarse, y su terrible temor a hacerlo, y delimitado por la delgada línea que se halla cruzando de ida y vuelta una y otra vez, "entre el bien y el mal".  Su conflictivo yo interno estaba en una pugna constante y tan cruel con el protagonista que al parecer no podía o no sabía como afrontarlo, cayendo en una apatía y un marasmo sobrecogedores, tanto así que veía muchas veces en la autodestrucción y/o la autolesión una especie de libertad, esa que sentía se le había negado, enclaustrado, como siempre, en las altas paredes del muro que él mismo empezó a construir y que la sociedad de muy buena gana le ayudó a levantar y reforzar, por su propia y manoseada idea de “bien”,  ese muro que también su propia madre, aun sin intención, también ayudó a construir. 

Así es cómo Floyd va constituyendo su propio mundo, había sido apartado por la sociedad en un túnel impenetrable del que percibo una pequeña alusión al inicio, cuando niño, en la escena del tren, y así va levantando piedra a piedra ese muro, donde cada piedra es un miedo, es un trauma y un vacío, un dilema no resuelto, así como también son piedras hechas de prejuicios sociales, de normas escritas con letra muerta, de humillaciones, de burlas, de represión, de censura, de quemeimportismo, de segregación, de acallamiento… ese muro que, a la vez que lo protege, lo aísla; haciendo de él una persona solitaria e incomprendida, pero también cada vez más fría; lo cual lo aleja aún más de todo, lo que por sí mismo, inevitablemente, va aumentando más y más piedras a su muro, ese caparazón infranqueable aún para sentimientos tan nobles como el amor.  

En ese aislamiento, se va convirtiendo en un ser cada vez más frío, por fuera, como un mecanismo de defensa ya ineludible para él a esas alturas, ante esa magnitud de las cosas...  su aislamiento y ese círculo vicioso retroalimentado crecía cada día más como una bola de nieve, y lo que empezó desde su infancia, lo perseguiría hasta su adultez.

Llegué a percibir su aislamiento del mundo -no solo de forma física sino también emocional- como algo ya, en buena medida enfermizo, y no por no "encajar", sino por el dolor en que vivía sumido el propio personaje.  Él casi gritaba por ayuda, y ésta ayuda, en el momento más álgido y de quiebre, en una de las escenas más sobrecogedoras de la obra, y no de la forma ideal, se puede decir que llega, pero no a tiempo, no desde una liberación real de esa angustia, sino precisamente a causa de la opresión de ella en el alma del protagonista.  La "ayuda" llega, pero solo de forma física, como si ese aspecto fuese lo único que importara, como si importara más la sola existencia que realmente el hecho estar vivo, nótese lo que quiero decir cuando hablo realmente de VIVIR.   "Llega", de alguna forma, quizá solo física, y no sin duras (y quizá necesarias) reprimendas, juicios y acusaciones.  "Quizá", digo, ya ni yo misma lo sé en este punto...

Es por eso que digo, su aislamiento se muestra enfermizo no sólo por sus demonios y luchas personales sino porque, ese punto de quiebre al que llega antes justo de liderar él mismo a multitudes adoctrinadas y enceguecidas, ese álgido punto y todo lo que lo llevó hasta allí representa, a mi modo de ver, un claro reflejo no sólo de un individuo con problemas, sino eminentemente y sobre todo, refleja una sociedad enferma, esa que no escucha esos gritos por ayuda, esa que no lo deja ser, esa que sólo vive feliz o absorta en su propia vanidad, esa que no ve a su alrededor, todo se reduce a esa lucha encarnizada e individualista, sin importar a quien se pisotee, o cuantos yacen abatidos en el "camino" al éxito.   Esa existencia eminentemente materialista que juzga y prejuzga, que impone, que condena, esa que aísla, que aparta, que ahoga, colocando solamente más y más piedras a su muro de aislamiento.  

Es algo extraño, justamente hoy que estoy releyendo a Hesse una vez más, y después de haber escrito ya este ensayo (o lo que fuera) encontré algo que me llamó la atención al respecto, justamente, sobre lo que acabo de decir.  Vuelvo entonces a su personaje lobuno:
"[Sobre las notas y fantasías patológicas de un pobre melancólico aislado]... Pero en ellas veo algo más, un documento de la época, pues la enfermedad psíquica de Haller es, hoy lo sé, no la quimera de un sólo individuo, sino la enfermedad del siglo mismo, la neurosis de aquella generación a la que Haller pertenece, enfermedad de la cual no son atacadas sólo las personas débiles, sino precisamente las fuertes, las espirituales"  Hesse, Op. cit.
Más tarde, se llega a ver a sí mismo como renacido entre las cenizas de la traición y el aislamiento, se concibe más fuerte por su aparente frialdad, pero es aún por dentro un ser frágil que necesita calor, la tibieza de un corazón que llegue a cuidar el suyo sin herirlo.  Pero no, en su mundo eso es casi imposible, no está mamá para protegerlo, se vuelve a figurar entonces una imagen patética y hasta monstruosa de la mujer, hasta que finalmente declara no necesitar absolutamente nada del mundo exterior al suyo, destruye su entorno cercano, se cierra por completo en su muro y se despide por completo del mundo exterior, no lo necesita... ahora lo él lo manipulará a su antojo 

Él no pudo ser pulido para amoldarse a expectativas ajenas, para encajar y ser otra piedra más en el muro, un muro a propósito hecho también de fachadas e imposturas, no permitió ser pulido para ser una piedra más, o como diría Sabato, un engranaje más en la gran maquinaria anónima.   Todo ello tenía que hallar una vía de escape, y aunque dolorosa para él, la halló en la autodestrucción y la de su entorno.  Todo ello determina el aislamiento en que se ve irremediablemente sumido este personaje, y es ese, en mi opinión, el tema central de esta majestuosa obra.

Es decir, ese muro, no sólo es aquel construido alrededor del personaje como mecanismo de defensa, sino que se puede apreciar cómo la metáfora de dicho muro es llevada también a representar a la sociedad misma,  al sistema; es un muro constituido por piedras (individuos) pulidas todas de tal manera que encajen perfectamente,  es decir: “Another Brick in the Wall”.   

Este segundo concepto se vio claramente representado en la trama, por ejemplo, en ese sistema despersonificante y deshumanizante de educación que se denuncia, ese sistema de educación y sus ideas tácitas de anulación de toda individualidad, de la curiosidad innata, de toda libre iniciativa, libre pensamiento y libre expresión; así como en la imagen posterior en la que el propio Floyd se convierte en un líder de muchedumbres y fanáticos totalmente enceguecidos y adoctrinados por su mandato, exponiendo de esa manera cómo el sistema adoctrina y va anulando cualquier rastro de individualidad (no confundir con individualismo), de libertad de acción, de pensamiento crítico, de autenticidad, de curiosidad, y en síntesis, gran parte de nuestro potencial, en pro de convertir a los "educandos" casi en simples piezas intercambiables en el deshumanizante sistema materialista y de consumo, de entretenimiento y dopaje mediático y circense.  

Entonces, él mismo termina convirtiéndose en aquello que le cortó las alas de niño, él mismo se convierte en lo peor del sistema y comienza a manipular y adoctrinar; él mismo, en su trauma, adquiere las características de aquello que lo devastó...  ahora él es el "fuerte", el dominante, ahora es él quien impone y controla, a quien casi rinden pleitesía.  Así cree volver a la vida, así "renace", para no ser nunca más al que imponen, sino quien impone, nunca más quien dominan, sino el que domina y manipula, las balas que intentaron matar su alma él, en su trauma, las internalizó de forma nefasta y ahora es él quien dispara.

Cuando niños, los seres sin identidad y moldeados eran representados por las máscaras y por su camino, sin elección alguna y sin voz, encaminados directamente hacia el matadero; cuando adulto, él mismo adoctrina muchedumbres, y aunque ya no llevan máscaras llevan uniformes y consignas que tienen al final el mismo efecto: el intento de anulación de su ser, su unicidad y dignidad humana, pasando a ser todos ellos simple carne de cañón o simples "soldados" amaestrados, que hacen lo que el líder señala, sin cuestionar, para que el sistema establecido funcione como tal; todos cegados y sin voz para constituir la sociedad pre diseñada, esa gran maquinaria anónima sin humanidad ni sentimientos (no son lícitos), para levantar ese gran muro; donde cada uno representa una piedra, la cual “debe” ser pulida a conveniencia, y si no encaja, ser desechada por ser "inservible".  

Pienso que tal vez The Wall exterioriza y hace palpables varios pensamientos y sentimientos ocultos bajo un velo de conformismo, falta de educación (y no hablo de cartoncitos), comodidad, o quizá simplemente de ignorancia (y no es un insulto, hablo de ignorar, desconocer o no preguntarse sobre ciertas cosas).  

Esa hermenéutica es muy difícil de romper, sobre todo cuando las ideas que cuestionan todo aquello tienen también el potencial de sacarnos fuera de la zona de confort y autocomplacencia.  No creo tampoco, ni de lejos, que exista un cambio radical al que podamos aspirar, ni siquiera en el largo plazo, perdón pero soy realista, estamos demasiado metidos en esta forma de vida, de ver y hacer las cosas, metidos hasta el cuello, y si realmente no queremos morir biológica o socialmente sólo queda “intentar” nadar sobre el fango , así de desmoralizante como suena.  Triste pero cierto, seamos realistas, no podemos pretender abstraernos totalmente de este sistema pues vivimos inmersos en él, puede sonar desesperanzador lo sé, mas aun viviendo en medio de todo ello, al menos creo que podemos todavía intentar sacar la cabeza del lodazal, y hacer algo,  hmmm se me viene a la cabeza, quizá, ¿ayudar?.  Estamos en el lodazal, sí,  pero NO todos somos parte de él, ni de lo que representa; aun podemos crear conciencia, no llegando a un nivel destructivo o autodestructivo como al que llegó el personaje, sino, solo por mencionar algo, defendiendo el derecho a la libre expresión (no libre agresión) y elección, a la información, defendiendo el derecho al libre pensamiento, al pensamiento crítico y al criterio propio sin por ello merecer agresiones o cualquier suerte de agravio, censura o acallamiento.

Por otro lado, no usar esa máscara creo que es otra forma de rebelarse ante tantísima impostura e imposición, el mundo nos quiere falsos y pérfidos, pero ¡no tenemos por qué darle gusto! (una de las mejores lecciones que me dejó alguien), podemos quitarnos y no usar más esa máscara que despersonifica, que no sólo nos roba la identidad, sino que también deshumaniza, nos ata a ser simples piezas intercambiables de esa maquinaria anónima de la que habla Sabato, esa que te exige tener dos caras, que dice que la auténtica nunca la has de llevar a terreno de lo social porque simplemente decretó, como ente abstracto que es y que sobrevive solo en el imaginario popular, que aquella autenticidad no es socialmente aceptada ni mucho menos "exitosa"; casi obliga a falsear, a falsearnos a nosotros mismos, a la hipocresía, a vivir expuestos como mercancía en ese escaparate social; y al final de cuentas a perdernos a nosotros mismos, pero no, nuevamente, ¡no tenemos por qué hacerlo! 

Aun así, hemos de estar lo suficientemente conscientes que todo tiene su costo, pero asimismo creo que sabemos que este bien podría valer la pena pagarlo, al final, más allá de lo banal de este mundo y sobre todo, si en medio de esa toma de conciencia nos percatamos de aquellos gritos de ayuda, nos percatamos que todos, todos nosotros somos seres que necesitan de afecto por muy frío que alguien pudiera parecer, sea por sus vivencias, sea porque se protege, o sea porque simplemente es ese su temperamento, cada mente es un mundo, pero cada mundo encierra un ser humano tal como  lo somos nosotros mismos.

Y permítanme una vez más volver a Hesse:
"Sus notas  [o esta obra, diría yo], son un intento de vencer la gran enfermedad de la época, no con medios indirectos y paliativos, sino procurando hacer de la misma enfermedad el objeto de la exposición" Hesse, Op. cit

Pero Floyd se derrumba una vez más, ese líder no era él, ese líder sectario era su caparazón, no hay otra salida, solo le queda romper el muro...

Pienso que la obra puede estar destinada a personas que desean romper estereotipos -no sólo apaciguar lo que a veces produce tanto temor, es decir, el aislamiento al que se ve sometido si lo hace- y de esa manera romper también el muro de los propios temores y prejuicios; así como también abrir una brecha al pensamiento crítico y/o a una suerte de "humanismo" en medio de tan colosal muro de adoctrinamiento e imposturas inhumanas.   Romper ese muro que representa a nuestra sociedad, construida por piedras que son pulidas de tal manera que encajen perfectamente, pero no tienen voz ni/o acceso a esa visión para poder observar la realidad que les rodea; o en otros casos, enclaustrados en tal muro, pueden no tener la fuerza o decisión para expresarse.   Quizá va también para quienes nunca reflexionaron sobre ninguno de estos planteamientos para decidir su propio destino y su vida y dejar de vivir para cumplir sólo y únicamente expectativas ajenas y, finalmente y por otro lado, destinada quizá para mostrar que la manipulación existe, y a todo nivel, en todo ámbito; y que nadie, NADIE está exento de ella***. 

Esta obra, a mi modo de ver, NO es una invitación apresurada para creer ingenuamente en supuestos "despertares" como los que se han puesto de moda hoy.  No la veo como una invitación a creer ingenuamente que, al entender y comprender todo este sistema de manipulación y prefabricación del comportamiento (y OJO que no hablo de las simples normas de convivencia que de hecho son básicas para no matarnos entre todos), que al percatarnos de la sociedad materialista y consumista en que vivimos, que al ver las fachadas e imposturas para crear artificialmente al individuo socialmente aceptado, no siento que al entender todo eso, la obra invite a creer, como en ciertos movimientos se cree, que “hemos despertado” mágicamente o que somos especiales, únicos y diferentes; o por decirlo de otro modo, "los escogidos", o que somos inmanipulables (valga el término).    No;  a mi parecer es mucho más complejo, no por nada he escrito semejante barbaridad de texto, largo y aburrido, intentando explicar lo que veo y hacer cognitivamente entendible el embrollo que tantas vueltas ha dado en mi cabeza todo este tiempo.   

En mi perspectiva, se trata quizá de una llamada de atención a ser auténticamente conscientes de todo ello, lejos de visiones empalagosas y complacientes que pueden llevar a la persona a un individualismo extremo y complaciente, a considerarse "superior" o "especial", un "elegido" como tan a menudo pasa entre ciertos movimientos supuestamente revolucionarios y/o espirituales; y una invitación también para ver que a pesar de que aún seguimos viviendo en medio de todo eso, de que aún estamos expuestos a ser despersonificados, manipulados, engañados, reprimidos, censurados, prejuzgados, condenados, a pesar de que aun estamos horriblemente expuestos a la también horrible idea de que “tenemos que” mostrar una cara socialmente aceptable, ni muy directa, ni muy suave tierna, ni tan crítica y librepensante, ni muy fuera de los cánones y lineamientos  "revolucionarios" aceptados... qué se yo, que a pesar de todo y habiéndonos percatado de ello, aún podemos abrir una rendijita en el muro, donde el sol se deje ver.... y NO ser parte de nada de esa abulia cómoda, normativente bien portada y sin consciencia social e individual.

No tenemos por qué ser lo perniciosos o falsos que ese muro pretende que seamos, no tenemos medir el criterio y limitarlo a lo socialmente "aceptable", ni por qué vivir para cumplir expectativas ajenas; no tenemos por qué ocultar nuestra humanidad sintiente y pensante , ni rifar nuestro derecho al libre pensamiento, a la libre expresión y al pensamiento crítico.  Aún somos vulnerables, aún estamos expuestos en esa sociedad que condena tanto el ser auténticos y transparentes como el ser críticos o buscadores, entre otras cosas; aun lo estamos, es cierto, y es así porque aunque no todos vamos a encajar por completo como piedras pulidas en ese muro; aún seguimos viviendo en medio de todo eso;  pero sepamos observar, sepamos no callar, y sepamos ser además conscientes y lo suficientemente honestos de admitir que nada de eso es gratis; sin embargo tendría que ser tan duro si pudiéramos ver al otro como lo que es, un ser humano con virtudes y defectos como nosotros, pero ante todo, humano, con todas sus vulnerabilidades y fortalezas, uno que también puede estar luchando y sufriendo lo mismo que uno; y sobre todo, creo yo, podemos hacerlo sólo en tanto nos despojemos de esas imposturas, máscaras e imposiciones ultraindividualistas y veamos al ser humano, en tanto nos veamos entre nosotros, veamos realmente al de al lado, en lugar de solo pasar por su lado o hasta pisar su cabeza, indiferentes, como si fuese un decorado más del pavimento. (Para ver a qué me refiero pueden ver el corto "El caminante" aquí).  

Existe cierta presión hacia el lado contrario, sí, existe también ese temor al aislamiento, yo misma no sé cómo podría manejarlo, y además claramente no existe tampoco una receta, la vida no tiene por qué ser tan fácil, y ahí está el asunto, saber que no lo es, y seguir a pesar de todo, sin necesidad de venderse por ello.   A veces, creo que es claro que ese duro final es el final del que escapa la mayoría, ese final donde Floyd se quiebra nuevamente, y la situación se torna definitoria, o se quiebra él o rompe el muro (aunque sea ingenuo creer que uno solo puede en verdad hacerlo).   Entonces, aún inconscientemente; muchas personas prefieren o escogen vivir de manera automática, tapándose los ojos por gusto, por comodidad, por inercia o incluso ignorando a propósito aquello que no se ajusta a la propia burbuja de confort e inercia, con máscaras que convierten a todos en seres clónicos y socialmente aceptados... adaptados y "de bien".   Para muchos puede ser más fácil, complaciente y atractivo hacerlo, para otros es simplemente automático; y no somos tan severamente culpables, al final, ¿quién no quiere ser feliz? Evidentemente eso es más fácil que nadar contra corriente, pero creo que lo que más vale no tiene por qué ser necesariamente fácil, de hecho casi nunca lo es... 

Al final de la obra, no veo un final feliz, tampoco tendría por qué serlo.  Al final estamos expuestos, al final nos van a herir, al final vamos a sufrir, pero también podemos amar y ser fieles a nuestros principios y aspiraciones a pesar de todo, y sí, al final puede doler, y podemos sufrir el resquebrajamiento de muchos pilares, caparazones, muros, etc. que nos hemos creado para protegernos y/o para sostenernos, sobre todo esto último es probable que pase si elegimos la senda de la observación en lugar de solamente ser observados, si elegimos parar un momento y andar el camino de la reflexión (sé que comer no espera, y es ahí donde ver al ser humano entre nosotros hace la diferencia), sobre nosotros, sobre nuestros actos, de no hacer todo de manera automática, de no esperar a que nos digan qué hacer o en qué creer o qué sentir, el camino de buscar, de no dejar de aprender y reaprender si es necesario una y otra vez; entre otras miles de cosas...

Lo único esperanzador que veo al final del largometraje, y no sé si aplique a la vida real (me parece más bien sólo una utopía, una hermosa utopía), es la inocencia, quizá sólo volver a la inocencia nos podría salvar de todo este lodazal, la inocencia de la niñez y sus motores intrínsecos e innatos, la curiosidad, la búsqueda, la fraternidad, la ausencia de esa egolatría que caracteriza a la raza humana adulta y sus "logros" (claro, por supuesto, avance tecnológico y científico, decía Sabato, y ¿el progreso moral?), esa inocencia carente de falsedad, de imposturas, de ambición desmesurada de poder, de cosas materiales, de consumismo, de adormecimiento voluntario y complaciente…  y se podría seguir.  La edad de la inocencia, ese estado tan puro y tan remoto que no necesita levantar muros.

Quizá hoy no sea fácil, quizá tengamos que entrar en aún mayor decadencia antes de reaccionar, eso no lo sé yo ni lo podemos vaticinar, pero en todo caso, creo que si empezamos por rescatar esa dignidad humana empañada en medio de tanta ambición de poder, de tanto acero, de tanta fachada y frialdad, en fin, de todo lo plástico y deshumanizante, quizá estemos en alguna especie de “buen camino”, tal vez... 

En todo caso me gustaría pensar en la veracidad de un escrito de Hesse, ¡ah pero procuro ser tan realista!  Aun así, más de una vez la historia lo ha demostrado con ciertos personajes en particular, ciertos genios y hombres póstumos, olvidados o condenados en vida, pero valorados después de muertos.   Les dejo con este pensamiento suyo:
“El hombre es una exigencia del espíritu, una posibilidad lejana, tan deseada; y el camino que a él conduce se va recorriendo a pequeños pasos, y bajo terribles tormentos y éxtasis […] Hoy se construye el patíbulo, […] mañana el monumento”


lunes, 16 de julio de 2018

Sobre razón vs. emoción

Hoy el mundo, según lo que más frecuentemente se observa, se debate entre dos posiciones diametralmente opuestas,  la razón dejando de lado nuestra parte sintiente (y no por ello absurda OJO!)  o la emoción, dejando totalmente de lado la razón, lo cual, es por sí mismo un absurdo; y lo peor, aunque no se lo quiera aceptar, puede fácilmente terminar también vulnerando los derechos y dignidad ajena en pro de la pluralidad acrítica donde cada quien puede crear su propia verdad de los hechos y la "realidad" que  le convenga, aun si esto pudiera derivar en acciones u omisiones injustas, en prejuicios y en terreno abonado para la siembra de cualquier supuesta "verdad" ultra individualista (por no decir solipsista), de las llamadas fake news y de la "posverdad", cuya base se asienta precisamente en la manipulación de masas a través de las emociones y creencias, claro está, cuando el pensamiento crítico es desterrado.  Así que, la carencia de lo uno o lo otro, creo yo, nos aparta de aquello que nos hace humanos.

Y no, no soy como los cienciáfilos que ven en la ciencia la solución a todos los problemas del cielo y de la tierra, físicos y metafísicos/existenciales, porque considero que :a) quienes la ejercen también son seres humanos falibles y b) la ciencia no puede acceder a nuestros criterios morales y/o espirituales, por tanto tampoco puede comprobar ni medir cuanto amamos o cuanto sufrimos en términos realmente numéricos, no puede acceder a ciertos ámbitos de nuestras emociones ni solucionarlos todos con medicinas, ni siquiera puede con ellas en cuanto a todos los problemas de salud (o sea...); y sé y estoy cociente de que existe mucho a lo que la ciencia aun no ha podido llegar ni ha logrado aun descifrar y a lo que quizá por su misma naturaleza no tenga acceso o por los prejuicios de muchos científicos que ni siquiera se acercan a investigar ciertas cosillas por temor a ser ridiculizados, lo cual podría beneficiar a la propia ciencia, pero no, prefieren que los sesgos del tipo "como no tiene explicación es sobrenaural", sigan creciendo; cuando la razón de aquello puede algo tan simple como que tal fenómeno no se ha estudiado y por eso no tenga explicación, y no porque tal explicación no exista .   

Quizá, en este sentido, los fenómenos que hoy son llamados "paranormales"  en un futuro lejano  sean normales y la ciencia encuentre su explicación ya sea en la neurología o quizá en la física, o qué se yo, tal como ya explicó fenómenos antaño "paranormales" y de mal augurio como un sol negro o una luna de sangre revelándolos hoy como lo que son, eclipses. ¿Qué tal si todo eso tuviera una explicación desde la física o la neurología por ejemplo, solo que aún no hemos avanzado tanto en dichas ciencias para saberlo? es decir, que existan tales fenómenos pero que no sean "sobrenaturales" o "paranormales" como se los considera ahora.  Recuerden, antes del avance de la ciencia los antiguos consideraban los eclipses de sol o de luna como un evento sobrenatural que traía presagios, hoy sabemos la explicación y sabemos que no son en absoluto "sobrenaturales".  Y sin embargo, o precisamente por eso, hubiese sido un error para un racionalista de la prehistoria (si existió) negar que los eclipses existen solo porque para él tendrían que tener una explicación fuera de lo "sobrenatural".  Pues ese disparate sucede hoy entre dogmáticos de la ciencia (ojo. no porque la ciencia sea dogmática, que no lo es, en absoluto, sino que tales científicos tienen una conducta totalmente anticientífica al estar repetir como dogma ciertas cosas que no están sostenidas por un espíritu de búsqueda, duda y verificación como lo es la ciencia, digamos que solo repiten el credo del bando).

Recordemos como otro ejemplo el caso de los llamados sueños lúcidos,  un hecho que durante décadas ha sido considerado como charlatanería místico/esotérica que nada tenían que ver con la realidad.  Yo sabía que había algo más porque misma los he experimentado, y no inducida por creencias esotéricas sino que al principio ni siquiera sabía que eso existía con nombre y apellido, pero lo vivía y más tarde podía incluso inducírmelos a voluntad.  Ah, pero si entonces se lo comentaba a un cientificista dogmático me hubiera tachado seguramente de loca, boba o que se me zafó un tornillo.  Hoy, gracias a scanneres y el avance de la neurología, se ha demostrado que efectivamente tales sueños tienen lugar y que no corresponden más al campo especulativo de las creencias esotéricas, sino al de la ciencia.

Así que no, no me cierro a negar tajantemente ciertos fenómenos, sino sé que las explicaciones popularmente difundidas al respecto, por ahora, son, entre otras cosas, suposiciones provisionales y subjetivas.  Así que  incluso, por experiencias propias entre otras cosas, mantengo abierta la duda razonable frente a su explicación, y eso claramente no significa que tomaré como verdad fáctica cualquier elucubración mía o popular al respecto explicando tales experiencias con base en absolutamente nada más que aquello en que me gustaría que se sustentaran, no; tal como lo hacen por ejemplo muchos "seres despiertos" o "gurús iluminados" (tan de moda hoy), así como mucha supuesta "información" que afanosamente se comparte por Internet, como tampoco puedo decir de plano que no existen solo porque la ciencia no los ha probado, y más aún, ni siquiera se ha dedicado siquiera al asunto, quizá por temor al ridículo en un mundo científico que a veces resulta tener una fe (¡vaya paradoja!) desproporcionada en la infalibilidad y omnipotencia de la ciencia (¡ni siquiera el mismo Mario Bunge creería semejante cosa!).

Sin embargo tampoco cierro los ojos a otra cuestión: la creencia y la emoción, son un par peligroso si hablamos de manipulación.



Ahora bien, hemos vivido ya una época de endiosamiento de la razón, pero más allá de eso, de la razón instrumentalista que cosifica al ser humano, de endiosamiento de la ciencia y la técnica, donde la ciencia no es vista como una herramienta al servicio del ser humano, sino que el ser humano, deshumaizado, es visto como herramienta al servicio del progreso de la técnica.   Esto dio origen (entre otros factores) al pensamiento posmoderno de rechazo a toda tecnolatría y de rechazo a los viejos relatos de dominación: la iglesia, las ideologías imperantes hasta entonces y la propia ciencia.   En tales discursos se habló de lo perniciosa, fría y deshumanizante que puede llegar a ser la ciencia, pero entiendo que, al margen de entender lo anterior, no se debería, por honestidad, desestimar la razón como concepto de racionalidad y lógica en el sentido estricto de la palabra, aun si bien, y con muchas razones, podemos cuestionar aquella impuesta por un sistema, la razón utilitarista que ve en el hombre una pieza o engranaje más.

Personalmente, no veo que  la ciencia represente un concepto deshumanizante per se, es más, la razón es una de esas características que nos hacen humanos.  Lo deshumanizado, sin embargo, tristemente existe y se ha enseñoreado de ciertas ideas y actitudes, de nuestras acciones, y a veces incluso hasta de creencias que llevan escalas de valores  inherentes donde matar puede ser bien visto, u otro tipo de "valores"  donde el poder, la idea de dominio de nuestro entorno, el dinero, la fama, etc.,  muchas veces pueden más que los derechos o la dignidad de nuestros semejantes.   La ciencia por sí misma no representa nada de eso,  sin embargo, cienciáfilos casi tan dogmáticos como un religioso fanático (se ve de todo en todos lados), creo que son un caso aparte.    

¿A qué  me refiero con esto? no a la ciencia en sí misma y como concepto, claramente, sino que me refiero a aquellos que creen que la ciencia no se equivoca jamás, y aunque idealmente como concepto ideal eso es cierto, olvidan que en la realidad la ciencia es ejercida por seres humanos falibles, con valores y sin ellos; y también me refiero a aquellos que ven en a la ciencia por sí misma como una solución a absolutamente todos los problemas del cielo y de la tierra olvidando en cierta medida la condición humana del individuo, con todas sus fortalezas y debilidades.   Pero lo peor viene cuando también se olvida su dignidad, cosa que  a veces sucede y sucedió en medio del frenesí positivista de la modernidad, y no me refiero a ese frenesí por comprenderlo todo (lo cual me parece perfectamente sano e incluso plausible,  además uno de los grandes e innegables aportes de la ciencia,  comprender cómo funciona la materia), sino obnubilados por ese frenesí insaciable de DOMINIO de todo, dejando a veces de lado la dignidad y humanidad del individuo relegada a un último plano, casos por ejemplo donde su vida o calidad de vida son reducidos a simple estadística, sin tomar en cuenta el dolor, carencias o consecuencias que puede estar sufriendo al representar, por ejemplo, "solo" un porcentaje prácticamente despreciable.  Esto seguramente no sucedería si los mismos cientificistas fanáticos que reducen la vida de un ser humano a simple estadística estuvieran contados entre ese "despreciable" porcentaje... ¿verdad?   

"Es indudable el progreso científico al ver la superioridad del avión frente a la carreta - decía Sabato- pero, y el progreso moral?"; y creo que  tiene toda la razón.  Es verdad que la ciencia y el método científico son una gran herramienta para acceder al conocimiento, pero creo que  esta debería estar al servicio de la humanidad y de su búsqueda de la verdad, y no así el ser humano al servicio de la ciencia, por el simple hecho de que la ciencia, al no ser un ente sino una herramienta, no tiene moral.   

La ciencia por sí misma es una gran herramienta para acercarnos al conocimiento, pero es el ser humano el que tiene valores, antivalores, virtudes, defectos, y por supuesto, también errores al momento de ejercerla, y sólo el ser humano puede decidir si servirse del imponderable aporte de la ciencia (negarlo sería obtuso) o decidir si servir a la ciencia delegándole prácticamente el rango de mesías redentor y como solución a absolutamente todo, olvidando que  esta no es ni siquiera un ente abstracto, mucho menos un ser con valores o moral y por tanto, no tiene en cuenta por sí misma la dignidad del ser humano, ni su calidad como ser que siente, sufre, aspira, sueña...  es decir su calidad  como ser humano con características muy propias, únicas e inherentemente no cuantificables, medibles ni con una escala de valores y  una ética y moral cuyo progreso (hasta dilucidar que se entiende por progreso adquiere distintos matices muy complejos) no puede ser definido ni llevado a cabo por una herramienta que ni siquiera la conoce y que no puede, por tanto, ofrecer las soluciones a todo problema de la humanidad habido y por haber en el mundo.  Esos valores o antivalores son aportados por quien la ejerce.  Un cuchillo en manos de un asesino mata, en manos se un cirujano salva vidas, por tanto, el cuchillo NO puede ser inherentemente malo ni bueno (como quieren los posmodernos de hoy) pues no posee una moral propia.

Es cuestión de saber ver sus alcances y limitaciones  y no negar ni los unos ni los otros, creo yo, o podríamos fácilmente terminar por un lado ultrajándonos entre nosotros mismos en pos de la idea poder de dominio de todo cuanto nos rodea si olvidamos sus límites, o por el otro, alabando la sinrazón y negando los evidentes alcances y potencial de la ciencia si olvidamos lo que ya ha logrado.  Olvidarlo podría llevar, por lógica, a una nueva era de oscurantismo; donde, de igual forma, fácilmente se terminaría en la censura y en el ultraje (moral, social, civil o hasta penal) de todo aquel que no se adscriba a las reinantes  (o ruidosas) ideas "lícitas" según lo dictamina la nueva moral o concepciones posmodernas.

Considero por ello de extrema importancia el pensamiento crítico, donde por obvias razones el comportamiento sectario y una mente completamente adoctrinada serían excluyentes, dónde no tendría cabida aquello de creer y seguir ciegamente a líderes "incuestionables e infalibles", hablemos de cientificistas dogmáticos o de líderes populistas autoproclamados como redentores, de "guru's", maestros "iluminados",  coach de vida, marketeros de "autoayuda", etc.

Con todo aquello, el individuo entre otras cosas deja de hacerse responsable de sus actos, y comienza a seguir simplemente lo que dictamina alguno de esos "líderes", pues caen en la creencia, sobre cualquier asunto, de que "dice que es así ",sin cuestionarse nada,  y sólo porque quien lo dijo se autodenomina o lo consideran "autoridad", lo cual constituye además una falacia con nombre y todo, ad verecundiam.

Pero veamos las terribles consecuencias que podría tener todo eso... les invito a leer el artículo  que dejo en el link del que  rescato lo siguiente:
"... La cosificación, hace referencia a que la esencia de la obediencia consiste en que la persona se percibe únicamente como un instrumento para la realización de los deseos de la otra persona [o ideología, o dogma agregaría yo]  y por ende, no se considera como responsable de sus actos.  Así ocurrida esta “transformación” de la autopercepción, todas las características esenciales de la obediencia, [así como también sus atrocidades]  ocurren." (Vásquez, Psicología y Mente)


Con respecto a la siguiente tabla (no me pertenece, la encontré en un sitio sobre psicología), creo que es esencial no dejarse llevar por la ingenuidad, presión, ídolos, tendencias y modas "espirituales" insostenibles o completamente irracionales e ilógicas (como algunas extravagancias de la corrección política o de ciertas ideologías casi sectarias) que tergiversan y limitan el conocimiento y que crean prejuicios;  y eso implica manejar ambas columnas de la lista con criterio.

El uso de la razón, de analizar críticamente la realidad es una práctica que al parecer está desapareciendo en favor de relativismos que lejos de ser tolerantes (término por medio por el cual se los instaura de forma solapada y manipuladora, me animo a decir) instauran en el imaginario colectivo versiones contradictorias (disfrazadas de corrección política) según la conveniencia del caso y eso no es de ningún modo rigurosidad científica si hablamos de razón y, por otro lado, podrían llevar a la comisión de toda suerte de injusticias si hablamos de moral, relativizando por ejemplo actos delictuosos, o como ya se está haciendo, normalizar todo tipo de atrocidades en aras de una supuesta "tolerancia".   En el equilibrio entre razón y emoción (me refiero a ese algo intangible) considero que está parte del camino.    Y ese camino no es excluyente el uno del otro, no 50% de uno y 50% de lo otro, que equivale a decir solo un poco de ambos; sino que el ser humano es tan maravilloso que puede ser ambas cosas a la vez, al 100%, lo cual lo revelaría como un ser humano integral y en todas sus posibilidades conocidas.  Y el conocimiento quizá radica allí, y en ese afán por buscar la verdad.



Con respecto a esta tabla comparto los puntos 1, 2, 4 y 5 de la columna izquierda y sólo el 3 de la derecha. Y esto porque una cosa es creer que la verdad no existe y socavar así los fundamentos de la realidad tangible y concreta, de la lógica y la ciencia, y otra es aceptar que como humanos limitados que somos, a pesar de que la verdad existe, no siempre vamos a tener por completo acceso a ella.  

Sin embargo, una cosa es ver y aceptar nuestras limitaciones y otra muy diferente negar alegremente las pequeñas verdades a las que sí tenemos acceso.  Y estoy de acuerdo sólo con el punto 3 de la columna derecha porque el conocimiento es un mar inexplorado y lo que conocemos creo que es apenas una gota de agua; que se expandirá en mayor o menor medida de acuerdo a nuestra experiencia en la búsqueda de ese conocimiento.  No tendrá por ejemplo el mismo conocimiento quien se ha dedicado con ahínco a obtenerlo (y más aún si su experiencia se basa en la experimentación y comprobación) que uno que simplemente se cree todo lo que le llega (o lo que ve en memes), o aquel que se encierra en la burbuja de confort en que hoy nos encierran las redes sociales dónde la información que nos llega, por sus algoritmos,  es solamente aquella que refuerza nuestra propia visión del mundo.  De ahí que por ejemplo, tantos adeptos a las teorías de conspiración, incluso a aquellas más disparatadas y contradictorias entre sí mismas, crean y juren que en realidad son seres especiales y "despiertos", demostrando claramente una especie de síndrome de Neo; y es que ese es un anzuelo potente y fácil de aplicar mediante el complaciente discurso de hacernos creer que somos "los elegidos" para algo grande, pues la sola idea ya acaricia el ego y apaga las alertas que nos envía nuestra parte lógica, todo, para no renunciar a tan autocomplaciente perspectiva.     En cuanto al último punto, un nuevo conocimiento puede ser tanto un nuevo aspecto descubierto como un nuevo marco explicativo, el sesgo en la columna derecha es que este marco no puede ser alegremente inventado a conveniencia o mediante el sesgo de confirmación, para ser llamado conocimiento, sino que debe ser debidamente fundamentado.

Les comparto a continuación este link que trata algo de lo que vengo diciendo, de donde extraigo este relevante fragmento:
"Particularidades que agravan la situación [actual]: La creencia posmoderna, ya completamente asentada, de que no existe nada parecido a la verdad, de que sólo existen los puntos de vista. Realmente lo que define nuestra época, aunque ya lo denunció Orwell en los años 30 del siglo XX, no es tanto la mentira como el abandono de la idea de que la verdad pueda existir". (Lozano, 2018)


Las tres citas que transcribo unos párrafos abajo tienen un contexto que habla por sí mismo, casi no sería necesario explicarlo sin embargo lo haré para que quede claro por qué considero que se relacionan tan estrechamente:

La primera, perteneciente a Kant, vio la luz durante la ilustración, antes del paradójico resultado de la exaltación del positivismo cientificista, donde el hombre vislumbró que en su creciente capacidad de dominio de las cosas resolvería todos los problemas de la humanidad, pero ignoraba que él  mismo (el ser humano)  llegaría a convertirse en "cosa", como bien dijo Ernesto Sabato1.  

En la segunda referencia; y antes que el acérrimo detractor de la razón instrumentalista, el posmodernismo, cayera en otra increíble paradoja donde la exaltación del individuo, la pluralidad, el rechazo a viejos relatos (incluyendo religiones) y sus fundamentalismos cayeran en la exaltación de aquello que rechazaban; es decir en nuevos microrelatos, solipsistas además, con sus nueva dosis de dogmatismo y fundamentalismo, junto al rechazo del ser libre pensante (de forma velada claro),  exaltando además las verdades individuales (ultraindividualistas y a conveniencia)  en base a un relativismo llevado a los mismos límites de la lógica y de lo admisible, pero bajo un nombre más digerible, el de la "tolerancia", que camufla su simple y llana negación de la razón, pues se la desprecia como "deshumanizante".   

Sin embargo, el hecho de que la razón no sea suficiente para solucionar todos los dilemas físicos y metafísicos del cielo y de tierra, no significa de ningún modo que no sea necesaria y que se pueda prescindir de ella sin más, así porque sí y sin consecuencias.   De eso habla la tercera cita.  En fin, hoy se acepta todo lo "nuevo", aquello de apariencia "revolucionaria", aun si no lo fuera y aún si careciera de fundamento (o quizá precisamente por eso),  más  allá de la autoidentificación con tal supuesta "verdad", en detrimento de aquellas verdades comprobables y; derivando todo ello por consecuencia lógica, en la exaltación de la sin razón, lo cual, por impensable que parezca, de ninguna manera garantiza tampoco ni los derechos, ni la dignidad del ser humano,  tan sólo termina cayendo precisamente en aquello a lo que  se opuso en un principio, el comportamiento dogmático y fundamentalista de creer poseer la verdad y las soluciones del mundo, de ser parte de ese grupo especial y escogido para "salvar" al mundo para tener la potestad de condenar lo ajeno a tal discurso.

Primero fue la explicación primitiva en torno a deidades como forma de acercaste (de querer acercarse) al conocimiento. Luego vino el dogma de la iglesia por sobre la vida y el libre pensamiento durante la inquisición, llegó más tarde el renacimiento y el llamado Siglo de las Luces, con su innegable progreso científico; que a poco derivó en progreso económico y productivo pero que a poco se sostuvo a costa nuevamente del individuo, su dignidad y su calidad de vida, donde si no produces no sirves, donde tu valía al parecer se mide en cuanto dinero puedes generar, posteriormente cuanto puedes consumir.   Todo eso lo denunciaron escritos posmodernos, así llegó la revolución del pensamiento que rechaza esa cosificación del ser humano, y se percata de que evidentemente la exaltación de la razón nos deslumbró tanto que el sistema ha olvidado la dignidad de la vida humana, es aquello lo que Sabato llega a denunciar allá por los años 50.   Nótese (en la cita transcrita más adelante) cómo hizo una crítica hacia en endiosamiento de la técnica ya hace 70 años; y en segundo lugar, vale comentar cómo él mismo, siendo de inclinación comunista durante su juventud, nunca perdió el sentido de la autocrítica hacia la propia ideología y se percató como ese movimiento en un principio revolucionario había caído en terribles contradicciones y paradojas, rechazándolo; autocrítica que hoy al parecer, entre los adeptos a las ideologías posmodernas en boga se ha perdido casi por completo.  

Hasta ahí todas esas crítica eran plausibles.  Sin embargo, hoy esa crítica hacia la razón se ha empañado, hoy no sólo se rechaza la razón instrumentalista, se rechaza la razón per se, y nuevamente se olvidan al parecer al individuo y su dignidad como tal, en aras del mantenimiento de dogmas, de nuevos mitos que se venden como antimitos, se proclama estar en defensa de la libertad, la tolerancia, igualdad, entre otros, consignas nobles todas, pero todo lo que parece contar al final de todo es el triunfo de una ideología pues todo lo demás incluyendo el libre pensamiento, se censura, nuevamente, como si en lugar de avanzar estuviésemos retrocediendo, volviendo al oscurantismo, pero esta vez por decisión propia, y la gran paradoja, se llama a todo eso "progreso.  Nos hemos perdido de nuevo en los delirios de una supuesta "revolución"... como las otras veces.

Es así que lo alguna vez dijera Kant, cuando el mundo salía de una época oscura donde pensar por cuenta propia no estaba permitido y no existía noción verdadera ni mucho menos benevolente hacia el conocimiento científico y la razón, es así que aquello que una vez dijo no puede venir mejor que en medio de la situación en que nos encontramos,  donde todo tipo de sesgos y la adoración de ídolos aunque ya  no religiosos pues a estos el posmoderno los considera retrógradas pero irónicamente, sí se siguen ideologías y movimientos que se consideran irrefutables e incuestionables.

Así llegó la ilustración con la exaltación de la razón:
"La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad.    La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro.   Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino en de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro.""¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!"
Kant, ¿Qué es la Ilustración?, 1784

Y así llegó la razón instrumentalista y la cosificación del ser humano, con ello también la exaltación de la técnica incluso por parte de quienes en un principio decían combatir lo primero.  Entonces quienes cuestionaron este sistema deshumanizante, pero más allá de ello también se atrevieron a ver la paradoja y contradicción interna en que cayó uno de los movimientos que se supone iba a hacer frente a tal sistema:
"[Vivimos] El derrumbe de la civilización occidental. Este derrumbe que los comunistas imaginan un mero derrum­be del sistema capitalista, sin advertir que es la crisis de toda la civiliza­ción basada en la razón y la máquina, civilización de la que ellos mismos y su sistema forman parte. La problemática del hombre se replan­tea cada vez que parece rescindirse el pacto primero entre el mundo y el ser humano en tiempos en que el ser humano parece encontrar­se en el mundo como un extranjero solitario y desamparado […] la ciencia no es por sí misma garantía de na­da, porque a sus realizaciones les son ajenas las preocupaciones éticas."
"Frente al caos capitalista, surgió el movimiento socialista, pe­ro pronto adquirió los atributos del siglo que quería combatir: la Ciencia y la Máquina se convirtieron en sus dioses tutelares." 
"El Renacimiento se produjo me­diante tres paradojas:
1a Fue un movimiento individualista que terminó en la masificación.
2a Fue un movimiento naturalista que terminó en la máqui­na.
3a Fue un movimiento humanista que terminó en la deshumanización.
...que no son sino aspectos de una sola y gigantesca paradoja:
La deshumanización de la humanidad." 
"Esta paradoja, cuyas últimas y más trágicas consecuencias pa­decemos en la actualidad, fue el resultado de dos fuerzas dinámicas y amorales: el dinero y la razón. Con ellas, el hombre conquista el po­der secular."
"[…] El capitalismo moderno y la ciencia po­sitiva son las dos caras de una misma realidad desposeída de atribu­tos concretos, de una abstracta fantasmagoría de la que también for­ma parte el hombre, pero no ya el hombre concreto e individual si­no el hombre-masa, ese extraño ser todavía con aspecto humano, con ojos y llanto, voz y emociones, pero en verdad engranaje de una gi­gantesca maquinaria anónima. Este es el destino contradictorio de aquel semidiós renacentista que reivindicó su individualidad, pro­clamando su voluntad de dominio y transformación de las cosas. Ig­noraba que también él llegaría a transformarse en cosa."
Ernesto Sabato, Hombres y Engranajes, 1951 

Llegaron entonces las ideas posmodernas, se plantea la abolición de los viejos relatos para acabar con el dogmatismo, se plantea lo inhumano de la razón instrumentalista que cosifica al ser humano.  Sin embargo, la abolición de grandes relatos del pasados para eliminar dogmatismos y que el hombre volviera a pensar por sí mismo no significaba y me atrevo a asegurar que no se suponía que al aceptar la multiplicidad de microrelatos nuevos en aras de la tolerancia y el libre pensamiento, estos microrelatos habrían de convertirse a la vez, todos juntos y revueltos en un contradictorio cóctel abigarrado sin estructura ni criterio alguno, y que al mismo tiempo habrían de convertirse en los nuevos dogmas.  Del mismo modo, la sola razón, pudiendo ser esta a veces fría y calculadora, muy lógica pero ajena a la parte sintiente y sensible del ser humano, es claro que no habría de ser, por sí sola, suficiente (si hablamos de dignidad humana y empatía).  Sin embargo, no olvidemos que el hecho de que no sea suficiente no implica en absoluto (o al menos no debería) que esta no sea necesaria:
“El siglo XVII tuvo la sabiduría de considerar la razón como una herramienta necesaria para tratar los asuntos humanos. El Siglo de las Luces y el siglo XIX tuvieron la locura de pensar que no sólo era necesaria, sino suficiente, para resolver todos los problemas."
"En la actualidad, todavía sería una mayor demostración de locura decidir, como quieren algunos, que con el pretexto de que la razón no es suficiente, tampoco es necesaria”
François Jacob, El Juego de lo Posible, 2006

  • Hubo un tiempo en que pensar por cuenta propia era pecado y llevaba consigo condena.
  • Hubo otro tiempo en que se repudió ese pasado oscuro y se exaltó el uso de la razón y al quedar deslumbrados por ella no pudimos ver nada más, olvidando la dignidad del ser humano y su individualidad al reducirlo a ser un engranaje más de la gran maquinaria, como diría Sabato, una pieza reemplazable del sistema que sólo vale en tanto produzca y posteriormente en tanto consuma. Volvió entonces a perder su derecho a pensar y ser por cuenta propia.
  • Hubo otro tiempo en que, el ser humano nuevamente alerta sobre tal oscura realidad, se levantó contra la apología exagerada hacia la razón y una noción extraña de progreso que no contempla la dignidad del ser humano, repudió todo eso en teoría el dogmatismo, hasta entonces imperante así como un sistema que observa pero que impide al individuo ver y pensar por sí mismo habría de abolirse esa que se antepone.  Pero los nuevos relatos se tornaron el dogmas incuestionables, la tolerancia existe sólo para quienes no cuestionen esos nuevos dogmas.  
El individuo, esta vez so pena de linchamiento mediático y social, está nuevamente en franco camino a perder nuevamente su derecho a pensar.  Nuevas ideologías con sus nuevos microrelatos que en teoría habrían de reivindicar las libertades y derechos del individuo masificado y convertido en cosa, se han convertido en ultraindividualistas al punto de caer en relativismos extremos solipsistas donde cada quien puede manejar su propia verdad aunque se contradigan internamente siempre y cuando no choquen o entre en desavenencia con los dogmas del movimiento, relativismos que conllevan negación de la razón, negación de verdades a las que sí tenemos acceso, relativismos que inducen a la normalización de cualquier cosa a nombre de "tolerancia", y fácilmente podrían conducir a la normalización de cualquier tipo de atrocidades y la aceptación de todo tipo de injusticias, al negar la lógica y satanizar el uso de la razón y la lógica como si por sí mismas fueran instrumento del demonio.   Se ha negado nuevamente a la razón y todavía se considera a eso "progreso", ¿no estamos mas bien retrocediendo?  Algunos han llamado a este proceso contrailustración2 e incluso lo han comparado con un proceso autoinmune3,  a pesar de que si hablamos con rigurosidad aun podemos pensar por cuenta propia, sin embargo, como decía, habremos de pensar antes si podremos asumir las consecuencias derivadas del linchamiento mediático y social por ejercer la libertad de pensamiento fuera de los nuevos e incuestionables dogmas que paradójicamente predican libertad de pensamiento y abolición de dogmas.

Recordemos esto:
"El individuo “pre-ilustrado” sería un individuo pasivo que dejaría que su entendimiento fuera controlado por otros.   La Ilustración pondría fin a esta apatía y coincidiría con la voluntad de los seres humanos de correr el riesgo de pensar por sí mismos."4

Por qué entonces, si la revolución posmoderna habría de reivindicar nuevamente la libertad del individuo como individuo librepensante, aboliendo dogmas, viejos relatos y fundamentalismos, por qué si habría de luchar en favor de valores tan nobles como la tolerancia, ¿por qué entonces, si se desechan los dogmas, los nuevos microrelatos se trastocan poco a poco en los nuevos e incuestionables dogmas? 

¿Por qué si luchan contra el fundamentalismo de viejos relatos las nuevas ideologías se promueven como poseedoras incuestionables de "las verdades" (lo cual, al ser incuestionables es lo mismo que hablar de poseer la verdad absoluta, típico de toda idea fundamentalista) e incluso como parte de algún despertar espiritual de tintes claramente dogmáticos y hasta sectarios? 

¿Por qué si se vende a sí misma como una revolución del pensamiento que ejerce una crítica contra el sistema despiadado la autocrítica hacia el propio movimiento se ha perdido y se es lapidario contra quien la ejerza? 

¿Por qué todo aquello se promueve con banderas como la tolerancia y el cuestionamiento hacia el sistema pero no se permite cuestionamiento alguno hacia la propia ideología ni hacia sus métodos, paradójicamente intolerantes?  

¿Por qué si hablan de libertad y dignidad se censura todo lo disidente y se lo etiqueta con apelativos que mellan la dignidad? ¿No es todo esto un concentrado de contradicciones y parajodas? ¿No tiene que ver todo eso con la negación de la razón y la lógica?
"Para definir la Ilustración, Kant reinterpreta el ´Sapere Aude´. Ésta fórmula tendría su origen en las Epístolas de Horacio, cuando escribió: ´Atrévete a ser sensato. Empieza. Quien aplaza vivir rectamente espera, como el paleto, a que se agote la corriente del río; pero éste discurre y discurrirá arremolinado sin parar´.   En este contexto clásico, el Sapere Aude no tenía el mismo sentido otorgado por Kant, significaba más bien “atrévete a ser sabio” con el fin de lograr un equilibrio interno en su alma." 5
 Así que en el sentido de Horacio solo diré, ¡Sapere Aude!  Aceptemos la libertad de elección y de pensamiento, mas no perdamos en ello el sentido de la lógica, por ejemplo aceptando al mismo tiempo dos visiones que al contradecirse desde su misma esencia se anulan, resultando que obviamente no es posible sustentar ninguna y menos ambas al mismo tiempo pero aun así insistir en ello, o como segundo ejemplo, algo más serio, condenando al inocente, apoyados en la idea de que cada quien crea su propia verdad y que a cualquiera se le puede antojar que el inocente es culpable y se acabó. ¡Lo terrible es que está pasando! y compra mentes con base en la manipulación de la emocionalidad, la ingenuidad y la falta de criterio.

Apoyemos la libertad, mas que esta no se vuelva libertinaje socavando los derechos de ajenos, aboguemos por la libertad pero que esta no se limite únicamente al circulo que repite exactamente lo mismo que uno censurando o satanizando todo lo demás; cuestionemos pero también a la propias creencias,  seamos críticos pero seamos también empáticos; usemos la razón mas no perdamos la sensibilidad, insisto ¡Sapere Aude! en el sentido de Horacio, ¡Seamos sensatos!  


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1 Ernesto Sábato no fue sólo un escritor y pintor, considerado humanista por unos, o por algunos otros, los menos, considerado como "posmoderno" por su crítica hacia la técnica, en todo caso empero, si lo fuera, estimo que nunca lo sería en el sentido actual de desprecio irascible, irracional (valga la redundancia) y sin más, hacia el uso de la razón.    Siendo doctor en Física, lo cual lo acercó a la ciencia, habiendo sido comunista en su juventud pero habiéndose percatado también de sus contradicciones internas y de su paradójico desarrollo histórico, habiendo renegado y denunciado el autoritarismo del régimen Stalinista ganando la antipatía de muchos adeptos fanáticos, puso al ser humano por sobre la misma ciencia y por sobre cualquier ideología lo cual, entre otras causas le valdría la admiración de Camus.   Presidió la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) en Argentina, donde su voz no calló contra las atrocidades de la dictadura y el Plan Cóndor.  Considero que fue alguien que supo ver y vivir ese equilibrio entre razón y emociones, alguien que supo ser lo suficientemente racional para no creer ciegamente en  irrefutabilidad de una ideología aun si fuera la propia (al contrario de lo que por lo general sucede hoy), alguien capaz de ejercer su capacidad autocrítica consigo mismo y aun con el propio movimiento que militaba, y sin embargo, con la suficiente empatía y sensibilidad para alzar siempre su voz influyendo incluso en varias generaciones, por la reivindicación y reconocimiento de la dignidad humana como tal. 

2 Daniel Daou, "Contra-Ilustración: autoinmunidad posmoderna". Rescatado de: https://www.arquine.com/contra-ilustracion-autoinmunidad-posmoderna/.  

3 Autoinmunidad, término médico utilizado en condiciones y trastornos del sistema inmune donde las defensas atacan no sólo a los agentes infecciosos y patógenos externos sino también a los propios tejidos al no discernir que se trata del propio organismo y no así de agentes externos peligrosos.  En estas condiciones, las defensas que juegan un papel benefactor en el individuo sano, en estas condiciones es un arma de doble filo que a la vez hace mucho daño, como el progresismo posmoderno, según el autor.   Según esta analogía tan acertada que la verdad jamás antes se me había ocurrido relacionar,  puedo deducir y entender lo siguiente: En esta condición de salud (condición posmoderna) las defensas (el progresismo posmoderno),  al margen de defender al organismo (defender una causa: libertad, tolerancia, igualdad, etc.) contra lo pernicioso para él (aquello contra lo que luchan: discriminación, intolerancia, dogmas) estos mismos agentes que habrían de defender al organismo (individuo, ser humano) terminan haciéndole daño al no discernir (no hacer uso de la razón y el criterio) entre el propio organismo y agentes patógenos, confundiendolos (entre el sistema opresor y deshumanizante y alguien que ejerce autocrítica o ve las debilidades de una ideología, confundiendolos) considerando a los propios tejidos como patógenos externos (considerando a quien apoya una revolución del pensamiento y que también defiende esos mismos valores como la libertad, igualdad, tolerancia; como si fuera un defensor de ese sistema despiadado opresor, racista, discriminador etc., sólo por ser crítico con una ideología progresista y sus debilidades, sólo por no estar dogmatizado por ella).  Entonces sumido en estas contradicciones el cuerpo enferma (el ser humano, la sociedad enferma), y son las propias defensas que perdiendo su norte y su función normal (las propias ideologías que habrian de defender la dignidad del ser humano, perdiendo su norte y la noción de sus causas) atacan y destruyen los propios tejidos en lugar de sólo proteger al organismo contra enfermedades (atacan y destruyen a los que también apoyan sus causas, hacen daño a sus causas en lugar de sólo reivindicarlas).  Y así como el la autoinmundad termina siendo al final de cuentas que el cuerpo se ataca a sí mismo por causa del funcionamiento errático del sistema inmunológico, estas ideologías terminarían destruyéndose a sí mismas y a sus causas, por causa de su funcionamiento y métodos erráticos.

4 Antonio Pele, "Kant, la Iliustración y la domesticación del ser humano",   Recuperado  de: https://ojs.uv.es/index.php/CEFD/article/viewFile/766/482

5 Ídem

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REFERENCIAS Y FUENTES:

* DAOU, Daniel, "Contra-Ilustración: autoinmunidad posmoderna", 2018.   Rescatado de: https://www.arquine.com/contra-ilustracion-autoinmunidad-posmoderna/
* JACOB, François, "El Juego de lo posible", 2006, España, ed. S.L. Fondo de Cultura Económica de España, pp. 92.
* KANT, Immanuel, "Filosofía de la Historia", 1978, España, ed. F.C.E., pp. 147.
* LOZANO, Irene, "El lenguaje en la era de la posverdad", Filosofía &Co., 22/06/2018. Recuperado de https://www.filco.es/el-lenguaje-en-la-era-de-la-posverdad/
* PELE, Antonio, "Kant, la Iliustración y la domesticación del ser humano", Instituto de Derechos Humanos “Bartolomé de las Casas” Universidad Carlos III Madrid, 2011. Recuperado de de: https://ojs.uv.es/index.php/CEFD/article/viewFile/766/482
* SABATO, Ernesto, "Obra Completa, Ensayos", 2002, Barcelona - España, ed. Seix Barral,  pp. 782.
* VÁZQUEZ, C., Ricardo,  "El Experimento de Milgram: el peligro de la obediencia a la autoridad", Psicología y Mente, 2018, Recuperado de https://psicologiaymente.com/social/experimento-milgram-crimenes-obediencia-autoridad