miércoles, 25 de enero de 2023

Sobre la wiphala...

Se ha estado viralizando últimamente una foto de indígenas, en teoría fechada en 1950, celebrando alguna festividad o ritual en la Puerta del Sol.  La leyenda que acompaña a la foto reza algo como "en esta foto no veo wiphalas, la wiphala es solo un invento del MAS".  La foto en cuestión es esta:


Así que para las reflexiones impopulares de hoy, vayamos por partes...

Que la wiphala no esté en esa foto no significa demasiado, eso es tan solo evidencia circunstancial.  Tampoco está la tricolor en nuestras celebraciones de Navidad, de Año nuevo o ni en las fotos de antaño de ceremonias de bautismo u otras de nuestros familiares, eso no quiere decir que no haya existido ya para aquellos años, y para esa época ya se hablaba de la wiphala como símbolo aymara de todas maneras , guste o no.  

Y si bien la wiphala no es milenaria, sí que tiene legitimidad histórica (e instrumentalización y desvirtuación histórica también, lamentablemente), y es que, como pasa con cualquier símbolo, fue creado en determinado momento histórico y su legitimidad se la confiere nada más ni menos que la identificación y el consenso popular generado alrededor del mismo.

Veamos ahora un poco de historia...

¿Cómo y cuándo surge la wiphala?

  • Un símbolo Aymara previo (unancha), se cree pudo ser una suerte de bandera blanca que hacía alusión, teóricamente, a un símbolo de triunfo. Se cree que ondeaba ya como símbolo de reivindicación indígena debido a las expropiaciones masivas de tierras comunitarias ya durante la República.
  • La Llaphara en Aymara, es un pedazo de tela extendida por el viento.Proviene de la hoja "laphi", del flamea "laphaqeri y laphiri" y de flamear "laphaqeña y phararitha".  La Llaphara en Quechua se refiere al estandarte, y por el otro lado, por su flexibilidad se relaciona con la hoja "laphi.
  • El vocablo wiphala tuvo sus variantes Huipfala, Huiphayla o Huifala y como tal cuenta con registros de nombres y usos similares a los actuales desde finales del siglo XIX, tal como el propio término “indígena”, que  surge recién durante el mismo siglo, indica el historiador Jhosmane Padilla.
  • Esto significa que ya existían registros de la wiphala no mucho después del surgimiento de la actual tricolor (Bolivia tampoco nació con esta tricolor que usamos hoy, si se acuerdan).
  • Germán Choque Condori, quien estandarizó la wiphala actual en cuanto a dimensiones, colores, etc., indica que se encontraron escritos sobre la huipfala desde el año 1871.
  • Por su parte, el periódico El Estado, en su edición del 22 de Enero de 1901, en su página 3 recoge por primera vez la palabra impresa “Huiphala”, en el marco de su uso generalizado como símbolo por parte de los indígenas.
  • Después de la Guerra del Chaco (1932),  comienza a extenderse mucho más la  identificación de la wiphala como una bandera Aymara. Ya aparece en la prensa nacional con esta significación.
  • A partir del Congreso Indigenal de 1945 se llega a una especie de consenso y ya no se la concibe solamente como bandera Aymara sino indígena.
  • A partir de los años 60 se comienza a hablar del término "descolonización" desde la academia y los Organismos Internacionales (ONU, UNESCO).
  • Se promueven entonces desde allí congresos por los derechos de los pueblos indígenas (como posible enlace de interés, ver cómo se empezaron a promover ideas progresistas durante la guerra fría, -entrada en proceso-)
  • Estos congresos internacionales en los que participan pensadores indígenas coadyuvan a regar la semilla que se desarrollaría luego como distintos movimientos indianistas.
  • Todo lo anterior sucedió mucho antes de Germán Choque Condori, quién fue parte de la segunda generación del MUJA y estandarizó la forma y colores de la wiphala, en los años 70, tal y como la conocemos hoy; sin embargo, no se debe olvidar que como concepto de bandera cuadriculada reivindicativa ya existía casi un siglo antes de él.  Y planteó esta iniciativa como una propuesta política e intelectual totalmente válida al estandarizar un símbolo aglutinador de la lucha indígena, y no lo hizo arbitrariamente, sino sobre la base de elementos que ya gozaban de cierto reconocimiento y legitimidad histórica, si bien no ancestral, sí desde hace casi un siglo atrás para aquel entonces.  Choque Condori, conocido más tarde como Inka Waskar Chukiwanka, también introdujo otra simbología como lo es el Calendario y Año Nuevo Aymara, ambos también con connotaciones y como parte de una lucha política alejada del Pachamamismo esotérico teóricamente "socialista" que conocemos hoy.  
  • La wiphala era entonces defendida internacionalmente por delegados de Bolivia del MITKA y del Perú (MIP, especialmente).  El resto de delegaciones la rechazaba, porque se adscribían a su bandera nacional o las de la  izquierda, según indica Portugal.  Ese fue el caso por ejemplo del MRTK,  quienes incluso impidieron el ingreso de indianistas del MITKA a la Asamblea Popular del 71, cuando gobernada Torres.  “En ese período los indianistas sufrían  asaltos por parte de militantes de izquierda, quienes veían con aprehensión un movimiento universitario que no se refería a la lucha de clases en su defensa de los indios. Las agresiones a golpes y las quemas de Wiphalas no eran cosa rara.” (Portugal y Macusaya).   Posteriormente, muchos de los contrarios al indianismo y a la wiphala llegaron a ser militantes y funcionarios del Movimiento al Socialismo. 
  • Finalmente, con los colores y configuración estándar, el uso de la wiphala se expandió desde Bolivia hacia el extranjero sobre todo a partir del Congreso de Ollantaytambo en Perú  (27 de febrero - 3 de marzo de 1980).
Datos extra importantes para tener en cuenta y contextualizar lo explicado, lo que acontecía entonces y cómo algunos de esos eventos repercutieron de formas impensadas hasta el día de hoy.
  • El surgimiento de una figura referencial de gran importancia para el indianismo, Fausto Reinaga quien, según Macusaya y Portugal tuvo 3 fases:  primero marxista, luego indianista, y finalmente pachamamista (época en que por influencia de la academia europea mistificó la lucha indígena que en sus inicios constituía una lucha política). Según el propio Reinaga, sin embargo, durante esta fase fue simplemente “reinaguista”.   En esta etapa se codeó más con pensadores europeos  (muy probablemente eran posmodernos, y esto es una presunción mía debido al giro que diera su pensamiento) que con los propios indianistas.  Sin embargo sus libros siempre fueron fuente de concienciación.  Se le criticó, por otro lado, su simpatía con gobiernos dictatoriales militares como el de Banzer o García Meza: “Los Amautas producen el pensamiento, y las Fuerzas Armadas, celosas guardianas de la comunidad, vigilan y se encargan que: el pensamiento sea acto y el acto pensamiento.”  Hoy, la "Nueva Izquierda", aquella  eminentemente posmoderna que gobierna nuestro país ha asumido e implantado como si fuera propia y local esa corriente Pachamamista importada desde la academia europea que, curiosamente, etiqueta todo otro saber no posmoderno como "eurocentrista", siendo que el posmodernismo a nivel cultural que ha exportado a occidente tiene también un gérmen europeo, mas al parecer, uno, el único que parece lícito sin ser nombrado como tal.
  • También es necesario recalcar cómo entre los años 50 -70, buena parte de la izquierda de entonces rechazaba y renegaba contra la wiphala, pero hoy, algunos de ellos, por simple conveniencia se subieron al carrito de los mal llamados "socialistas" del masismo, e irónicamente hoy son conocidos internacionalmente por ser "defensores y reivindicadores" de la wiphala. Así de falsos, oportunistas y convenencieros han sido algunos de los más acérrimos militantes de la cúpula del MAS.  
«En la UMSA nosotros debatíamos, por ejemplo, con Pablo Solón, quien era entonces un tipo radicalmente marxista y trotskista, conocía mejor la historia de la revolución rusa de la ex Unión Soviética que nuestra realidad y que actualmente es uno de los mejores portavoces de los ‘movimientos indígenas originarios’ en escenarios internacionales.»  (Moisés Gutiérrez, citado en Portugal y Macusaya)
  • Otro dato extra, un poco al margen pero necesario, para contextualizar la participación de los actores en torno al enarbolamiento de la wiphala: ni Choque ni el Mallku fueron nunca militantes del MAS. Se puede revisar y comprobar eso fácilmente en las listas de asambleístas de cada año, a ver si alguna vez figuraron como parte de ese partido como erróneamente se suele difundir; al contrario, ambos fueron críticos severos del MAS, y eso es plenamente verificable.  Incluso Choque en más de una ocasión dijo que ese partido destrozó la lucha indígena y el Mallku a los Ponchos Rojos masistas (que fueron creados de forma paralela como todas las organizaciones paralelas que crea el MAS cuando no puede comprar a sus dirigentes), solía llamarlos Ponchos Azules, porque no representaban a la organización legítima.
A partir de todo ese trasfondo histórico de la wiphala es que el MAS se la apropió, la instrumentalizó y enarboló como si su introducción hubiese correspondido  a una lucha histórica de su partido, lo cual es completamente falso.  Desde entonces, la wiphala se vinculó en el imaginario mucho más a dicho partido que a una causa, más, incluso, que la propia bandera azul que es la que realmente les pertenece como organización política.  Se instaura entonces el sesgo en el imaginario popular, de asimilar la wiphala únicamente con el MAS.


Siguiendo el hilo del embrollo con respecto a la wiphala.-

A partir del MAS, sobre todo, se crearon y alimentaron no solo sesgos, sino también desafortunados mitos en torno a la wiphala, así como también ciertos escenarios transversales:

  • Desde el gobierno, el MAS y Evo Morales impregnaron el imaginario popular con nociones sobre la ancestralidad de la wiphala, como si se tratase de la recuperación de un símbolo milenario de los indígenas, al más puro estilo del indigenismo paternalista pachamamista y posmoderno, y cuya figura máxima y de caudillo redentor recaería, por supuesto, sobre su persona.  
  • Esa misma instrumentalización que se hizo con la wiphala se maquinó también con respecto a otros símbolos, tal como es el caso del ahora llamado "Año nuevo andino/amazónico/chaqueño", originalmente, "Año nuevo Aymara", cuyo impulso e inserción mayor a las prácticas indígenas Aymaras actuales con un carácter eminentemente místico/esotérico//telúrico/ancestral cuasi New Age ha sido abundantemente promovido en sus ceremonias pachamamistas (con el fin también de manipular, posiblemente ni ellos mismos se crean lo que hacen) a partir del periodo de gobierno del MAS, noción impregnada a partir de los años 80 por cierta asociación de académicos influenciados por sus estudios posmodernos y quien sabe qué otras ideas.   Es decir, indigenistas (no indianistas, que es muy distinto) imbuídos de ideas que nada tenían que ver con lo que planteó Choque (pero tomando su idea) e impregnados también por los "esfuerzos" de congresos (eminentemente posmodernos) promovidos por el academicismo extranjero y otros organismos internacionales durante los años 60, implementaron estas nuevas concepciones en torno a su celebración.  
    En su origen, años antes, relata Choque Condori, su verdadero introductor e ideólogo, tanto el calendario como el Año Nuevo tenían un carácter eminentemente político, como una declaración de un proyecto propio y reivindicativo de los indígenas que se separaba de las prácticas que trajo la colonia, sus celebraciones, su calendario gregoriano, etc.  Así que se podría decir que lo que hoy conocemos como "Año nuevo Andino" nació recién allí, con esa visión indigenista posmoderna que poco o nada tiene que ver con la realidad y multiplicidad de visiones indígenas en nuestro país ni con lo que pensadores indígenas habían planteado al introducirlo.
    Contrario a la creencia popular sobre alguna suerte de "paganismo" andino ancestral donde supuestamente tales ceremonias ya existían hace milenios, en realidad incluso hubo resistencia por parte de los pobladores de Tiahuanacu cuando Choque quiso implementar la celebración del Año Nuevo Aymara porque tales prácticas (celebrar el año nuevo en junio) no existían antes, al punto que lo llamaron "diablo" porque para ellos esas eran ceremonias ajenas a su vida cotidiana y además, reprobables en un entorno donde confluía un sincretismo local pero a la vez fuertemente católico, tal como muchos indígenas lo siguen siendo hoy: si bien challan con el Yatiri enseguida buscan también la bendición del cura y le bailan al Señor del Gran Poder, a la Virgen, o le dan su cigarro al Ekeko mientras rezan a otros santos.
  • El MAS, de esta manera, se autoatribuye el rescate de supuestos símbolos milenarios, ahogando su verdadero origen y significado no solo en el desconocimiento, sino en múltiples sesgos y mitos que hacen que hoy se le atribuya a la wiphala, erróneamente, un supuesto carácter de "invento del masismo", incluso metiendo en el saco del MAS a pensadores indianistas que en realidad nada tuvieron que ver con dicho partido, sino que preconizaban una lucha política propia y ajena a la agenda política del MAS.
  • Partiendo de esos prejuicios, cuando salen a la luz los verdaderos orígenes de la wiphala como símbolo de los pueblos indígenas se cae todavía en otro error: considerar que ya que la wiphala no es ancestral ni milenaria, ese hecho la convierte automáticamente en un fraude que no merece ningún respeto, cuando el fraude es el realidad el discurso del MAS con respecto a sus orígenes milenarios, no la legitimidad histórica y simbólica de la wiphala.
  • Para peor, hoy a sus verdaderos impulsores o bien se les niega el reconocimiento por la recuperación de la  wiphala o se les señala injustamente por inventar supuestos "fraudes" en torno a ella.  Es decir, se les acusa de instaurar en el imaginario la idea de la ancestralidad de la wiphala, siendo que esa idea pertenece al discurso difundido por el MAS.  Por el contrario, durante el gobierno del MAS, el mismo Choque en alguna oportunidad llegó a sostener incluso que dicho partido le debería los derechos de autor por el uso y abuso que hicieron de los símbolos que él recuperó, propuso y empezó a difundir.
  • Y para seguir empeorando aún más el asunto, todos aquellos sesgos derivan en que en el imaginario popular se reduzca y limite la lucha y la causa indígena al proyecto político partidario del MAS, pues se instaura, especialmente en estamentos opositores más fanáticos que críticos, el sesgo y prejuicio de creer que toda expresión indígena responde automáticamente a dicho partido y a su agenda, creencia que lejos de incomodar al MAS le beneficia y ha de agradarle en gran manera, pues eso solo robustece su falso discurso de supuestos "aglutinadores y representantes" de la causa indígena.
  • Posteriormente, la quema de la wiphala en 2019, a partir de todos esos sesgos, deriva en un cuadro de múltiples agravios, no ya en contra del MAS (entre cuyos militantes algunos solían despreciarla también) ni tampoco solamente en contra de sus verdaderos impulsores, sino en contra de la causa indígena en general y de las personas que legítima e independientemente del MAS, se identifican con el símbolo y su causa.  Sin embargo, esto no parece ser comprendido por quienes cometieron tales actos ni por quienes por apoyaron.  Por qué? sesgos y más sesgos alimentados no solo por el desconocimiento sino por la manipulación alrededor del símbolo, es decir, por el intencional embrollo que creó el MAS en torno a la wiphala.
  • La quema de la wiphala, si bien en unos casos revela un racismo marcado (un problema estructural que pervive aún en sus formas más solapadas), constituye por otro lado una muestra más entre las incontables consecuencia nefastas (que crean más brechas entre bolivianos) de toda esa manipulación artera e interesada que hizo el Movimiento al Socialismo en torno a la wiphala, confundiendo a quienes en su afán de rechazar al masismo terminan, aun sin saberlo, agraviando a una parte de la población indígena que se identifican con ella.
A lo que me voy con todo esto es a que el fraude (vender gato por liebre) y el engaño NO viene, una vez más, de sus creadores como se suele creer y difundirse con cierta frecuencia incluso en prensa o RR. SS., independientemente de que estemos de acuerdo o no con esa visión, el hecho es que no viene de allí; el fraude viene de quienes asaltaron esos símbolos, usurparon, tergiversaron e instrumentalizaron su carga ideológica, sus causas y luchas, y se las pretendieron adueñar y autoatribuir para beneficio político/partidario propio (claramente no me refiero a aquella asociación de académicos y tengo la impresión, hippies de buena fe, que sin fines políticos trastocaron el año nuevo Aymara), e incluso con ese símbolo, a decir de Choque Condori, ha reprimido a los propios pueblos indígenas. 

El masismo haciendo evidente su real y total lejanía con los movimientos indígenas de nuestro país, tomó esa acepción místico/mágico/esotérica y milenaria/ancestral que le había dado esa "academia" posmoderna para difundirla en el imaginario popular en torno a ambos símbolos: el año nuevo andino y la wiphala.  

Todo ello, valga recalcar, se dio en un acto manifiesto (y muy conveniente) de aproximación y adscripción del MAS al progresismo posmoderno que se deleita en usar eso de la "ancestralidad" a diestra y siniestra y en buscarla y "hallarla" donde no la hay, y si no la hay, pues se la inventa...  Y el MAS, ha sabido aprovechar más que bien lo mainstream de esa corriente hoy en boga para difundirla e instaurarla no solo en el imaginario popular sino también en sus políticas públicas.

El problema es que el MAS se apropió de la wiphala como si la lucha indígena les perteneciera, y no solo instrumentalizó el valor simbólico que esta ya poseía, sino que también vendió muy bien el discurso ese de que la legitimidad de la wiphala radica en su supuesta "ancestralidad".  

Los rituales pachamámicos en un Estado supuestamente laico (al mismo estilo de Jeanine y Camacho cuando usaban la Biblia) y el discurso mañoso sobre su ancestralidad vienen del MAS; y ahora propios y extraños se han creído el cuento de que allí radica su valor y legitimidad pero se supone, o al menos eso me imagino, que aquel era un discurso demagógico para atraer y conquistar afines, no creo que previeran que detractores también les creerían el discurso y caerían en el mismo sesgo, y así como les creen o rebaten pero ambos validando ese relato artero sobre los criterios válidos de legitimidad de un símbolo, los últimos también han internalizado el relato de que la wiphala es un símbolo que les representa solo a ellos, al MAS.  ¿Podía ser peor?

Intentando desenredar el embrollo.-

Todas las fechas de celebración y símbolos se "inventan" o crean en determinado momento histórico, no existen símbolos increados y eternos. Esto lo aclaro solo porque algunos llaman a ambas creaciones "inventos" de forma peyorativa, y sí, efectivamente son creaciones humanas, como cualquier otro símbolo, y son modernas como la misma tricolor, y no por eso carece de legitimidad, se la reconoce o respeta menos ¿verdad? Lo bueno es que allí nadie inmiscuyó artificiosamente el cuento de la "ancestralidad" como criterio de legitimidad.

Sería bueno que defensores y detractores pudieran ver que la legitimidad de un símbolo no radica en su "ancestralidad", que un símbolo sea o no milenario es lo de menos. Constitucionalmente, tenemos otros símbolos que tampoco lo son y no por eso se los respeta menos, ¿cierto?  El relato de que su legitimidad radica allí y solo allí es cuento del MAS (para manipular), ¿vamos a creerles? Ese es el intencional embrollo de la wiphala, como diría Pedro Portugal, porque es claro que esa historia tan artificiosa ha generado mucha confusión, polarización y enfrentamiento entre quienes alegan que es milenaria y quienes indican que no. Pero esa es una discusión cae en un terreno estéril puesto que la "ancestralidad" no es criterio de legitimidad de un símbolo. "Divide et impera" dicen, ¿vamos a darles gusto?

La legitimidad se construye en torno al consenso popular, y creo que está de más decir que así como existen sectores que la rechazan también existen otros que la aceptan y se identifican con ella, y que además, no son sola y exclusivamente sectores masistas, cabe aclarar, pues la wiphala no es ni un "invento" masista ni tampoco en el MAS son sus "recuperadores", aunque hayan querido hacer creer que es así.  Ellos solo asaltaron un símbolo creado (tal y como lo conocemos hoy) a finales de los años 70, puesto que para entonces, y mucho más para cuando el MAS asumió en 2006, este ya gozaba de reconocimiento.  Entonces, como bichos oportunistas, repito, asaltaron el símbolo, se lo robaron y arteramente pretendieron adueñarse de un símbolo y las causas que representa, los tergiversaron y aprovecharon su reconocimiento para beneficio político partidario propio.

En palabras de Pedro Portugal:
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«En todo caso, evitar la esquizofrenia política de creer que el problema de unidad se soluciona admitiendo superficialmente todos los símbolos de las partes que aún no lograron su unidad. Los defensores de la wiphala deben salir de la fantasía como herramienta de defensa. Importa poco si un símbolo es o no milenario. Importa más que sea aceptado aquí y ahora. Importa darle contenido, y no fantasear sobre supuestos mensajes ocultos en ese símbolo.»

«Es seguro que hay antecedentes que inspiraron a la wiphala histórica, de la que se tienen testimonios históricos y que se remontan a los años 40. Que esos antecedentes se remonten a la pre conquista española o al periodo de la Colonia, interesa sobre todo a los especialistas. No tienen relevancia en el plano de la efectividad política. Lo que sí es importante es que cuando un grupo se organiza, requiere de símbolos. El indianismo katarista que empezó a estructurarse a partir de los años 60, tuvo en la década de los 70 necesidad de un símbolo propio. Ese –la wiphala– fue propuesto a los militantes del Movimiento Indio TupajKatari, MITKA, por Constantino Lima. Él se inspiró en los gráficos de un libro que mostraban las diferentes banderas del Tawantinsuyo y de las rebeliones indias. Adoptó una de ellas, porque le rememoraba las que vio episódicamente cuando niño, pero que ya no podría encontrarlas más, en sus viajes a las diferentes comunidades. Esa bandera, la wiphala, fue adoptada a regañadientes por los militantes del MITKA, pues para ellos no se trataba de sustituir los símbolos de Bolivia, sino tomar el Poder en Bolivia.»

«Germán Choque Condori (que sería luego conocido como Germán Choquehuanca e Inka Choquewanka), un miembro de las juventudes del MITKA y del Movimiento Universitario Julián Apaza, tomó esa wiphala y buscó darle coherencia significativa y estética, pues las wiphalas enarboladas entonces tenían una cantidad fantasiosa y divergente una de otra en la cantidad de cuadros y la disposición de colores. Lo hizo con la colaboración de investigadores criollos y terminó su diseño en la computadora de Fernando Untoja. La presentó el año 1978 a los miembros del MITKA y fue adoptada como bandera de esta organización simbolizando el Qillasuyu.»

«El creador de la wiphala contemporánea ha relatado varias veces y por distintos medios el proceso de reestructuración de ese símbolo y su papel en el mismo. Las divagaciones sobre su origen milenario son un escollo en el plano del conocimiento y del mismo activismo por los derechos indígenas y la creación de una nueva y verdadera identidad nacional en este país llamado Bolivia.»
«Los símbolos son temidos, no porque sean en sí un mensaje, sino porque retransmiten una esperanza, una interpretación que tiene origen en quienes los portan»
«Los defensores de la wiphala deben salir de la fantasía como herramienta de defensa. Importa poco si un símbolo es o no milenario. Importa más que sea aceptado aquí y ahora».  (Pedro Portugal)

El problema es que el MAS vendió más que bien el discurso de que la legitimidad radica en la "ancestralidad", pero se supone que eso era un discurso demagógico para atraer y conquistar afines, no se supone, me imagino, que detractores también le creyeran y cayeran en ese sesgo.

Así que los únicos que han difundido inventos en su sentido más peyorativo (como aseveraciones contrarias a la realidad y los hechos), ha sido el MAS, que efectivamente se inventó eso de la "ancestralidad" de ambos, que lo de año nuevo es una práctica supuestamente "milenaria", muy al margen de que sí lo son las celebraciones de ciclos agrícolas, y en esto último fundamentó Choque y compañía su propuesta, pero tenía un sentido político y era un año nuevo aymara-quechua y según él también guaraní, él no planteó un año nuevo andino místico/esotérico/ telúrico/milenario/ancestral ni tampoco como hoy le suman amazónico/chaqueño/plurimulti y demás inventos que se manejan. El fraude, repito, es del MAS, que usurpó, se apropió y tergiversó luchas y símbolos para beneficio propio.

Como dijo Pedro Portugal en la presentación de su libro "El MAS y la degradación de la Pachamama en Pachamamismo",  ese mentado Pachamamismo que sostiene y difunde el masismo en el imaginario  popular no se trataría sino de 

«[...]una ideología importada sobre lo indígena, sin participación del indígena, y para usufructo político propio.» (Portugal, 2024)

Aquí Germán Choque, creador de la wiphala como la conocemos (en forma, no en esencia) y del año nuevo Aymara (muy distinto al que conocemos, en forma y esencia), y el Mallku en referencia a la usurpación e instrumentaización que hizo el MAS de las luchas ajenas:


Es decir, la wiphala, no constituye tal y como la conocemos (con su disposición y significado) un símbolo milenario, aunque sí existen registros sobre ella mucho antes del MAS y del propio Choque Condori inclusive.

El problema, es que hoy en día la wiphala se convirtió, y no sin toneladas de arbitrariedad, en una parte importante del discurso político del MAS, partido que se aprovechó y quiso apropiarse de un símbolo que ya desde Choque Condori generaba gran identificación entre la población indígena.  Oportunismo por parte del MAS es lo que veo ahí y una jugada muy astuta para llevarse consigo, como "propiedad" de dicho partido, lo que otros habían trabajado, teorizado, luchado, promovido, etc., y que ya había ganado su reconocimiento y tenía ya su historia.  Como dirían por ahí, el MAS quiso "ganar indulgencias con ave marías ajenos"...  (Lo mismo hizo con la lucha de 2003 llevada a delante por el Mallku, que no nos extrañe ni sorprenda esa mala costumbre).

Lo peor, es que ultrajó el símbolo hasta el punto en que hoy se lo relaciona solo con el MAS y no solo con su historial de corrupción, de organizaciones sociales paralelas, de prebendalismo, de leyes incendiarias, falso pachamamismo, falso socialismo, atropello a pueblos indígenas, habilitación inconstitucional, fraude electoral, despilfarro de la bonanza económica, mala gestión hidrocarburífera, avasallamientos, justicia servil, y mucho más, sino incluso que fue exhibida con "orgullo" junto al terrorismo de grupos irregulares, encapuchados y fuertemente armados con armamento irregular de guerra, que al grito de "guerra civil" pedían literalmente cabezas, en noviembre de 2019.  Se la relaciona también con un supuesto "invento o fraude" solo por ser una creación moderna, siendo que lo único claramente fraudulento al respecto ha sido el discurso del MAS.

En el MAS lo que había era sindicalismo, no eran ni socialistas ni indianistas, pero instrumentalizaron los caminos abiertos por estos movimientos a conveniencia, para hacerse de renombre fácilmente, de lo ya trabajado y masticado y reconocido, además de subirse al carrito de las modas posmodernas indigenistas  (no indianistas) extranjeras (que incluyen "Pachamamismos") y volcó sobre ese cóctel de buen marketing los símbolos y luchas de las que venimos hablando.  Se revuelve todo, y lista la sopa!  Eso es lo que realmente pasó con ese símbolo, la wiphala, mismo que obviamente ni siquiera la cúpula del MAS respeta, o no hubiesen permitido se la agravie exhibiéndola junto a T 3 rr 0 r 1 5 t 4 5  encapuchados del trópico sosteniendo armas de guerra ilegales y pidiendo cabezas al grito de guerra civil.

Lo triste del caso es que para muchos indígenas que no tienen NADA que ver ni con el MAS ni con ese  T 3 rr 0 r 1 5 m 0, la wiphala es todavía un símbolo importante con el que se identifican.  Y así como a unos no les gustaría que les quiten la tricolor, a ellos tampoco que les quiten la wiphala.  Y no es necesario identificarse también con ella, nadie puede obligar a nadie en ese tipo de cuestiones (ni en ninguna de índole meramente individual y privada) basta con respetar, no al MAS que también la ultrajó, sino el hecho de que otras personas sí se identifican con ella, y quizá desde mucho antes del MAS.  Asimismo, también se tendría que respetar que otros se identifican con la tricolor y solo con ella, sin que ninguno de los dos grupos pretenda imponer su visión o que se le quite los símbolos al otro. No parece mínimamente razonable?

Así que cuando no se reconoce su legitimidad fuera del MAS, cuya aparición como partido se da recién casi un siglo después a la de la wiphala, no se está rechazando el proyecto del MAS solamente, sino una historia y demandas históricas que nacieron mucho antes de dicho partido, eso, además de hacer prácticamente oídos sordos frente a las injusticia a la que fue sometida dicha población, y no hablo de la colonia (aunque varias de las vertientes de pensamiento indígena sí que hablen de ello), hablo de la República y cómo fueron tratados como ciudadanos de segunda o aún peor.  Y no hablo aquí de promover el revanchismo tampoco, sino de reconocer que esa historia existe, en lugar de simplonamente llamar "resentidos" (cual si fuera un berrinche sin asidero histórico) a quienes abogan por reivindicaciones, y a partir de ese reconocimiento lograr condiciones más justas para todos de aquí en adelante.

Hoy en día, sin embargo, lejos de lograr ese entendimiento previo, la wiphala ha pasado a constituir uno de los emblemas nacionales, independientemente de a quién le guste o no, eso ya está escrito.  Se maquillaron las formas sin curar el fondo, pero ya está hecho.  Sin embargo, no se trata aquí de "obligar" a nadie a identificarse con un símbolo, sino a respetar el hecho de que otro sí se identifica con él, mucho más allá incluso de la CPE, como un valor humano.

No se trata tampoco de respetar la Constitución según si sus artículos nos agradan o no.  De ser ese el caso nadie tendría que haber protestado por el hecho de que Morales presentara un recurso de inconstitucionalidad sobre un artículo que claramente no le agradaba, alegando que el mismo supuestamente “violaba sus derechos humanos” (sobre el impedimento explícito a repostularse por tercera vez y haber extendido su primer mandato de 2006 a 2014 debido a la refundación del Estado).  Es claro que no tenía ninguna prerrogativa para no respetarlo.  Lo mismo sucede con la wiphala.

Aquellos actos irreflexivos y viscerales en contra de la wiphala en 2019 y que muy probablemente se pensaron como "en contra del MAS" no contribuyeron sino a agravar la crisis.  Si bien se llevaron a cabo múltiples actos de desagravio, no podemos caer en la ingenuidad de creer que con ello el agravio ha sido reparado en el sentir de todos quienes vieron aquellos actos como una afrenta en contra de toda posible reivindicación suya y de los suyos.

Sin embargo, tampoco podemos caer en un revanchismo que  en lugar de aportar a la comprensión del problema, sus causas y proponer acercamientos, puentes de entendimiento y visos de solución, lo único que logran es crear más y nuevos sesgos, más y nuevos estigmas, aún más y mayor confusión y enfrentamientos sin siquiera analizar el fondo que subyació a esa visceral reacción.  Con ello,  solo se logra ahonda la crisis y escribo en presente porque efectiva y lamentablemente así ha sucedido y se viven las consecuencias hasta hoy.

Por otro lado, si vamos a otro alegato también muy acudido, ese de que "es una bandera española", sí, puede que tal vez su introducción se deba al sincretismo y mestizaje cultural, de hecho los kerus o vasos ceremoniales con la bandera cuadriculada datan recién del siglo XVII, sin embargo, si vamos más allá, la pollera también es fruto de ese mestizaje con lo español, no una copia fiel, sino una readaptación, apropiación y resignificación (y esta a su vez viene de otra readaptación española a partir de faldones árabes).  Ahora, ¿alguien pone en duda hoy que la pollera no sea representativa de nuestra cultura boliviana incluso a nivel internacional?, ¿a alguien se le ocurrirá decir que "no representa a la chola boliviana"?  De la misma forma, no porque el MAS se haya querido apropiar de la wiphala o la haya puesto "en la mira" vamos a creer que fue una introducción o invento del MAS o que no goza de legitimidad más allá de dicho partido.

A manera de conclusión.-

En este momento son necesarias visiones críticas y autocríticas que con conocimiento y honestidad ayuden a destapar sesgos donde unos llaman a la wiphala un invento fraudulento, un supuesto trapo que no significa nada; y otros que es un símbolo ancestral milenario cuasi místico.   Se llama a “romper con radicalismos”, como bien señala el historiador Jhosmane Rojas Padilla.

Si sabemos que parte del problema de los radicalismos derivan ya sea de sesgos y del mero desconocimiento sobre el asunto, podemos estar también conscientes de que el conocimiento, la información real, puede crear esos puentes que como sociedad necesitamos primero para escucharnos y saber qué estamos diciendo en lugar de solo creer en la propaganda que nos hace pretender "adivinar" lo que seguramente piensa o quiso decir el otro, y segundo para, luego de escucharnos, posibilitar el entendimiento y cooperación.  Construir algo, finalmente...

La polarización no indaga para encontrar un sustento de sus posiciones, sino que crea y cree casi ciegamente en un sustento para ya sea inventar o bien justificar la posición que le conviene y responde a sus expectativas previamente concebidas.

Puede la wiphala ser una creación moderna, pero una creación humana en el sentido en que lo es la propia cultura, por definición, y a la vez, es casi tan moderna como la tricolor, NO un mero "invento" en el sentido peyorativo con que se suele usar la palabra y su temporalidad no es razón en sí misma para ninguna descalificación; al final, todo símbolo ha sido creado y se ha introducido en determinado momento histórico.  Eso es un hecho y no les añade ni resta legitimidad alguna.   

La  legitimidad  de un símbolo viene del valor depositado en el mismo; del consenso popular y la identificación que las propias personas sienten al otorgarle un significado, sentido y/o causas que son depositadas en él.  La wiphala es, en efecto, una construcción simbólica moderna, mas no por ello es menos legítima, tal como no lo son otros símbolos modernos cuya carga simbólica y legitimidad, para bien o para mal, sí que se reconoce.  Es injusto y poco objetivo, me parece que en este caso se le exija el requisito de la "ancestralidad", solo porque el MAS vendió ese discurso.  Se supone que vamos a darle gusto?

Los símbolos no son increados o eternos,
son creaciones humanas y no por ello son menos legítimos…